lunes, 16 de mayo de 2011

se podría afirmar que al menos 4 diarios son indeclinables en su defensa de la Reivindicación, El Diario, La Patria, Los Tiempos y El Deber justamente reclamando por un trato firme pero prudente del tema

El retorno de Bolivia a las costas del Pacífico siempre ha sido un objetivo esencial de la política exterior del país, más allá y por encima de los gobiernos de turno. Luego de la firma del infausto Tratado del 20 de octubre de 1904, Bolivia -desde el llamado Memorándum Sánchez Bustamante de 1910 hasta la fecha- prosiguió con la denuncia sobre su injusta mediterraneidad. También en varios períodos sostuvo negociaciones directas con Chile, país que conquistó nuestro Litoral por la fuerza de las armas. Asimismo, Bolivia sostuvo permanentes contactos con Perú en función del Protocolo Complementario al Tratado de Lima del 3 de junio de 1929, el que obliga a tener el acuerdo peruano en caso de cederle Chile a Bolivia territorios que otrora pertenecieron a ese país.
El tema marítimo no ha perdido vigencia y no la perderá nunca. La verdadera integración sudamericana solamente será posible el día en que esta tremenda injusticia del forzado enclaustramiento boliviano se solucione. Es más, la era de Internet ha demostrado en pleno siglo XXI la necesidad de contar con costa soberana para disponer directamente de la conexión con los cables submarinos que vienen del hemisferio norte y nos conectan a la red informática mundial. Este hecho y muchos otros que han sido debidamente cuantificados, prueban que Bolivia seguirá limitada en su desarrollo mientras no obtenga su acceso soberano al mar.
Lamentablemente, al noble tema marítimo -ahora y en el pasado- se lo ha utilizado sistemáticamente como elemento de política interna ante problemas de coyuntura. Esta causa sagrada ha sido manipulada muchas veces, en lugar de ser objeto prioritario de políticas de Estado de largo aliento ejecutadas con la mayor seriedad.
Últimamente notamos que estamos cayendo de nuevo en la demagogia. El asunto marítimo -grave e importante- tiende a convertirse en algo folclórico que sirve a quien gobierna actualmente. No, eso no debe ser así, ni ahora ni en el futuro.
El problema con Chile es fundamentalmente político y política será la negociación que eventualmente nos lleve a una solución adecuada para este magno asunto de interés nacional. Las vías del Derecho Internacional Público –cuya fuente básica son los tratados- revisten carácter limitante y no auguran mayor éxito. La negociación político-diplomática directa se impone. La política –y esto lo sabe bien Evo Morales- siempre modifica, crea o extingue situaciones jurídicas.
Bien hizo esta administración en continuar las pautas de reconstrucción de la confianza mutua con Chile sentadas por su predecesor, aunque sí se debió exigir que –pasado un lapso razonable- La Moneda sea capaz de presentar un principio de fórmula potencialmente negociable. Ahora, resulta que mientras se sigue hablando de la posibilidad de continuar el diálogo con los chilenos, en paralelo se anuncian acciones ante tribunales internacionales al mismo tiempo que se generan estridencias de un verdadero paroxismo demagógico-populista, lo que no resulta ser el mejor clima para encaminar con éxito el máximo objetivo de la patria.
Seriedad es lo que se precisa aquí y ahora. Todos estaremos unidos detrás del histórico estandarte de la reivindicación marítima en el marco del enorme respeto que el tema impone. Músicas, bailes y otras frivolidades, poco o nada ayudarán al proceso.

