declaró ayer que "la pretensión boliviana de que Chile le pague una supuesta demanda histórica parece simplemente ridícula", mientras que su colega el senador Jaime Orpis (UDI) opinó que si se le pretende habilitar a Bolivia un puerto en la caleta de Pisagua, el país altiplánico debe renunciar primero a su histórica aspiración de una salida soberana al mar. Ambas declaraciones fueron realizadas a 48 horas de la jornada de Reivindicación Marítima, convocada por el gobierno de Evo Morales para mañana viernes.
Según “La Tercera”, los diputados José Manuel Edwards (RN) y Mónica Zalaquett (UDI), miembros de la comisión de Relaciones Exteriores, abordaron los dichos del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien expresó su intención de mantener el diálogo y buscar un acuerdo con Chile por el uso de las aguas del Silala y del río Lauca.
Los parlamentarios lamentaron que el mandatario de Bolivia -según dijeron- "use temas bilaterales como herramienta de política interna, cuando las encuestas están bajas".
El diputado Edwards dijo que "Bolivia no usa las aguas del Silala ya que les resulta imposible viabilizar su uso. La pendiente en el lado boliviano viene hacia Chile, y las aguas están lejos de cualquier poblado o actividad económica de interés en Bolivia".
"La pretensión boliviana de que Chile le pague una supuesta demanda histórica, por su uso en los últimos anos, parece simplemente ridícula. Tan ridículo como la idea de que se habría desviado el curso natural del río que cae por quebradas en lugares recónditos de Bolivia", agregó Zalaquett.
La postura de los parlamentarios de la Alianza se da luego de que el Presidente Morales expresara su confianza en alcanzar "mediante el diálogo" un acuerdo con Chile sobre el tema, y tras los dichos de Rubén Saavedra -ex ministro y quien fue nombrado a cargo de la Dirección de Reivindicación Marítima-, quien sostuvo que "si Chile no respeta los derechos bolivianos sobre las aguas manantiales del Silala y el río Lauca, evaluaremos la posibilidad de demandarlos ante los tribunales internacionales".
Las aguas del Silala son parte de la jurisdicción del salar de Uyuni. Sin embargo, descienden por quebradas hasta el norte de Chile. La posición boliviana es que esto se debería a un cauce artificial construido por los chilenos durante la década de 1960, por lo que piden un pago retroactivo por el uso de las aguas durante los últimos 100 años. Chile, en cambio, ha planteado la opción de remunerar a Bolivia el 50 por ciento del uso de las aguas del Silala, pero sólo desde el momento en que se firme un eventual acuerdo al respecto, y no de forma retroactiva.
De acuerdo a la publicación de “La Estrella”, el senador Jaime Orpis (UDI) opinó que si se le pretende habilitar a Bolivia un puerto en la caleta de Pisagua, el país altiplánico debe renunciar primero a su histórica aspiración de una salida soberana al mar.
Las declaraciones las emitió en una entrevista con Radio Digital FM (99.1), donde afirmó que "no se puede dar un paso sin que Bolivia renuncie a la soberanía". Ello, con motivo de la visita a Pisagua del cónsul general del vecino país, Walker San Miguel.
Expresó que "puede ocurrir que uno le puede dar una salida por Pisagua sin soberanía, pero todos sabemos que para Bolivia la soberanía es una condición, y uno no le puede dar una salida soberana que luego termine cortando el país".
Agregó que ésa sería una condición indispensable para que se implemente una zona portuaria para Bolivia en Tarapacá.
TRATADO
Según el Tratado de Paz y Amistad firmado entre Chile y Bolivia en 1904, la nación altiplánica puede solicitar la habilitación de un puerto en la parte del país que estime conveniente, incluso en Punta Arenas.
Al respecto, Orpis explicó que "la habilitación de un puerto no implica soberanía, pero según lo que he leído acá la pretensión es mayor, una suerte de negociación, pero creo que definitivamente Bolivia debe renunciar a una salida soberana, y nadie está dispuesto a entregar algo así".
