domingo, 25 de marzo de 2018

Carlos Mesa destaca en su famosa "columna vertebral" que a Chile le está faltando "buena Fe" en la presentación de sus alegatos, y en general en su actuación frente a la Corte Internacional de Justicia dentro del proceso seguido por Bolivia en el reclamo por una salida soberana al Mar.

19 de marzo de 2018. Los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) entran solemnemente al gran salón del Palacio de la Paz en La Haya. El ujier acaba de anunciar “¡La Cour!”. Es un momento crucial en la larga historia del mar boliviano. 139 años después de la invasión del Litoral, 114 años después del Tratado de 1904, Chile está frente a los jueces. Su buque insignia, la intangibilidad del Tratado de 1904, fue hundido por el determinante fallo de estos que en 2015 precisaron cuál el único objeto de la controversia.
A pesar de ello, el Agente de Chile Claudio Grossman abrió el alegato de su país afirmando –una vez más– que el Tratado es el corazón del argumento chileno en este proceso. Nada quedó pendiente entre ambas naciones después de 1904, insistió, como si la Corte no hubiese dicho nunca una palabra sobre la cuestión.
Las dos líneas argumentales en debate quedaron claras en la primera fase de los alegatos. Bolivia propuso un núcleo de base: Chile tuvo una estrategia inequívoca después de la invasión y toma del Litoral, el esfuerzo por restañar la terrible herida con una oferta clara a Bolivia de concederle un acceso soberano al mar. Esa estrategia, pilar fundamental de la política exterior de Santiago, explica perfectamente porqué, a sabiendas del contenido del Tratado y al margen de éste, ofreció a Bolivia desde 1920 en adelante un acceso soberano al mar. Esa línea de acción se mantuvo de diversas formas y se llevó a cabo a través de diversos instrumentos. Bolivia, por su parte, a partir de 1910 inició una estrategia diplomática que fue inalterable en el tiempo en procura de recuperar un acceso soberano en el Pacífico.
La combinación de ambos caminos construyó una realidad en la que se combinó la voluntad política y la jurídica y que tejió una sucesión coherente y agregada de compromisos por parte de Chile. Esas promesas se expresaron reiteradamente en documentos que establecen una voluntad de concretar una acción cuyo resultado final es otorgarle a Bolivia un acceso soberano al mar.
A esos documentos solemnes e inequívocos (cuyo ejemplos más rotundos son las Notas Diplomáticas de 1950 y las negociaciones de Charaña en 1975-1978), dice Bolivia, se suman elementos complementarios y tan valiosos como las once resoluciones de la OEA y los principios universales de Naciones Unidas. Chile intenta desde hace algunos años negar esos compromisos y su valor. Pero por un principio jurídico, el estoppel, que establece que no se puede actuar contra los actos propios, Chile no puede –para ponerlo en términos populares– borrar con el codo lo que hizo con la mano durante casi un siglo.
Chile, por su parte, lo niega todo. Lo suyo –dice– fueron meras aproximaciones diplomáticas, cuando más hechos políticos de buena voluntad, no hay continuidad alguna en sus actos (1950 nada tiene que ver con 1975 ni con 1987, por ejemplo), sus compromisos explicitados tantas veces no fueron tales y, como si esto fuera poco, el contenido de lo propuesto por Bolivia no tiene relación alguna con el contenido de lo respondido por Chile. Cuando Bolivia dice: “proponer a V.E. que los gobiernos de Bolivia y Chile ingresen formalmente a una negociación directa para satisfacer la fundamental necesidad boliviana de obtener una salida propia y soberana al Océano Pacífico resolviendo así el problema de la mediterraneidad de Bolivia”, y Chile responde: “Tengo el honor de expresar a V.E. que mi gobierno será consecuente con esa posición y que, animado de un espíritu de fraternal amistad hacia Bolivia, está llano a entrar formalmente en una negociación directa destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al Océano Pacífico, y a Chile obtener las compensaciones que no tengan carácter territorial y que consulten efectivamente sus intereses”… los abogados de Chile afirman sin una pizca de rubor que ambos textos expresan cosas diametralmente distintas y que, en ningún caso pueden entenderse como el inicio de una negociación formal entre las dos naciones…
El otro razonamiento notable es que Bolivia es responsable de la ruptura de las negociaciones (que, sin embargo y contradictoriamente Chile dice que nunca existieron). Así, por ejemplo, afirma que Bolivia echó por la borda Charaña al romper relaciones diplomáticas en 1978, pasando por alto lo evidente, que en 1976 Chile rechazó la contrapropuesta peruana y clausuró así cualquier opción de un acuerdo bloqueado por las condiciones de forzoso cumplimiento del Tratado de 1929.
Estas dos perlas bastan como ejemplo de una lógica que demuestra la mayor carencia de nuestro vecino: la buena fe. A Bolivia, que hizo una presentación sólida y coherente, le toca cerrar sus alegatos ratificando que la combinación de derecho y justicia son los dos elementos centrales sobre los que fallará la CIJ en los próximos meses

