martes, 7 de diciembre de 2010

Chile usa la misma táctica dilatoria de siempre. Primero adelanta un criterio (oficioso) luego pretende aclararlo y reiterar su buena disposición...(?

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, señaló que su gobierno está dialogando, tiene la mejor disposición con Bolivia respecto a su mediterraneidad y que Chile está buscando generar confianza, además de soluciones concretas a la demanda marítima boliviana.

Sin embargo, en un encuentro con la prensa extranjera, en ningún momento se refirió a la posibilidad de una salida al mar con soberanía para el país vecino, según La Tercera.

Consultado sobre la versión que señalaba que el gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet había definido una salida al mar sin soberanía consistente en la entrega de un enclave en el norte del país, el Mandatario contestó que "con Bolivia tenemos una historia que muchas veces nos ha dividido, pero tenemos un futuro que nos une".

Además, el Canciller chileno Alfredo Moreno rechazó referirse a la nota publicada el domingo por La Tercera que aludía al freno que puso Piñera, entonces como presidente electo, al ofrecimiento del gobierno de Bachelet sobre un enclave sin soberanía al norte de Iquique.

"Estamos conversando y hemos dicho siempre que tenemos una muy buena disposición y que esto tiene que hacerse en base a generar confianzas y soluciones que sean concretas, útiles y factibles, que es lo que hemos acordado con la propia Bolivia", sostuvo el jefe de Estado.

El Mandatario afirmó que durante estos meses de gobierno se han "logrado avances muy significativos", mencionando entre ellos la habilitación del puerto de Iquique para el embarco y desembarco de los productos bolivianos y extranjeros.

lunes, 6 de diciembre de 2010

repetimos casi el texto anterior, aunque de otra fuente. esta vez HOY BOLIVIA para su atenta lectura. Piñera se opuso.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, antes de asumir la presidencia de su país, frenó la oferta de Michelle Bachelet de un enclave marítimo para Bolivia en la región de Atacama, informa un reporte de La Tercera este domingo en su edición digital.

En diciembre de 2009, sólo días después de que Sebastián Piñera triunfara en las elecciones presidenciales, el gobierno de Evo Morales envió un reservado documento a la administración de Michelle Bachelet, dice la nota.

Se trataba del borrador de un acta de carácter oficial que pretendían firmar ambos países, en el que se daba cuenta del proceso de negociaciones bilaterales de los últimos cuatro años y donde Chile adquiría el compromiso de continuar avanzando en las conversaciones para resolver la histórica demanda marítima paceña sobre la base de lo que hasta ese momento habían trabajado ambas cancillerías.

El borrador enviado desde La Paz formaba parte de un acuerdo al que habían llegado en octubre los vicencancilleres de Bolivia, Hugo Fernández, y de Chile, Alberto van Klaveren. Los viceministros habían liderado las nueve rondas de consultas políticas de las diplomacias de ambos países desde julio de 2006 y en este encuentro, el último antes de que Bachelet concluyera su mandato, hablaron de consensuar un documento común. Bolivia quedó a cargo de redactarlo y Chile le realizaría las correcciones.

A esa altura, las conversaciones en torno al tema marítimo estaban avanzadas. Aunque el acta boliviana no consignaba fechas ni fórmulas, según señalan fuentes del gobierno de la época, para entonces Bachelet tenía en vista tres opciones para conceder un enclave costero sin soberanía a Bolivia en la provincia de Tarapacá. Una de ellas llegó a consolidarse durante las negociaciones: se trataba de un punto entre el sur de la Quebrada de Camarones y el norte de Iquique. La fórmula sin soberanía sorteaba las obligaciones del Tratado de 1929, que dispone que Chile debe consultar a Perú por la cesión de territorios que le pertenecían antes de la Guerra del Pacífico.