Lamentan 'chambonada' en el tema marítimo

Lamentan 'chambonada' en el tema marítimo: "Lamentan 'chambonada' en el tema marítimo. Microcolumna de El Día. Bolitica. SC.
Lunes, 16 de Mayo, 2011El Gobierno maneja el tema del mar con imprudencia e irresponsabilidad, afirmaron ex diplomáticos y políticos opositores. “Ha sido una chambonada”, dijo el ex diplomático Manfredo Kempff a propósito del rechazo del juez español Baltasar Garzón al presidente Morales. Dijo que mínimamente el presidente Morales debió hacerle la consulta primero antes de hacer el anuncio. Asimismo, el asambleísta de Cochabamba del opositor Todos por Cochabamba (TPC), Oscar Mercado. Lamentó que el presidente Evo Morales use la reivindicación marítima con fines políticos y distraccionistas de la realidad nacional y lo único que provoca son reacciones jocosas de Chile. RMH"

domingo, 15 de mayo de 2011

Desde FACEBOOK, Jacqueline Patiño nos ofrece un aporte en la discusión del tema de la Reivindicación Marítima. Punto de vista original y sensible. Bravo!

Cuando tus cinco hermanos se ponen de acuerdo y uno a uno te roban tu tierra, ¿Qué se llama eso? MALDAD. Si tus hermanos, encima, te pegan, te amenazan, y matan a tu familia para consolidar su propiedad, ¿Qué se llama eso? FRATRICIDIO.  Peor todavía, cuando tus hermanos, encima de todo, cada que te quejas te muestran sus rifles, pistolas, bombas, y te dan unas migajas, unos cuantos pesos para que firmes los papeles en los que les entregas definitivamente tus tierras, ¿Qué se llama eso? VILEZA.

Bolivia nació con territorios libres y soberanos, salida al mar, y mucha riqueza. El problema es que nuestros hermanos tomaron por la fuerza nuestros mejores territorios y nos dejaron los más duros, los más difíciles de arar, de sembrar, de caminar. Se llevaron nuestra costa, nuestro llano, nuestro desierto, nuestra heredad. No porque nuestros ancestros hayan sido demasiado buenos e ingenuos tenemos los Bolivianos que callarnos y dejar que nos nombren como “Un lugar sin salida al desarrollo”, cuando ellos, los ladrones, nos dejaron en la más abyecta pobreza.

Ahora somos el patio trasero de Sud América. Eso es muy cierto. Pero no es porque nosotros hayamos escogido este destino, sino porque nuestros hermanos nos traicionaron, nos robaron, y ahora se atreven, viéndonos pobres y solos, a avergonzarse y avergonzarnos llamándonos inviables. Inviables sus traseros gordos.

La visión chicata y miserable de los gobiernos actuales de nuestros hermanos, pero especialmente de los gobiernos chilenos de siempre, es poner en tela de juicio si los territorios robados por ellos nos harían menos pobres. La obvia respuesta es que seríamos ricos si los tuviéramos. Ellos son los únicos que no quieren ver lo obvio.

Es fácil para los ganadores de guerras, igual que para los niños malcriados, mirarse al espejo y verse más bonitos, elegantes, mejor gobernados y mejor educados que los perdedores. Claro, quien va a decir que lo que tiene es fruto del vandalismo, y de quitarle sus tierras a la gente buena y pacífica de un hermoso lugar llamado Bolivia.

Qué clase de hermanos tenemos, por favor! Encima de que nos convierten en pobres quitándonos lo mejor que teníamos, encima de habernos recordado por más de cien años lo incapaces e ineptos que somos, ahora nos llaman pobres. Esto deja mucho que desear acerca de su honor, de su bondad humana y de su “desarrollo”. 

No necesitamos justificar nuestra necesidad de salir al mar o de recuperar los casi dos millones de kilómetros cuadrados de la mejor tierra que nos robaron. Esa necesidad, como ya dije, es simplemente obvia. Son ellos los que necesitan justificar sus atropellos al llamarnos pobres, al decirnos todo lo mal que hacemos, y al subrayar nuestro subdesarrollo. Es que hacer eso calma un poco su conciencia. Así también piensan los violadores y los asesinos, que cuando van a juicio se defienden diciendo que la víctima tiene la culpa por “provocar”.