viernes, 23 de marzo de 2018

destaca Los Tiempos el apoyo a la gestión de Evo Morales en la Corte de Justicia. es realista cuando dice que cualquiera sea el resultado del memorable juicio que está lejos de concluir, consigue que Bolivia llame la atención ante el mundo de la Justicia de su causa. los pesimistas son pocos, la gran mayoría conserva el optimismo y la esperanza de una solución, así sea a largo plazo.l

Hoy, 23 de marzo, como desde hace 139 años, es una jornada que los bolivianos dedicamos a recordar que tenemos una cuenta pendiente con la historia. Es que más allá de cualquier otra consideración, a pesar del tiempo transcurrido y de las razonables objeciones, lo cierto es que esta fecha ha adquirido un valor simbólico que no se puede ni se debe soslayar.
Si eso ha sido así desde hace tanto tiempo, lo es ahora más que nunca porque la conmemoración coincide con la etapa culminante de la más seria batalla diplomática librada por nuestro representantes. En efecto, la estrategia adoptada por el gobierno del presidente Evo Morales, que consiste en demandar a Chile ante el Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, ha dado un giro a la casi sesquicentenaria búsqueda fallida de fórmulas capaces de satisfacer una demanda que consideramos justa y legítima.
Con esos antecedentes, es muy comprensible que la población boliviana, de manera muy poco menos que unánime, se haya alineado desde un principio con generosidad y reconocimiento tras la iniciativa enarbolada por el presidente Morales.
Sin embargo, y precisamente por todo lo anterior, con la misma convicción con que se aunaron voluntades alrededor de la demanda interpuesta en La Haya se advirtió desde un principio sobre el peligro de caer en la tentación de aprovechar la carga emotiva que este tema conlleva para ponerlo al servicio de afanes propagandísticos.
Tan importante como lo anterior es no perder vista la real magnitud de lo que se está jugando en la Corte de La Haya. No se debe olvidar que las frustraciones siempre son proporcionales a las expectativas que las preceden. Y como a medida que se acerca la hora de las definiciones parece tender a imponerse, principalmente en las filas gubernamentales, una corriente de ingenuo optimismo, no está demás recordar que, aún en la más optimista de las posibilidades, el fallo de La Haya no tendrá en sí mismo ningún efecto práctico.
En el mejor de los casos, asumiendo que la batalla de La Haya culmine con una victoria judicial para Bolivia, no habrá hecho más que sentar las bases de una negociación cuyos alcances se irán proyectando al menos durante los próximos años, si no décadas.
Que ese sea el mejor alcance posible de la batalla judicial de La Haya no es ni tanto como pretenden hacer creer los propaladores de un exagerado triunfalismo ni tan poco como sostienen los cultores del escepticismo y el pesimismo. Aunque sólo fuera una buena oportunidad para superar el lastre del victimismo sobre nuestra memoria colectiva, el esfuerzo habrá valido la pena.

sábado, 17 de marzo de 2018

Manfredo Kempff invita a reflexionar en este momento "cuando es la hora de pensar en serio" refiriéndose al tema tal cual está siendo tratado en La Haya. luego de historiar los acercamientos entrambos, como diplomático experimentado, anticiplando que el fallo de la CIJ se conocerá después de varios meses.