Durante el primer semestre de ese año viajó en forma reservada a la provincia de Tarapacá una delegación de tres técnicos del gobierno de Morales para ver in situ las características del lugar que se había definido negociar. Acompañados por tres funcionarios de la Cancillería chilena, algunos de ellos de la Dirección de Fronteras y Límites, los expertos se trasladaron directamente al lugar, sin pasar por Santiago. No querían dejar huellas.

Durante tres días, con mapas y documentos topográficos y legales, los técnicos bolivianos comprobaron las características del terreno y las posibilidades de desarrollo del enclave. El lugar que exploraron fue una caleta deshabitada: era una de las condiciones de ambas partes para concordar un enclave.

El mar de la zona tenía la profundidad suficiente para buques de gran calado y una zona de playa. Se trataba de un elemento relevante. Allí se contemplaba construir un puerto para la salida de minerales de hierro y litio de Bolivia y una zona turística. Chile solicitó que el muelle fuera exclusivamente para la exportación de minerales y no fuera habilitado para el tránsito de carga general: de ese modo, no entraría en competencia con los puertos de Arica y Antofagasta. El punto fue aceptado por La Paz.

Los negociadores bolivianos también plantearon condiciones. Pidieron que en el enclave se autorizara la construcción de un eje urbano, aledaño al sector industrial. La pretención paceña era algo mayor de 400 kilómetros cuadrados, lo que Chile no aceptó.

De todas formas, el mecanismo que se exploró era similar e incluso superior a la concesión que otorgó Perú a Bolivia en el puerto de Ilo. El acuerdo firmado en 1992 por los entonces gobernantes Alberto Fujimori y Jaime Paz Zamora incluía la cesión por 99 años de un enclave costero de cinco kilómetros y 163 hectáreas para Bolivia.

"No era una fórmula ideal. Pero era lo que había como alternativa posible", asegura una fuente de la Cancillería chilena que conoció de estas conversaciones.

Con todo, a Morales le interesó. El mecanismo no satisfacía la demanda por una salida soberana y con continuidad territorial, pero el enclave sí les permitía recuperar la cualidad marítima.

EL RECHAZO DE PIÑERA
Pese a la derrota de Eduardo Frei en las urnas, Bachelet mantuvo vivo el interés de alcanzar un acuerdo con Bolivia antes de terminar su mandato. El borrador del acta boliviana estaba siendo revisada para su ratificación mientras se iniciaba el traspaso de mando a Piñera. Entrado febrero, señalan altas fuentes diplomáticas, Cancillería dio a conocer a las nuevas autoridades la declaración conjunta que pretendían firmar con Evo Morales. El documento fue considerado "excesivo" por los representantes de Piñera y a poco andar fue abortado. Muchos lo veían como un intento por dejar "amarrado" al nuevo gobierno respecto de los mecanismos que debían seguir adelante las conversaciones con Morales.

En paralelo, Piñera estaba enterado de que Bachelet barajaba tres opciones para otorgar un enclave a Bolivia y que el diálogo estaba avanzado. El Presidente rechazó la iniciativa. Tenía una razón de fondo: no compartía la idea de otorgar un enclave a ese país. A juicio del nuevo gobierno, la entrega en concesión o comodato por 99 años a La Paz de una franja de litoral en territorio chileno abriría a futuro nuevos focos de tensión en las relaciones bilaterales. Problemas de índole migratorio, de libre tránsito, administrativos y de infraestructura, dicen en el Ejecutivo, surgirían de este mecanismo. "El Presidente no cree viable ´dividir´ el territorio en dos", afirma un cercano, quien añade que Piñera es más proclive -en teoría- a la idea de otorgar un corredor sin soberanía por el norte del río Lluta.

La decisión de Piñera de febrero pasado echó por la borda las reservadas negociaciones de Bachelet y Morales. En julio de 2006, ambos acordaron establecer una agenda de 13 puntos, en los que estaba incluido el tema marítimo en el punto sexto de la tabla. Meses después, en abril de 2007, se comenzó a hablar de eventuales fórmulas entre sus gobiernos.

