viernes, 5 de agosto de 2011

Jaime Liendo en bien hilvanado texto se refiere a la afirmación de Chile, "nada le debe a Bolivia" y sí más bien le debe mucho...muchísimo y es triste que Evo no hubiese respondido a cabalidad en lugar de quedarse callado en aquel momento supremo!

A raíz de la posesión del presidente Humala en el Perú donde asistieron los presidentes de Chile y de Bolivia, entre otros, se supone que el presidente Evo Morales y su canciller Chaquehuanca, no perdieron la oportunidad de hacer una reunión con el presidente chileno Piñera y su respectivo canciller donde los primeros hicieron saber a los representantes chilenos de su voluntad de iniciar “el diálogo” con referencia a la agenda de los fatídicos 13 puntos donde supuestamente se encontraba una referencia a la falta de acceso soberano al mar que Bolivia padece desde la usurpación chilena de 1879. 

La respuesta verbal diplomática chilena fue como de costumbre, en este aspecto marítimo; rotunda y torpe, repitiendo el slogan ya estrenado por ellos meses atrás, es decir hicieron eco de: ¡Chile no le debe nada a Bolivia! tal afirmación, parece que no tuvo respuesta inmediata de la parte boliviana, es decir que callaron humildemente lo que en realidad Chile le debe a Bolivia a raíz de la usurpación chilena conocida por todo el mundo desde hace ya más de un siglo. Al respecto, ¡jamás hay que olvidar! lo que realmente Chile le debe a Bolivia:

Chile le debe a Bolivia todo el territorio del Atacama.

Chile le debe a Bolivia todo el Litoral boliviano con sus inmensas riquezas y sus puertos tales como Antofagasta, Cobija y otros.

Chile le debe a Bolivia el haberse convertido en el primer productor de harina de pescado y de explotar la gran riqueza piscícola, gracias al litoral cautivo boliviano. Chile le debe a Bolivia de haberse convertido en el primer productor mundial de cobre, por las minas del Atacama boliviano.

Chile le debe a Bolivia por toda su exportación de litio existente en el Atacama. Chile le debe a Bolivia por la explotación de las aguas de las vertientes bolivianas del Silala que abusivamente usa para abastecer de agua dulce a Calama, Antofagasta y las minas de Chuquicamata, que desde hace más de un siglo las comercializa y no paga ni un centavo por ello a Bolivia. Chile le debe a Bolivia por la economía que generan el tráfico y el uso de los puertos de Antofagasta, Iquique y Arica, por la exportación e importación de casi todo el comercio boliviano.

En fin, muchos otros acápites más podríamos señalar en éste artículo para desbaratar el indignante y prepotente “slogan chileno”, hoy de moda en todos los círculos chilenófilos, y más bien deberíamos decir con justa razón histórica, económica, política y geográfica que:

Chile le debe a Bolivia todo el Litoral boliviano, pues por la explotación de ello, también le debe a Bolivia: todo su progreso y economía.

Hasta no hace mucho tiempo la razón chilena de seguir sojuzgando a Bolivia por el usufructo del Litoral boliviano era repetir incansablemente que: Chile no tiene ningún problema con Bolivia, pues el Tratado de 1904 de “paz y amistad” ha sellado a perpetuidad las fronteras chileno-bolivianas, por lo cual hay que respetar el Tratado de 1904. Este cambio de slogan se debe seguramente a la declaración del Gobierno boliviano de hace algunos meses a raíz de la ruptura del diálogo de los 13 puntos, de que Bolivia acudirá a los tribunales de justicia internacional para zanjar definitivamente el enclaustramiento marítimo boliviano. Se supone también que Bolivia acudirá al Tribunal de Justicia Internacional de la Haya demandando a Chile para que éste rectifique su injusta posesión que retiene de el Litoral boliviano apropiado con premeditación, ventaja y alevosía mediante una invasión bélica en 1879 que no da derechos de acuerdo a la justicia internacional, por lo cual Bolivia hasta hoy está sufriendo las consecuencias negativas para el pueblo en su totalidad.

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