sábado, 26 de marzo de 2011

Chile se molesta porque iba en la onda de Evo. Es un derecho exigir justicia sostiene OPINION, aunque agregamos si esta vía hubiese resultado de una consulta. Un gran acuerdo nacional y no "para sacar las manos del fuego"

No deben molestarse.

El Gobierno de Chile debería comprender en su justa  dimensión el mensaje del presidente Morales, no tomarlo como provocación, no enojarse ni expresar pretendido desconcierto. 


El anuncio del presidente Evo Morales en sentido de que Bolivia acudirá a tribunales internacionales para demandar a Chile un acceso soberano y libre al océano Pacífico, se funda en el derecho que tienen las naciones para reclamar situaciones injustas que han causado graves daños.

En la comunidad internacional, el problema marítimo que Bolivia tiene pendiente con Chile es reconocido como un asunto que ha sido dilatado, de manera sistemática, desde hace 132 años y cuando Bolivia logró ubicarlo en la mesa de discusión multilateral la posición de Chile fue siempre de obstrucción y de reacciones de molestia e irritación. Chile, en el problema marítimo, mantiene una política estática y durante sus diferentes gobiernos la característica que ha mantenido en las negociaciones con Bolivia, ha sido la dilación, mediante recursos de distracción y anuncios que finalmente no dieron ningún resultado.

Cuando el presidente Morales sostiene la necesidad de llevar el problema a organismos internacionales, lo hace con el derecho legítimo que tienen los países cuyas demandas no son tomadas en cuenta con la ponderación necesaria. Los asuntos internacionales tan sensibles y delicados como el marítimo no pueden postergarse indefinidamente y por el ello mismo este Gobierno ha considerado el momento de cambiar el rumbo de las negociaciones para expresar al vecino Chile que ante la dilación y la falta de respuestas o planteamientos concretos vería necesario presentar una demanda ante los tribunales internacionales. ¿Qué puede hacer Bolivia ante una serie de promesas, ante anuncios de amistad y relaciones que no encuentran opciones que lleven por el camino de las soluciones?

Aunque medios políticos chilenos y el presidente Sebastián Piñera han reaccionado con dureza ante lo dicho por el presidente Morales, lo cierto es que Chile adopta estas actitudes cada vez que Bolivia habla de multilaterizar el problema. Lo hizo en anteriores oportunidades cuando Bolivia reclamó ante foros internacionales. Las palabras de respuesta siempre fueron de crispación y de crítica. Hoy, la historia parece que se repite, en realidad una historia de negociaciones de hace 132 años.

Lo que ha dicho el presidente Morales de acudir a tribunales internacionales y de dialogar no es incongruente como han afirmado medios políticos chilenos, por el contrario, expresa la intención de Bolivia de seguir dialogando en el plano bilateral, pero con resultados y si no los hay, están los tribunales, como en toda contienda incluso en las relaciones particulares, y mucho más, cuando se trata de un asunto de la significación que representa la demanda marítima.

El Gobierno de Chile debería comprender, en su justa dimensión e intención, el mensaje del presidente Evo Morales, no tomarlo como provocación, no enojarse ni expresar un pretendido desconcierto. 

Es cierto, como afirma un senador chileno, que los pueblos pueden optar por los caminos de la integración y adoptar como ejemplo lo que ocurre en la Unión Europea donde después de cruentas guerras, encontraron la unidad global, pero no es menos cierto que en ese proceso hubo objetivos claros y voluntad, indispensables para llevar adelante una negociación; en el problema marítimo observamos hace más de cien años a un país que no varía ni un ápice en reconocer hechos que dañaron a Bolivia y de revisar tratados injustos al amparo de la doctrina internacional. En el nuevo escenario, Bolivia le dice a Chile que quiere diálogo, pero, que hará prevalecer su derecho al reclamo internacional.

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