Durante todo ese año, en los cuatro encuentros que sostuvieron a puertas cerradas, los vicecancilleres de ambos países abordaron en términos generales los posibles mecanismos para una solución al tema marítimo. Por el lado del gobierno chileno se sentaba Van Klaveren. Por el boliviano estuvieron, primero, Mauricio Dorfler y luego Hugo Fernández. En esos días, ni Bachelet ni Morales dieron instrucciones específicas a sus representantes sobre la forma en que debían proceder ni lo que se debía discutir en las citas.

Así, los vicecancilleres comenzaron repasando las distintas opciones que se habían explorado en diferentes períodos de la historia y las limitaciones que tenían para uno y otro país para llevarlas a cabo. Una de las primeras alternativas que se analizó fue un eventual corredor por el norte del río Lluta y el sur de la Línea de la Concordia. La fórmula ya se había impulsado sin éxito durante los gobiernos de Domingo Santa María, Germán Riesco, Jorge Montt, Federico Errázuriz Echaurren y Gabriel González Videla.

En segundo término, los viceministros abordaron la idea de establecer un polo de desarrollo de Chile, Bolivia y Perú en el puerto de Arica. La iniciativa fue planteada en 1926 por EEUU y en 1976 la reflotó Lima, para bloquear las negociaciones que en ese momento desplegaban Augusto Pinochet y Hugo Banzer.

La tercera alternativa que repasaron los vicecancilleres de Bachelet y Morales apuntó a un enclave boliviano en el norte chileno, que podía otorgarse a través de concesión o comodato a largo plazo (La Paz pedía 99 años). La fórmula también había sido pensada por otros gobiernos. En 1968 la exploró el ex canciller Gabriel Valdés; en 1987 lo hicieron los gobiernos de Pinochet y Paz Estenssoro, y el 2001 lo volvió a explorar el ex Presidente Ricardo Lagos, quien ofreció un enclave en el puerto de Patillo para la construcción de un puerto para la exportación de gas.

Al término de la ronda de consultas políticas de octubre de 2007, los vicecancilleres Van Klaveren y Fernández señalaron que habían intercambiado "criterios en forma amplia, franca y realista".

"Para el gobierno chileno había dos condiciones intransables: la solución tenía que ser sin ceder soberanía y no podía dividir el territorio chileno", recalca un ex ministro de Bachelet.

A inicios de mayo de 2008, el embajador de Bolivia en Perú, Franz Solano, sondeó la posición de Lima ante un eventual arreglo entre La Paz y Santiago mediante un corredor por el norte de Arica. La respuesta de Perú desalentó al gobierno de Morales, quien consideraba que la presentación de su demanda limítrofe ante La Haya era un intento para bloquear un posible acuerdo entre Chile y Bolivia.

Poco después, el vicecanciller boliviano sorprendió a Van Klaveren al manifestarle -por primera vez- la disponibilidad de La Paz a avanzar en la negociación de un enclave por el norte chileno. En esos días, un acta oficial de una reunión que efectuaron en La Paz consignó que "en el análisis de las distintas opciones existentes de solución al tema marítimo se profundizó en aquellas que ofrecen mayor viabilidad a corto plazo".

El texto que rubricaron ambas autoridades anunció que se encargarían diversos "estudios técnicos". Aunque las conversaciones se concentraban en la discusión de un enclave, La Paz apostaba por no cerrar a futuro un corredor soberano.

El 14 de junio de ese año, en Tarija, Morales dio un mensaje similar a Bachelet. Durante su conversación a solas, el mandatario boliviano la urgió a apurar el tranco. "Hasta ahora hemos construido una confianza. Debemos pasar a la segunda fase", dijo Morales, indicando que estaba dispuesto a explorar una fórmula sin soberanía. Aquella vez, afirman fuentes del gobierno de Bachelet, el mandatario pidió que le explicara en detalle qué era lo que Chile planteaba por enclave.

