Sarna con gusto no pica
Ni siquiera Fidel Castro pudo convencer a la diplomacia boliviana que Chile nos estaba mamando con eso del diálogo, los 13 puntos y la construcción de confianzas. Cuando el líder cubano le reclamó a Michelle Bachelet por el mar boliviano, Choquehuanca lo mandó a callar. Fue una como para Ripley. Durante años, los “enemigos” del presidente Morales, es decir, periodistas y columnistas que saben mucho del tema, lo estuvieron alertando sobre los jueguitos a los que se sometió como un manso cordero. Los chilenos nunca mintieron. Jamás hablaron de soberanía y pese a ello se supo que nuestros “dignatarios” (proviene de “dignidad”) estaban negociando “otrita cosa” con Chile. En ese proceso rifaron el Silala y estuvieron a punto de regalarlo como el huano, el salitre y el cobre. Cuando llegó Piñera al poder en pleno terremoto, poco faltó para que le diga “no friegues” al Gobierno boliviano y la respuesta fue como la de un vasallo frente a su señor, de parte nada menos que del vicepresidente García Linera. Ahora viene el presidente Morales a decir que lo estafaron. Que le cante a Fidel. (Copiado de Bajo el Penoco de El Dia, SC, Bolivia)
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