Mientras ellos limpian sus conciencias con consignas y políticas de estado que nos prohíben llamar al robo por su nombre, hay cientos de cosas que ellos hacen para evitar nuestro crecimiento como país.  Por ejemplo, su miedo a que les reclamáramos nuestros territorios ha hecho que nos mantengan al margen de sus rutas de comercio lo más posible, enseñando en las escuelas que ellos son grandes, buenos y valientes y que nosotros no valemos nada, y por lo tanto no tienen nada que comprarnos. Sistemáticamente han soslayado visitarnos, comprarnos, e incluso hablar de nuestra música como Boliviana. En cambio han buscado eufemismos para decir que nuestra música es “andina” y no Boliviana, y nuestro estaño es “sudamericano”, no Boliviano. Asimismo, nuestro gas “no es necesario” y nuestra agua “no les sirve”. Sin embargo, viven tocando nuestra música, industrializando nuestro estaño y calentándose con nuestro gas. Ni que decir, produciendo sus alimentos con nuestra agua.

Así es como los ricos viven del hermano pobre, le quitan su identidad y acallan su voz en los foros internacionales: minando su autoestima.

En realidad, Bolivia es sólo el reflejo de la avaricia de sus hermanos, que nunca se acuerdan, por ejemplo, de que cuando hay que contratar trabajadores, prefieren un Boliviano al de cualquier nacionalidad ¿Porqué será? Claramente porque el Boliviano es buena persona, trabaja bien, no se queja, es leal y lo mejor de todo, ha salido de su país y está solo, por tanto está indefenso. También olvidan que Bolivia es el país con menos criminalidad de America Latina, que los Bolivianos todavía se horrorizan ante un asesinato, que por cierto no se produce todos los días, y que hasta este gobierno, no producíamos cocaína, así que tuvieron que venir nuestros hermanos colombianos a enseñarnos cómo se produce, y cómo se mata por cuentas narcotraficantes.

Esto que nos está pasando, seguramente les pasó a nuestros ancestros, que después ingenuamente perdieron nuestra heredad a manos de avezados ladrones y guerreros. Bolivia no es importante para las potencias ahora. Lo fue cuando tenía sus territorios completos, por eso ayudaron a los ladrones. Por eso, a partir de que la falacia de la ignorancia y la maldad de la gente Boliviana acaba de ser expuesta por mi persona en representación de los millones de Bolivianos honestos, trabajadores y no violentos que habitamos pacíficamente este enclave, la conversación con nuestros hermanos debe cambiar.

Sin importar quién nos gobierne, los Bolivianos somos gente de bien. Por cada uno que se ha metido al narcotráfico, habemos miles que estamos libres de malas mañas. Somos los que más y mejor pagamos nuestros impuestos en América Latina. Hasta antes de este gobierno, jamás tuvimos crimen organizado. Y nuestros índices de criminalidad incluyen más borrachera y líos por ese tema, que por criminalidad seria como en el resto de América. Nuestras mujeres son las que menos en América han sucumbido ante la prostitución, aunque no faltan chilenas que vienen a enseñarnos y argentinas que se llevan niñas Bolivianas para enseñarles la esclavitud sexual. 

Por eso ya no les permitimos a nuestros hermanos, que se creen mejores que nosotros, que hablen libremente y porque tienen boca, de lo que consideran que es nuestra pobreza. Hablemos más bien de la pobreza de ellos. De sus niveles de criminalidad ominosa, de sus fuentes de trabajo enredadas con la mafia y con el narcotráfico, y les pidamos muy amablemente que no nos contaminen. No queremos su tipo de desarrollo. No queremos ser arrogantes y vacíos como ellos. No queremos el dinero como ellos: para señorearse los unos sobre los otros.