El año 1950, se acordó que Chile le entregaría a Bolivia un corredor “propio y soberano” sin compensaciones que tuvieran carácter territorial. Quedaba a la vista que la única compensación que Bolivia podía darle a Chile, sería agua, pero el agua no abunda en el altiplano, y si es de la cuenca del Titicaca no se la puede tocar porque existe el condominio con Perú. Mal podría la nación desviar aguas de esa cuenca.
Y como la política interna desbarató el éxito de Ostria Gutiérrez y en el país se había producido una sañuda campaña en contra de cualquier compensación de agua a Chile, quedó en el misterio la forma cómo Bolivia podía satisfacer a nuestros vecinos si estos nos daban una salida “propia y soberana” al Pacífico. Si no era territorio, ¿qué podía otorgar Bolivia como compensación? 
25 años después, Banzer y Pinochet restablecieron unas relaciones diplomáticas que estaban rotas desde 1961. Ambos mandatarios acordaron buscar soluciones a los “asuntos vitales” de las dos naciones, “como el relativo a la situación de mediterraneidad de Bolivia”. En el fondo no existían otros temas vitales que la cuestión marítima y con ese ánimo se reanudaron las relaciones. Bolivia propuso que Chile le cediera una costa marítima soberana entre la Línea de la Concordia y el límite del radio urbano de la ciudad de Arica. También expresó estar dispuesta a considerar los “aportes” que pudieran corresponder como parte del entendimiento. No se mencionó ni agua ni territorio, pero quedó claro que estaba dispuesta a compensar por la costa a recibir. Fue Chile quien al aceptar la cesión expresó que aquello estaría condicionado a un cambio simultáneo de territorios, con una superficie como mínimo equivalente al área de tierra y mar que cedería a Bolivia. En 1986 se repitió un intento similar que acabó sin apenas empezar con un carpetazo de Pinochet.
Veremos que dice el fallo de La Haya que se conocerá en los próximos meses, pero estimamos que exhortará a los dos países a negociar lealmente un arreglo. Presumimos que la decisión del Tribunal no impondrá criterios de cómo resolver el problema. Entonces, aproximarse a lo que parece más práctico y aceptable es esencial. Los bolivianos debemos buscar solucio-nes posibles, que se acerquen a la realidad. Nada vamos a conseguir con aspavientos patrioteros, ni con banderazos ni desfiles ni cánticos plañideros.
Hay que ser objetivos y saber medir las fuerzas. Salvo que prestemos oídos a las fantasías que hablan de que el 2025 nuestra economía habrá igualado a la chilena.

Lo único posible para tener un acceso soberano al mar es tomar el difícil camino del canje territorial. El senador chileno Guillier ya lo ha planteado sin ser oído porque el tema está a la espera del fallo de la Corte y no es oportuno hacer nada. Y difícil porque en Bolivia nunca gustó ninguna compensación con el razonable criterio de que los chilenos ya se llevaron 120.000 km2 y toda nuestra costa.
Complicado también porque los chilenos, a partir del primer Gobierno de Piñera, no quieren hablar de solucionar el enclaustramiento nacional y el Gobierno de Bolivia está haciendo todos los esfuerzos para que en Chile nos odien. Y muy difícil porque la solución soberana con continuidad territorial solo se puede dar al norte de Arica, lo que significa convencer a Perú de que no aplique la cláusula perversa del Tratado de Lima. 

jueves, 19 de octubre de 2017

Carlos Mesa está en Lima para presentar un documental Planeta Bolivia de su producción. relativizó el informe que debe presentar como Vocero de la Causa Marítima. "es parte de mi trabajo y responderé al Canciller con apego al trabajo cumplido. no lo dijo aunque sabemos que Carlos Mesa no cobra nada como vocero, salvo los gastos en que incurre como representante y que se documentan vez tras vez. la relación con el Presidente es fluida y permanente.