"Después del encuentro de los presidentes se hicieron mapas, cartas naúticas, planimetrías detalladas de los posibles lugares", señala una fuente de edificio Carrera. A la Dirección de Fronteras y Límites de la Cancillería de Chile se le encomendó hacer un barrido de las pertenencias mineras y de los propietarios de cada una de las zonas para detectar eventuales conflictos jurídicos posteriores. RREE también sondeó la posición de las FFAA.

En ese contexto, Bachelet se reunió a mediados de ese año con el ex canciller Alejandro Foxley y Van Klaveren a discutir las alternativas para resolver el tema marítimo. "Le llevaron carpetas con los mapas de tres lugares ubicados entre la Primera y Segunda Región", dicen personeros de la época. La orden de la ex presidenta fue que exploraran las alternativas con La Paz de manera reservada.

La propuesta de Chile fue bien recibida en Bolivia, que, a su vez, envió a Santiago sus propios mapas para ubicar el enclave. "No había mucha diferencia en los lugares que habíamos propuesto, sí en las dimensiones, las que eran más grandes en la contrapropuesta boliviana", añade un personero que conoció las negociaciones.

Las conversaciones seguirían en curso en los meses siguientes. Nada hacía prever entonces que las tratativas marítimas quedarían en punto muerto.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La Tercera de Santiago ofrece la crónica que uds. leerán que sitúa la reivindicación marítima en lista de espera sin mucho que esperar...

"El Presidente Piñera fue muy sincero, muy directo y estamos decididos juntos a construir una profunda amistad, una confianza para tocar temas de importancia para los dos países, entre ellos la reivindicación marítima de Bolivia", dijo en agosto pasado Evo Morales, al término de la reunión que sostuvo con el Mandatario chileno en San Juan, Argentina, en el marco de una cumbre de Mercosur.

En su intervención, Morales también dijo que Piñera le había comunicado las limitaciones que tenía el gobierno chileno respecto de las fórmulas para dar una solución a la demanda marítima boliviana. Era una manera de aterrizar las expectativas que se habían generado en La Paz un mes antes, tras la reanudación de las rondas de consultas políticas entre Chile y Bolivia. En esa ocasión, tras una larga y difícil negociación de cuatro días en la capital boliviana, se incluyó en la declaración oficial el compromiso de "proponer y alcanzar soluciones concretas, factibles y útiles" en el tema marítimo.

Piñera también cuidó guardar las expectativas. A inicios de esta semana se debía realizar la segunda reunión de consultas políticas de los vicecancilleres de ambos países, en Santiago. La Moneda, sin embargo, canceló el encuentro: no existían avances en el tema marítimo y la reunión podía terminar abriendo un posible foco de conflicto.

La decisión del Presidente se enmarcó dentro de una decisión estratégica a más largo plazo. El Mandatario ha monitoreado de cerca el tema y cree que cualquier acercamiento con La Paz se debe construir paso a paso. No sólo eso. En La Moneda señalan que Piñera apuesta a convertir un acuerdo con Bolivia en uno de los hitos de su gestión, luego de que en 2012 se resuelva la demanda de Perú en la Corte de La Haya y que Chile eventualmente sortee en buenos términos el litigio, como confía.

De acuerdo a sus cercanos, Piñera cree que la única solución para resolver algún día el tema marítimo pasa por otorgarle a Bolivia un corredor sin soberanía por la localidad de Lluta, en una zona de cerca de 10 kilómetros de la Primera Región.

Un sondeo de La Tercera de octubre arrojó que un un 59% rechaza otorgar una salida al mar a Bolivia mediante un corredor sin soberanía. La alternativa era la que tenía más apoyo: la de un corredor con soberanía tuvo un 64% de rechazo y un enclave, el 63%.

El Presidente ha conversado en varias oportunidades con Morales sobre el tema marítimo. Siempre le ha dicho lo mismo: no está por otorgar un corredor soberano a Bolivia ni tampoco un enclave, lo que, a su juicio, significaría dividir el territorio chileno y generar problemas graves, como el libre tránsito de camiones. La validez del Tratado de 1904 ha sido su argumento en muchos diálogos, como también el recuerdo de casos de otros países con problemas limítrofes.