Mas bien queremos hacer dinero para utilizarlo en cuidar de nuestra gente, y no como en el caso de ellos que utilizan a su gente para cuidar su dinero.   El futuro de Bolivia, está claro, no depende de lo que nuestros hermanos hagan con nosotros, sino de lo que nosotros hagamos con nuestros hermanos. Yo propongo el divorcio, en los términos más amigables posibles. Es decir, esta familia Boliviana se niega, desde ahora, a seguir recibiendo maltrato y relegación de parte de nuestros hermanos. Aprenderemos a ser simplemente amigos, y a cuidar nuestros intereses, como nuestros hermanos siempre lo hicieron. Eso se llama un cambio en la estrategia de supervivencia. Radical. Total.
15 de mayo de 2011 23:10
Cuando tus cinco hermanos se ponen de acuerdo y uno a uno te roban tu tierra, ¿Qué se llama eso? MALDAD. Si tus hermanos, encima, te pegan, te amenazan, y matan a tu familia para consolidar su propiedad, ¿Qué se llama eso? FRATRICIDIO. Peor todavía, cuando tus hermanos, encima de todo, cada que te quejas te muestran sus rifles, pistolas, bombas, y te dan unas migajas, unos cuantos pesos para que firmes los papeles en los que les entregas definitivamente tus tierras, ¿Qué se llama eso? VILEZA.

Bolivia nació con territorios libres y soberanos, salida al mar, y mucha riqueza. El problema es que nuestros hermanos tomaron por la fuerza nuestros mejores territorios y nos dejaron los más duros, los más difíciles de arar, de sembrar, de caminar. Se llevaron nuestra costa, nuestro llano, nuestro desierto, nuestra heredad. No porque nuestros ancestros hayan sido demasiado buenos e ingenuos tenemos los Bolivianos que callarnos y dejar que nos nombren como “Un lugar sin salida al desarrollo”, cuando ellos, los ladrones, nos dejaron en la más abyecta pobreza.

Ahora somos el patio trasero de Sud América. Eso es muy cierto. Pero no es porque nosotros hayamos escogido este destino, sino porque nuestros hermanos nos traicionaron, nos robaron, y ahora se atreven, viéndonos pobres y solos, a avergonzarse y avergonzarnos llamándonos inviables. Inviables sus traseros gordos.

La visión chicata y miserable de los gobiernos actuales de nuestros hermanos, pero especialmente de los gobiernos chilenos de siempre, es poner en tela de juicio si los territorios robados por ellos nos harían menos pobres. La obvia respuesta es que seríamos ricos si los tuviéramos. Ellos son los únicos que no quieren ver lo obvio.

Es fácil para los ganadores de guerras, igual que para los niños malcriados, mirarse al espejo y verse más bonitos, elegantes, mejor gobernados y mejor educados que los perdedores. Claro, quien va a decir que lo que tiene es fruto del vandalismo, y de quitarle sus tierras a la gente buena y pacífica de un hermoso lugar llamado Bolivia.

Qué clase de hermanos tenemos, por favor! Encima de que nos convierten en pobres quitándonos lo mejor que teníamos, encima de habernos recordado por más de cien años lo incapaces e ineptos que somos, ahora nos llaman pobres. Esto deja mucho que desear acerca de su honor, de su bondad humana y de su “desarrollo”.

No necesitamos justificar nuestra necesidad de salir al mar o de recuperar los casi dos millones de kilómetros cuadrados de la mejor tierra que nos robaron. Esa necesidad, como ya dije, es simplemente obvia. Son ellos los que necesitan justificar sus atropellos al llamarnos pobres, al decirnos todo lo mal que hacemos, y al subrayar nuestro subdesarrollo. Es que hacer eso calma un poco su conciencia. Así también piensan los violadores y los asesinos, que cuando van a juicio se defienden diciendo que la víctima tiene la culpa por “provocar”.

Mientras ellos limpian sus conciencias con consignas y políticas de estado que nos prohíben llamar al robo por su nombre, hay cientos de cosas que ellos hacen para evitar nuestro crecimiento como país. Por ejemplo, su miedo a que les reclamáramos nuestros territorios ha hecho que nos mantengan al margen de sus rutas de comercio lo más posible, enseñando en las escuelas que ellos son grandes, buenos y valientes y que nosotros no valemos nada, y por lo tanto no tienen nada que comprarnos. Sistemáticamente han soslayado visitarnos, comprarnos, e incluso hablar de nuestra música como Boliviana. En cambio han buscado eufemismos para decir que nuestra música es “andina” y no Boliviana, y nuestro estaño es “sudamericano”, no Boliviano. Asimismo, nuestro gas “no es necesario” y nuestra agua “no les sirve”. Sin embargo, viven tocando nuestra música, industrializando nuestro estaño y calentándose con nuestro gas. Ni que decir, produciendo sus alimentos con nuestra agua.