Mesa destaca relación con Evo en tema marítimo


El expresidente de Bolivia Carlos Mesa destacó en una entrevista con Efe la fluida relación que mantiene con Evo Morales y consideró que los informes que le solicitó esta semana el Gobierno sobre su actividad como portavoz de la causa marítima Bolivia son una mera formalidad administrativa.
Mesa, que se encuentra en Perú para presentar su serie documental "Planeta Bolivia" en el festival de cine de montaña Inkafest, afirmó que su comunicación con Morales es asidua, "ya sea con reuniones directas o con una fluida correspondencia".
Sobre los informes solicitados por el canciller Fernando Huanacuni días después de que Mesa se pronunciara en contra de la reelección de Morales, el exmandatario indicó que los resolverá como parte de su rutina de trabajo.
"Son temas administrativos internos de menor cuantía. No tienen ninguna relación ni relevancia con la naturaleza del trabajo internacional y su contenido. No tiene caso hablar caso de una minucia administrativa que uno tiene que trabajar con el equipo que me acompaña", apuntó Mesa.
Ante las peticiones de representantes del oficialismo que le piden que defina si se enfocará en el rol de portavoz de la causa marítima o en una eventual candidatura presidencial para las elecciones de 2019, Mesa indicó que es un tema de ceñirse a la realidad.
"Yo soy el representante oficial de Bolivia para la causa marítima, tan simple como eso", sentenció Mesa, cuya asunción a la Presidencia de Bolivia por la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada cumplió esta semana catorce años.
El vocero boliviano indicó que el próximo año espera que se celebren los alegatos orales de Bolivia y Chile en el litigio que mantienen en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, y a finales del mismo año puede que se emita la sentencia.
En el caso de que el fallo sea favorable para Bolivia, confió en que Chile lo acate porque durante todo el proceso aceptó ser la parte litigante acusada, aun cuando la CIJ desestimó su demanda de inhabilitación para tratar el tema.
"Partimos también de la premisa de que Chile se define siempre como un país moderno, progresista, del siglo XXI y que cree en las instituciones internacionales", añadió.
Mesa recordó que la petición de Bolivia ante La Haya es que "le recuerde a Chile sus compromisos de sentarse a negociar con Bolivia un acceso al mar".
"Pedimos que se haga efectiva esa negociación. Un acceso soberano al mar es fundamental para desarrollar una estrategia de manejo las exportaciones e importaciones, además de tener una presencia en la cuenca del Pacífico", indicó.
El periodista y escritor añadió que, de producirse la negociación, Bolivia planteará una abanico de opciones que no quiso avanzar, pero destacó la importancia de unir esfuerzos entre Bolivia, Perú y Chile para dinamizar la economía de la frontera que divide a los tres países.
"Si logramos resolver el problema y terminan los elementos de fricción, podríamos trabajar un triángulo virtuoso en el sur de Perú, el norte de Chile y el oeste de Bolivia, que son zonas con pobreza crónica, las más deprimidas de los tres países, que requieren una estrategia trinacional", defendió.
"Además tienen un elemento cultural extraordinariamente unificador, que es la cultura aimara, con vinculaciones de carácter familiar y un fluido intercambio comercial. Hay una potencialidad de integración que deberíamos hacer efectiva, y que está frenada por esta situación", concluyó.
Durante su estancia en Perú, Mesa realizará este viernes una conferencia en el Inkafest donde destacará los desafíos que los países andinos como Perú y Bolivia afrontan ante el cambio climático.

sábado, 16 de septiembre de 2017

una parte de Chile niega la existencia de Mar para Bolivia, otra pone en duda cualquier derecho boliviano a una costa "lo perdieron con la guerra", otra muy pequena acepta que Chile ofreció una solución con mar después de la guerra. Bolivia pretende sentar a la mesa a Chile y recordarle las promesas...


Mesa responde a Muñoz: “Resolver en el siglo XXI lo que aún está pendiente”