Aclarado ese punto con Morales, el Presidente apuesta a construir confianzas sobre la base de avances concretos en el resto de la agenda de 13 puntos con La Paz. Varios ya están en marcha, pues, de acuerdo con La Moneda, los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet no avanzaron lo suficiente en el tema. El Mandatario ha ordenado a RREE avanzar en la construcción del tren Arica-La Paz, que estaría operativo en 2012, y otorgar facilidades en los puertos de Arica y Antofagasta. Incluso, está dispuesto a facilitar bodegas en el puerto de Valparaíso y redoblar los acuerdos de cooperación económica a través de ProChile, así como avanzar en la integración fronteriza, el libre tránsito y la cooperación para el control del tráfico de drogas en las fronteras, entre otras.
"Nuestra actitud es que aquí hay un problema y queremos ayudar a encontar una solución", es el mensaje que ha transmitido Piñera al gobierno de Morales.

Piñera quiere evitar que se produzca un quiebre en las conversaciones, en momentos en que las autoridades bolivianas han aumentado la presión para que Chile presente "propuestas concretas, factibles y útiles". No sólo porque cree que Morales es su mejor interlocutor, debido a su respaldo interno. En el horizonte, el gobierno mira con preocupación lo que pueda pasar el 2012. Ese año, Cochabamba será sede de la Asamblea General de la OEA y en Chile no olvidan lo que ocurrió en 1979, la última vez que el organismo hemisférico se reunió en una localidad boliviana. Aquella vez, La Paz introdujo la demanda marítima en una resolución de la OEA. El 2012, además, vence el plazo establecido por el artículo 9 transitorio de su Constitución, que obligaría a Bolivia a desahusiar el tratado con Chile de 1929.

Si se tensan las relaciones, dicen en La Moneda, Chile podría verse en problemas: la demanda boliviana cuenta con varios aliados en la región. Piñera, sin embargo, también sabe que una solución nunca convencerá del todo ni a chilenos ni bolivianos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

el canciller Choquehuanca ha emitido una declaración que no dice nada. "nuestros subsecretarios estarán trabajando" escribe y justifica el retraso...


El gobierno espera que Chile presente propuestas de Chile sobre el tema marítimo en una próxima reunión de los vicecancilleres de ambos países, dijo el ministro de Relaciones Exterioles, David Choquehuanca.

"En la última reunión que hemos llevado se establece que en la próxima y sucesivas reuniones Chile tiene que presentar propuestas útiles, concretas y factibles sobre este punto", dijo Choquehuanca en una entrevista a radio Patria Nueva.

Bolivia perdió su litoral en una guerra con Chile entre 1879 y 1883 en la que tuvo como aliado a Perú. Aunque el gobierno chileno rechaza ceder soberanía, ha dicho que está dispuesto a negociar un arreglo a la demanda boliviana de una salida al mar.

Choquehuanca indicó que la reunión de vicecancilleres estaba prevista para fines de noviembre en el marco de negociación de la agenda de 13 puntos acordada por los dos países, pero el gobierno chileno aún no ha confirmado la fecha del encuentro. La reunión se realiza dos veces por año.

"Considero que tenemos que ser responsables con nuestros pueblos con la agenda que se está trabajando, y espero que los vicecancilleres estén trabajando en estos temas. Posiblemente están trabajando o tienen alguna dificultad y han solicitado la postergación", dijo el canciller.

Dijo que "no se descartan encuentros entre nuestros presidentes en eventos internacionales".

El presidente Evo Morales y su colega chileno Sebastián Piñera tenían programado reunirse en un acto el sábado en la región boliviana de Santa Cruz para inaugurar un corredor bioceánico, pero Morales dijo el viernes que se postergó por "problemas de trabajo". También debía asistir el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.