Así es como los ricos viven del hermano pobre, le quitan su identidad y acallan su voz en los foros internacionales: minando su autoestima.

En realidad, Bolivia es sólo el reflejo de la avaricia de sus hermanos, que nunca se acuerdan, por ejemplo, de que cuando hay que contratar trabajadores, prefieren un Boliviano al de cualquier nacionalidad ¿Porqué será? Claramente porque el Boliviano es buena persona, trabaja bien, no se queja, es leal y lo mejor de todo, ha salido de su país y está solo, por tanto está indefenso. También olvidan que Bolivia es el país con menos criminalidad de America Latina, que los Bolivianos todavía se horrorizan ante un asesinato, que por cierto no se produce todos los días, y que hasta este gobierno, no producíamos cocaína, así que tuvieron que venir nuestros hermanos colombianos a enseñarnos cómo se produce, y cómo se mata por cuentas narcotraficantes.

Esto que nos está pasando, seguramente les pasó a nuestros ancestros, que después ingenuamente perdieron nuestra heredad a manos de avezados ladrones y guerreros. Bolivia no es importante para las potencias ahora. Lo fue cuando tenía sus territorios completos, por eso ayudaron a los ladrones. Por eso, a partir de que la falacia de la ignorancia y la maldad de la gente Boliviana acaba de ser expuesta por mi persona en representación de los millones de Bolivianos honestos, trabajadores y no violentos que habitamos pacíficamente este enclave, la conversación con nuestros hermanos debe cambiar.

Sin importar quién nos gobierne, los Bolivianos somos gente de bien. Por cada uno que se ha metido al narcotráfico, habemos miles que estamos libres de malas mañas. Somos los que más y mejor pagamos nuestros impuestos en América Latina. Hasta antes de este gobierno, jamás tuvimos crimen organizado. Y nuestros índices de criminalidad incluyen más borrachera y líos por ese tema, que por criminalidad seria como en el resto de América. Nuestras mujeres son las que menos en América han sucumbido ante la prostitución, aunque no faltan chilenas que vienen a enseñarnos y argentinas que se llevan niñas Bolivianas para enseñarles la esclavitud sexual.

Por eso ya no les permitimos a nuestros hermanos, que se creen mejores que nosotros, que hablen libremente y porque tienen boca, de lo que consideran que es nuestra pobreza. Hablemos más bien de la pobreza de ellos. De sus niveles de criminalidad ominosa, de sus fuentes de trabajo enredadas con la mafia y con el narcotráfico, y les pidamos muy amablemente que no nos contaminen. No queremos su tipo de desarrollo. No queremos ser arrogantes y vacíos como ellos. No queremos el dinero como ellos: para señorearse los unos sobre los otros.

Mas bien queremos hacer dinero para utilizarlo en cuidar de nuestra gente, y no como en el caso de ellos que utilizan a su gente para cuidar su dinero. El futuro de Bolivia, está claro, no depende de lo que nuestros hermanos hagan con nosotros, sino de lo que nosotros hagamos con nuestros hermanos. Yo propongo el divorcio, en los términos más amigables posibles. Es decir, esta familia Boliviana se niega, desde ahora, a seguir recibiendo maltrato y relegación de parte de nuestros hermanos. Aprenderemos a ser simplemente amigos, y a cuidar nuestros intereses, como nuestros hermanos siempre lo hicieron. Eso se llama un cambio en la estrategia de supervivencia. Radical. Total.

