domingo, 5 de diciembre de 2010

La Tercera de Santiago ofrece la crónica que uds. leerán que sitúa la reivindicación marítima en lista de espera sin mucho que esperar...

"El Presidente Piñera fue muy sincero, muy directo y estamos decididos juntos a construir una profunda amistad, una confianza para tocar temas de importancia para los dos países, entre ellos la reivindicación marítima de Bolivia", dijo en agosto pasado Evo Morales, al término de la reunión que sostuvo con el Mandatario chileno en San Juan, Argentina, en el marco de una cumbre de Mercosur.

En su intervención, Morales también dijo que Piñera le había comunicado las limitaciones que tenía el gobierno chileno respecto de las fórmulas para dar una solución a la demanda marítima boliviana. Era una manera de aterrizar las expectativas que se habían generado en La Paz un mes antes, tras la reanudación de las rondas de consultas políticas entre Chile y Bolivia. En esa ocasión, tras una larga y difícil negociación de cuatro días en la capital boliviana, se incluyó en la declaración oficial el compromiso de "proponer y alcanzar soluciones concretas, factibles y útiles" en el tema marítimo.

Piñera también cuidó guardar las expectativas. A inicios de esta semana se debía realizar la segunda reunión de consultas políticas de los vicecancilleres de ambos países, en Santiago. La Moneda, sin embargo, canceló el encuentro: no existían avances en el tema marítimo y la reunión podía terminar abriendo un posible foco de conflicto.

La decisión del Presidente se enmarcó dentro de una decisión estratégica a más largo plazo. El Mandatario ha monitoreado de cerca el tema y cree que cualquier acercamiento con La Paz se debe construir paso a paso. No sólo eso. En La Moneda señalan que Piñera apuesta a convertir un acuerdo con Bolivia en uno de los hitos de su gestión, luego de que en 2012 se resuelva la demanda de Perú en la Corte de La Haya y que Chile eventualmente sortee en buenos términos el litigio, como confía.

De acuerdo a sus cercanos, Piñera cree que la única solución para resolver algún día el tema marítimo pasa por otorgarle a Bolivia un corredor sin soberanía por la localidad de Lluta, en una zona de cerca de 10 kilómetros de la Primera Región.

Un sondeo de La Tercera de octubre arrojó que un un 59% rechaza otorgar una salida al mar a Bolivia mediante un corredor sin soberanía. La alternativa era la que tenía más apoyo: la de un corredor con soberanía tuvo un 64% de rechazo y un enclave, el 63%.

El Presidente ha conversado en varias oportunidades con Morales sobre el tema marítimo. Siempre le ha dicho lo mismo: no está por otorgar un corredor soberano a Bolivia ni tampoco un enclave, lo que, a su juicio, significaría dividir el territorio chileno y generar problemas graves, como el libre tránsito de camiones. La validez del Tratado de 1904 ha sido su argumento en muchos diálogos, como también el recuerdo de casos de otros países con problemas limítrofes.

Aclarado ese punto con Morales, el Presidente apuesta a construir confianzas sobre la base de avances concretos en el resto de la agenda de 13 puntos con La Paz. Varios ya están en marcha, pues, de acuerdo con La Moneda, los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet no avanzaron lo suficiente en el tema. El Mandatario ha ordenado a RREE avanzar en la construcción del tren Arica-La Paz, que estaría operativo en 2012, y otorgar facilidades en los puertos de Arica y Antofagasta. Incluso, está dispuesto a facilitar bodegas en el puerto de Valparaíso y redoblar los acuerdos de cooperación económica a través de ProChile, así como avanzar en la integración fronteriza, el libre tránsito y la cooperación para el control del tráfico de drogas en las fronteras, entre otras.
"Nuestra actitud es que aquí hay un problema y queremos ayudar a encontar una solución", es el mensaje que ha transmitido Piñera al gobierno de Morales.

Piñera quiere evitar que se produzca un quiebre en las conversaciones, en momentos en que las autoridades bolivianas han aumentado la presión para que Chile presente "propuestas concretas, factibles y útiles". No sólo porque cree que Morales es su mejor interlocutor, debido a su respaldo interno. En el horizonte, el gobierno mira con preocupación lo que pueda pasar el 2012. Ese año, Cochabamba será sede de la Asamblea General de la OEA y en Chile no olvidan lo que ocurrió en 1979, la última vez que el organismo hemisférico se reunió en una localidad boliviana. Aquella vez, La Paz introdujo la demanda marítima en una resolución de la OEA. El 2012, además, vence el plazo establecido por el artículo 9 transitorio de su Constitución, que obligaría a Bolivia a desahusiar el tratado con Chile de 1929.

Si se tensan las relaciones, dicen en La Moneda, Chile podría verse en problemas: la demanda boliviana cuenta con varios aliados en la región. Piñera, sin embargo, también sabe que una solución nunca convencerá del todo ni a chilenos ni bolivianos.

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