Morales dijo que la negociación de la agenda de 13 puntos continuará.

viernes, 26 de noviembre de 2010

está publicado en LT Digital. una nueva postergación de la llama Agenda 13 y son varias. será que Chile no quiere profundizar el tema ante E.M.?

El presidente Evo Morales dijo este viernes que "es normal" la postergación de la de la cita de vicecancilleres de Bolivia y Chile, que debían continuar conversaciones en torno al avance de la agenda bilateral de 13 puntos vigente desde el año 2006, que tiene como principal punto el tema marítimo y el pago por el uso de las aguas del Silala.

"Sabes, siempre se ha postergado la reunión en eso, que no significa cancelar la agenda de 13 puntos. Varias veces, por muchas razones se ha postergado. Inclusive, a veces, nosotros hemos tenido que postergar porque se presentó un problema de trabajo y pidió disculpas ya, siento que es parte de eso", respondió a una periodista en la residencia de San Jorge, donde realizó una conferencia de prensa.

El encuentro del subsecretario de Relaciones Exteriores, Fernando Schmidt, y su par boliviana, Mónica Soriano, estaba previsto para lunes y martes de la próxima semana, en Santiago. Pero en una medida que sorprendió a funcionarios bolivianos, el gobierno chileno pidió aplazar la cita para una fecha a convenir.

Morales dijo que otra de las causas puede ser la reunión que se tiene entre Perú y Chile. En efecto, el jueves pasado, los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y de Perú, Alan García, rompieron el hielo y se reunieron en Lima, donde se definieron como dos aliados. Piñera se reunió con García en la capital peruana en lo que constituye la primera visita de un mandatario chileno a Perú desde que Lima demandó a Santiago ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), en enero de 2008.

Puede ser un tema, dijo Morales en La Paz, "pero también puedo imaginarme y calculando bien, postergar porque de estas reuniones ahora tiene que haber resultados, entonces hay que preparar para que haya resultados", dijo.

Fuentes diplomáticas del vecino país señalaron a la prensa chilena que una de las razones para postergar la cita entre Schmidt y Soriano era que no había muchos elementos nuevos que plasmar en la declaración final.

Morales hizo conocer también que en estos días tenía programada una reunión con su par chileno, pero se presentó la reunión entre el presidente de Brasil, Luis Inacio Luna da Silva, y Piñera, por lo que su encuentro con el mandatario de Chile fue también postergado.

"Se puede hacer muchas interpretaciones, pero no es la primera vez que se posterga, pero eso no significa que se ha dejado sin efecto los 13 puntos avanzados, así he entendido un poco este tema", insistió sin entrar en más detalles.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Cayetano Llovet está acertado cuando refiere que "soncuentos" los que nos cuentan Chile y Perú, para distraer la perdiz y alimentar nuestra ingenuidad


Chilenos y peruanos nos cuentan cuentos. Y se divierten con la solemnidad y persistencia con las que los bolivianos nos tomamos el asunto. Y hablar de “los bolivianos” es una forma de decir, porque la mayor parte no tiene la menor idea de la tal salida al mar y menos de los milagros que ocurrirían el día que mojemos los pies en el Pacífico. Y que alguien dude de que los males de Bolivia se deben a la falta de salida al mar produce una cierta sensación de profanación y casi el peligro de traición a la Patria.

Chile, con una Cancillería potente, coherente y, sobre todo, expresiva de políticas de Estado, nos ha vendido todos los discursos posibles e imaginables. Su propósito ha sido simple: evitar que Bolivia siga siendo una piedra en el zapato chileno en los foros internacionales: definir la bilateralidad de la discusión y mostrarse amable y hasta coqueto con Bolivia. En las presidencias de Bachelet y Evo, Chile y Bolivia parecían dos enamorados instalados en su arrobo sentimental: homenajes militares de Chile a Eduardo Avaroa, intercambio de información militar -¡son potencias militares equivalentes!-, y hasta la caricatura del Comandante de la aristocrática Armada de Chile disfrazado de Kallawuaya remando una lancha de totora en el lago Titicaca. De mar, ¡naranjas!