sábado, 14 de mayo de 2011

Acaso con canciones…

Acaso con canciones…: "Acaso con canciones…
Sábado, 14 de Mayo, 2011Los chilenos ya se dieron cuenta de que los desafíos del Gobierno boliviano en el tema marítimo no son más que paradas de gallo tuerto y acaban de ofrecerle la última oportunidad para retomar el diálogo. El canciller del país vecino, Alfredo Moreno, ha emplazado a Bolivia a definir de una vez qué estrategia va a adoptar para hacer valer su pretensión de contar con una salida al mar. El ultimátum se produjo después de que el célebre juez español Baltasar Garzón decidió rechazar la oferta pública que le hizo el presidente Morales, de hacerse cargo de la demanda que supuestamente planteará la diplomacia boliviana ante la Corte Internacional de La Haya. En otras, palabras, el régimen boliviano ya dio a saber ante el mundo que ni siquiera ha conseguido abogado para que lo patrocine y que su gran estrategia consiste en obligar a los medios de comunicación nacionales a repetir mensajitos, himnos y estribillos alusivos al mar. Harán falta muchas cancioncitas para que los bolivianos vuelvan a entusiasmarse por la demanda marítima, luego de casi cinco años de letargo masista en este tema. La gente no suele ser tan esquizofrénica como los gobernantes." (Bajo el Penoco. El Dia, SC)

jueves, 12 de mayo de 2011

Chile sigue paso a paso el proceso diplomático. ahora está preparada la protesta formal por el cambio de Bolivia y el Decreto de Evo emitido el 29 de abril.


Según señala este jueves el diario La Tercera, Chile tendría lista una nota diplomática que “aludiría” la nueva estrategia boliviana para plantear en tribunales internacionales su centenaria demanda marítima. El reclamo incluso se referiría al decreto supremo que el presidente Evo Morales presentó el pasado 29 de abril.

"RR.EE. analiza queha formal a Bolivia por nueba estrategia marítima", titula el rotativo chileno y subtitula: "(La) nota diplomática aludiría al decreto supremo presentado por Morales en acto masivo por el mar a fines de abril".

Altas fuentes de la Cancillería de Chile señalaron a la Tercera que aún “no se ha autorizado” el envío de la queja formal. Todo esto a pocos días de un encuentro que tendrá el ministro de Relaciones Exteriores del vecino país, Alfredo Moreno con su par boliviano David Choquehuanca, en el marco del Bicentenario de la Independencia que celebrará Paraguay.

Citando siempre al diario, en Santiago había una fuerte molestia desde el 23 de marzo pasado, cuando -durante el Día del Mar- Evo Morales amenazó con una demanda internacional para obtener una salida al mar con soberanía. Chile emplazó a La Paz a elegir entre "demanda o diálogo".

Aunque este episodio también sería incluido en la nota de protesta, fuentes diplomáticas dicen que su elaboración comenzó tras analizar lo ocurrido el pasado 29 de abril, cuando el presidente boliviano encabezó un masivo acto en el estadio Hernando Siles, de La Paz, para instaurar el Día de la Reivindicación Marítima.

sábado, 7 de mayo de 2011

asciende a la palestra Cajías de la Vega para mostrar las opciones pesimista y optimista en el tema de reivindicación maríitima