  • Carlos Mesa, vocero de la demanda marítima y Heraldo Muñoz, canciller chileno. | Agencias
COCHABAMBA |
El vocero de la demanda marítima y expresidente de Bolivia, Carlos Mesa, con el artículo publicado hoy en El País: “Bolivia-Chile: resolver en el siglo XXI lo que aún está pendiente”, le respondió al canciller chileno Heraldo Muñoz, quien ayer en el mismo diario escribió: “Chile-Bolivia: la distancia del siglo XXI”.
Este cruce de ideas y argumentos se da en medio de la presentación de la dúplica que Chile hizo hoy en la mañana ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en el marco de la demanda marítima interpuesta por Bolivia el 2013.
“Por primera vez, no fue Bolivia quien lo dijo, sino el máximo tribunal internacional de justicia: sí hay temas pendientes entre Chile y Bolivia, lo que desmonta definitivamente el argumento chileno de que el Tratado de 1904 (referido a nuestros límites territoriales) resolvió todos los problemas existentes entre ambas naciones”, señaló Mesa.
“Es imprescindible comprender que el espíritu de Bolivia al presentar su demanda ante la Corte, es buscar una solución pacífica y negociada a un problema que Chile no solo no ha querido resolver por ese medio, sino que se ha empeñado en encapsular en una negociación bilateral que condenó siempre a un callejón sin salida”, agregó el vocero boliviano de la demanda marítima.
Por su parte, Muñoz señaló que la demanda boliviana busca modificar el territorio de Chile y la alteración de un tratado vigente. “Chile ha estado dispuesto a escuchar las aspiraciones de Bolivia y presentar sus intereses propios al país vecino. Sin embargo, ello no significa que exista una obligación jurídica de negociar un acceso soberano”, apuntó.
“Bolivia goza de acceso al mar, sin soberanía, con exenciones tributarias y una serie de otros beneficios que anualmente cuestan a Chile cerca de cien millones de dólares, otorgados para una mejor implementación del régimen establecido a perpetuidad en el mismo Tratado de 1904”, añadió el canciller chileno.
La dúplica chilena se presenta luego de que Bolivia entregó su réplica el pasado 21 de marzo. Muñoz también explicó que la estrategia que asumieron apunta a las “inconsistencias” y “cambios de rumbo” de la argumentación boliviana.
Entretanto, Bolivia ya se prepara para la fase oral del juicio marítimo contra Chile. Con la entrega de la dúplica por parte del vecino país, se da por cerrada la fase escrita del proceso.

lunes, 10 de julio de 2017

al fin un elogio sobre el tema Carabineros. Tuto dijo que "el manejo fue impecable" me han sorprendido.


Jorge Tuto Quiroga


El expresidente calificó una decisión correcta la devolución de los dos carabineros chilenos y aseguró que "la forma de anunciar y ejecutar la entrega sido muy buena, casi impecable que muestra a Bolivia como un país ejemplo para el gobierno de Michelle Bachelet".
"Rara vez me escucharán que diga algo a favor de este gobierno con el que discrepo en caso todo, y me ha dejado sorprendido porque eso es lo que hace una democracia, no criminaliza los impases fronterizos", declaró.
Quiroga sostuvo que esa actitud del gobierno ayuda a Bolivia en el plano internacional porque da señales claras de cómo resolver incidentes fronterizos, pero lo que resta y desfavorece es la actitud del "gobierno servil de Evo Morales a la dictadura atroz de  Nicolás Maduro".
"El apoyo a un dictador que ha matado 90 personas resta credibilidad a Evo Morales cuando lo correcto es privilegiar la vía diplomática para la causa marítima y no para defender a Maduro que está consumando un golpe a la democracia y libertad en Venezuela", declaró.
Señaló que en Venezuela hay una catástrofe humanitaria, se vive la inflación y la criminalidad más alta del mundo y cuando la gente protesta, Maduro manda a los militares y grupos sicarios a reprimir en las calles.
Recordó que el mundo entero está viendo lo que hace la dictadura de Maduro y lamentablemente toman apunte qué países respaldan a ese gobierno, donde Bolivia y otros países centroamericanos están inscritos.
Aseguró que todos los países democráticos del mundo han repudiado el reciente ataque a la Asamblea de Venezuela, pero Evo Morales salió a decir "dale duro Maduro" sin tomar en cuenta que hay 90 muertos en tres meses.
Quiroga indicó que recientemente el grupo del G20 expresó su repudio y el papa Francisco también se ha pronunciado por el retorno a la paz y la democracia y se declaró convencido que el próximo domingo, cuando haya el plebiscito y millones de venezolanos en las calles, se habrá frenado la farsa Constituyente de Maduro y se habrá recuperado la democracia y la libertad.

miércoles, 14 de junio de 2017

no tardaría Chile en calificar la actuación de Héctor Arce ministro de Justicia en la OEA como de "rotundo fracaso mediático" para ocultar que sí procedieron remal con los dos miitares y 7 funcionarios de Aduana detenidos en territorio chileno hace ya 60 dias. hubo violencia y ausencia de consideración.


Bolivia muestra ante la OEA pruebas de la tortura a bolivianos en Chile; pide actuar para su liberación