Perú, con enorme habilidad desbarató todo. El nuevo embajador en Bolivia, Manuel Rodríguez, ex Canciller de Perú, conocido como el “Halcón de Torre Tagle”, impulsor del diferendo marítimo con Chile, profesional al fin, hace el acto de magia y saca un conejo de la chistera. Ni siquiera un conejo nuevo y joven, sino uno viejo, despelucado y sin chiste: Ilo, un puerto deshechado e inútil por muchos años, inventado como carta demagógica por Jaime Paz y Alberto Fujimori en 1992. Y logra el milagro: Alan García y Evo Morales, olvidan sus constantes agresiones, insultos e ironías, se tragan su mutua e indisimulable antipatía y los peruanos vuelven a ser los buenos de la película. Chile acusa el golpe y entra en la histeria del concurso para quedar bien: desde la propuesta de referéndum de Longueira, hasta el regalo de mar de Jodorowky. Chilenos y peruanos compiten en su amor por Bolivia… ¡faltan la música y los versos!

Bolivia, el tercero en cuestión, sigue siendo el chiquito ansioso que va escuchando los cuentos de chilenos y peruanos. A diferencia de Santiago y Lima, nuestra cancillería ha sido el modelo continuado de ineptitud, ineficacia y de falta de imaginación. Nuestros cancilleres, diplomáticos de visiones pueblerinas con pretensiones de Metternich, han bordado la grandilocuencia y el ridículo con la misma facilidad en años y gestiones diferentes, creyendo los cuentos chilenos y peruanos.

Pero, ¿el que nos contamos nosotros? Porque durante años y años hemos crecido en el convencimiento de que si se produce el milagro de la salida al mar, poco menos que nos convertiremos en una potencia universal. Nuestra flotas mercantes surcarán los mares, nuestra Fuerza Naval dejará su escuela en una colina seca de La Paz para hacer sus maniobras en alta mar, los productos de nuestra pujante industria llegarán a otros puertos del Pacífico que siguen esperando nuestros minerales, nuestro gas que nunca se terminará, y ahora el litio que convertirá a Bolivia en la referencia de las nuevas revoluciones tecnológicas en el mundo.

Tiene que ser muy bueno el cuento para que llevemos generaciones y generaciones creyéndolo y perfeccionándolo. Y está muy bien, porque… ¿qué haríamos en Bolivia sin demagogia y sin cuentos?

domingo, 7 de noviembre de 2010

de qué negociaciones secretas se trata? qué es lo que esconde Evo bajo la manga? preguntas angustiosas del pueblo. eju.tv

Evo Morales acaba de confirmar la existencia de negociaciones secretas con Chile. “En el momento las negociaciones sobre la salida al mar no se negocian públicamente, no se negocian políticamente ni partidariamente”, dijo el presidente, por si a alguien le quedaban dudas sobre el avance de una agenda diplomática que su gobierno maneja de manera hermética. Grave constatación, por cierto, ya que los intereses bolivianos están siendo manejados (¿manipulados?, ¿entregados?) a espaldas del país, cuando lo correcto sería construir una política exterior de Estado en materia marítima, sobre la base de un gran consenso nacional. Mucho nos tememos que lo que está a punto de pactarse -y que tendrá al acto del 27 de noviembre para inaugurar el corredor bioceánico como evento mediático inicial- sea simplemente una reedición del fatídico tratado de 1904, en el cual la élite gobernante de La Paz consolidó la posesión chilena del Litoral a cambio de un libre tránsito ferroviario funcional a sus intereses económicos. Ahora, bajo la figura de “acceso marítimo” se procura enmascarar otra fórmula de libre tránsito sin soberanía, que además el propio Chile necesita para llegar hasta la Amazonía y el Atlántico a través del corredor bioceánico. En esta ocasión, los intereses económicos son los de una burocracia rentista asociada a grupos de “empresarios amigos” en torno a un proyecto de exportación trasandina de gas natural…