La pérdida de la cualidad marítima y de toda la provincia del Litoral, a más de sus terribles consecuencias económicas, políticas y sociales, tuvo una gran influencia en la mentalidad de los bolivianos. Es una de las causas principales que coadyuvaron en la formación del lado pesimista de nuestro ser junto a otros factores, sobre todo relacionados con las frecuentes crisis políticas y económicas. Como contrapartida, la parte optimista del ser boliviano tiene como principales ingredientes la cultura y la naturaleza.
En los 132 años de enclaustramiento se han vivido épocas de pasividad frente al problema, así como de profunda euforia, pero el retorno al mar ha permanecido siempre en la memoria de los bolivianos. Por eso, es un tema que forma parte de nuestro lamento histórico, así como de incentivo a nuestro patriotismo.
En los últimos 50 años es importante recordar dos momentos de ferviente patriotismo en torno al tema, cuando se recordaron los centenarios de la guerra (1979) y de la firma del tratado (2004). Vivimos el inicio de una nueva etapa reivindicativa, al que nos hemos sumado varios historiadores con entusiasmo y optimismo.
Las reacciones ante esta nueva oportunidad de reclamo por solucionar nuestro enclaustramiento, reclamo que todo boliviano considera justo, han provocado los dos tipos de reacciones que reflejan las dos caras de nuestro ser, la optimista y la pesimista.
Por un lado, se ha reavivado el sentimiento patriótico manifestado en actos cívicos, composiciones musicales, sumatoria de esfuerzos intelectuales y, lo más importante, unión de esfuerzos de expresidentes con el actual Presidente y de intelectuales de diferente corte ideológico, lo que abre una fundada esperanza de consolidar una política de Estado, más permanente y más sostenible, más autónoma de la coyuntura y más vinculada al problema estructural que ha marcado estos 132 años.
Por otro lado, han surgido también las reacciones pesimistas manifestadas en redes sociales de Internet, en columnas periodísticas, en conversaciones de café, en debates de toda índole. Una posición de los que sienten la derrota antes de iniciada la pelea o de los que ya se han rendido ante la profunda evidencia de que los gobiernos de Chile no piensan ceder una salida al mar, soberana y útil; evidencia corroborada por la otra evidencia que dan los gobiernos peruanos de no flexibilizar el Tratado de 1929, si la solución pasa por un corredor al norte de Arica.
Pasa como cuando un equipo boliviano de fútbol juega en el exterior; los pesimistas auguran una paliza segura, antes de que el equipo haya ingresado en la cancha. Comprensible reacción por las muchas derrotas sufridas, pero criticable cuando se olvidan las victorias y los campeonatos internacionales en los que alcanzamos un buen sitial, gracias a la unión de talentos, que los medios optimistas se encargan, felizmente, de recordar.
Estamos plenamente conscientes de las enormes dificultades que se presentan al plantear acciones multilaterales, conocemos la capacidad de los equipos de Chile y de Perú, tan hermanos como rivales, en los casi dos siglos de vida republicana, pero tenemos el convencimiento de que si nos unimos y sumamos capacidades, estamos en condiciones de llegar a la cancha en igualdad de condiciones. No tenemos nada que perder y mucho por ganar. Lo peor es rendirse antes de intentar. 

El autor es historiador

martes, 3 de mayo de 2011

Andrés Oppenheimer muy leído a nivel mundial tiene razón en dos cosas. Evo está politizando el tema del mar y está planeando alguna acción armada para ganar las elecciones del 2014


Aunque el ejército boliviano está mucho peor equipado que el chileno, y difícilmente podría darle pelea, no se puede descartar que Morales lo utilice para crear una escaramuza fronteriza que le consiga apoyo interno para ganar las elecciones del 2014. Eso hubiera sido impensable hasta hace poco, pero no en la Bolivia “antiimperialista” de hoy.
El presidente populista Evo Morales –hasta hace poco uno de los presidentes latinoamericanos más populares– está jugando una carta peligrosa para remontar su abrupta caída en las encuestas: está reviviendo el conflicto territorial de 132 años de antigüedad con Chile.
Durante una visita de tres días a este país, me sorprendió descubrir que Morales había declarado el 29 de abril el “Día de la Reivindicación Marítima”, apenas unas semanas después de haber celebrado el tradicional “Día del Mar” el 23 de marzo.
La nueva jornada de protesta nacional, al igual que la vieja, fue celebrada con actos organizados por el Gobierno para exigir que este país sin salida al mar reciba una salida al océano Pacífico a través de lo que hoy es territorio chileno.
Morales anunció recientemente que Bolivia recurrirá a los tribunales internacionales “para exigir acceso libre y soberano al mar”.
Desde entonces, además de crear el nuevo “Día de la Reivindicación Marítima”, ha dicho que le exigirá a Chile que le pague a Bolivia por el uso del río Silala, en la frontera entre ambos países.
Chile afirma que está dispuesto a continuar con las negociaciones que podrían otorgar a Bolivia un corredor hacia el océano Pacífico, pero sin conceder soberanía sobre ese territorio. Los dos países rompieron relaciones diplomáticas en 1978, pero durante los últimos años han estado negociando una solución al conflicto.
¿Qué está ocurriendo?, le pregunté a varios políticos y periodistas bolivianos. Casi todos respondieron que Morales, que ganó un segundo período presidencial en el 2009 con el 64 por ciento de los votos, ha estado en caída libre política desde diciembre, y que está resucitando el conflicto con Chile por motivos políticos internos.
Morales cayó abruptamente en las encuestas desde diciembre, cuando anunció un 70 por ciento de aumento en los precios del combustible. Ante las masivas protestas callejeras, incluyendo muchas de sindicatos de izquierda y grupos indígenas que lo habían apoyado antes, tuvo que dar marcha atrás con la medida.
Pero su popularidad ha caído al 32 por ciento en la mayoría de las encuestas, la cifra más baja desde que asumió la presidencia hace cinco años.
“El Gobierno se está deteriorando rápidamente, y esta pelea con Chile es consecuencia de eso”, dice Samuel Doria Medina, un magnate empresarial y líder de la oposición que actualmente enfrenta varios juicios del Gobierno por supuestos delitos económicos. “Ellos son muy buenos para distraer la atención pública de los problemas económicos”.
El gobernador de Santa Cruz , Rubén Costas, uno de los pocos gobernadores de oposición que sigue ocupando su cargo después de que el Gobierno obligó a la mayoría de sus colegas a renunciar por medio de juicios intimidatorios, me dijo que todo hace esperar “un desgaste progresivo e irreversible” del Gobierno.
Pese a los precios récord mundial de las exportaciones de minerales bolivianos, que aumentaron el ingreso del país en un asombroso 160 por ciento desde que Morales asumió la presidencia, el Gobierno se ha quedado sin dinero.
Los precios de la plata subieron de7 dólares la onza, cuando asumió Morales, a 45 dólares actualmente, los precios del estaño pasaron de 2 a 14 dólares en el mismo período. Sin embargo, debido a las enormes entregas de subsidios estatales, las desastrosas nacionalizaciones de empresas importantes y la creciente deuda con Venezuela y otros países, el Gobierno está en bancarrota.
Para empeorar las cosas, no hay virtualmente inversiones, porque las nacionalizaciones han ahuyentado a los inversores nacionales y extranjeros. La inflación real es de alrededor del 15 por ciento, y está en aumento a medida que hay más huelgas. El Gobierno responde imprimiendo más dinero para pagar aumentos de sueldos.
“Me temo que la inflación se va a disparar, y que el Gobierno se radicalizará aún más”, me dijo Costas. “Tengo el temor de que Morales va a crear un clima más populista, de más confrontación, para mantener este proyecto populista”.
Mi opinión: no es inusual que los presidentes bolivianos revivan la disputa territorial con Chile cuando están abajo en las encuestas. Recuerdo a varios predecesores de Morales, de centro y de derecha, que hicieron lo mismo cuando cayó su popularidad a nivel nacional.
Sin embargo, esta vez hay un elemento nuevo, y es que Morales ha añadido un elemento ideológico que no existía antes: la politización de las fuerzas armadas bolivianas. A fines del año pasado, a pedido de Morales, el ejército boliviano se declaró “socialista”, “antiimperialista” y “anticapitalista”.
Aunque el ejército boliviano está mucho peor equipado que el chileno, y difícilmente podría darle pelea, no se puede descartar que Morales lo utilice para crear una escaramuza fronteriza que le consiga apoyo interno para ganar las elecciones del 2014. Eso hubiera sido impensable hasta hace poco, pero no en la Bolivia “antiimperialista” de hoy.