CONSTITUCIÓN
En relación a que Bolivia eventualmente renunciaría, como sugirió el cónsul Walker San Miguel, a una salida soberana al mar por un puerto comercial, el parlamentario adujo que "entonces tendrían que cambiar la Constitución, porque en ese texto está estipulado esa aspiración".
Precisó que si el cónsul de Bolivia en Chile señaló eso, "primero verifiquemos si hay una instancia legislativa que esté modificando la carta fundamental en que el país renuncie a una salida soberana al mar, todo debe estar respaldado por las normas jurídicas vigentes".
Añadió que es legítimo que el alcalde de Huara, comuna a la que pertenece Pisagua, Carlos Silva, quiera potenciar su comuna, "pero que lo haga sobre la base de ciertos principios básicos y categóricos, porque el día de mañana puedes entregar algo, sin embargo, Bolivia no ha renunciado a la soberanía y si entregas Pisagua el paso siguiente es la soberanía".
AGENDA
Según Orpis, gran parte de los conflictos que Chile ha tenido con Bolivia se deben a la agenda de 13 puntos del año 2006: "fue un grave error de la política exterior de Chile".
Dijo que " si Chile aceptó ir a una agenda sin exclusiones, en parte reconoces que estás dispuesto a dar soberanía".
Afirmó que Chile debió haber sacado el tema de una salida soberana al mar.
"Hay que ser claro desde el principio, la agenda de trece puntos está complicada, porque Chile no habló claro desde el principio".
INTEGRACIÓN
Sobre los dichos del diputado comunista Hugo Gutiérrez en relación a que este gobierno está entorpeciendo los procesos de integración con Bolivia, el senador señaló que "acá no se ha dañado ningún proceso, el pronunciamiento chileno ha sido categórico desde siempre, le da todas las facilidades a Bolivia, pero no está en ningún sector político la idea de entregarle una salida con soberanía".
Añadió que nuestra región tiene que vincularse con los países vecinos, y tener las mejores relaciones con la macro región norte, pero dejando claro cuáles son los límites para evitar discrepancias.
SOBERANÍA
Finalmente dijo que si Bolivia no ha renunciado a la salida soberana, "licitas el puerto y al día siguiente te piden la soberanía; si quieren habilitar uno no se necesita ninguna modificación legal, porque está en el tratado de 1904".
en homenaje a GABY DE LA REZA, heroica mujer cochabambina que fuera la Primera Presidenta del Comité Pro Mar Boliviano, que reivindica el Retorno al Mar por encima de todas las cosas. excluye posturas demagógicas que pretender utilizar el tema para fines partidistas o de caudillaje.
jueves, 28 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
Paz Estenssoro defendió con toda energía las aguas del Lauca, las del Silala no han tenido la misma suerte aunque ahora dicen que iniciarán acción
Bolivia estudia otra demanda contra el Gobierno de Sebastián Pieñera por no respetar el derecho de los bolivianos sobre las aguas manantiales del Silala y el Río Lauka, de curso internacional desviado unilateralmente en territorio chileno en 1962, anunció el domingo el director de la Dirección de Estrategia Marítima, Rubén Saavedra.
Esta determinación coincide con las declaraciones del presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, el pasado 5 de abril, cuando posesionó al titular de la Dirección Estratégica Marítima, Rubén Saavedra y dijo que si (las autoridades chilenas) no quieren tocar mediante el diálogo estos temas importantes, como el Silala y el Lauca, también veremos cuál será el mejor camino para hacer respetar al pueblo boliviano (el derecho) sobre sus recursos naturales, como el agua”.
"El derecho internacional lo permite y nosotros, ratificando nuestra decisión y mandato constitucional, de que todos los conflictos (internacionales) sean resueltos de forma pacífica, veremos la posibilidad también de presentar demandas internacionales por el tema de las aguas del Silala y del Río Lauka", afirmó el jefe de esta oficina estatal con rango de embajador plenipotenciario, durante una entrevista con los estatales Bolivia TV y Radio Patria Nueva.
Tal posibilidad cabe en la nueva estrategia de reivindicación marítima boliviana, de sentar a Chile, tras 5 años de diálogos bilaterales intensos y 132 de enclaustramiento geográfico, ante un jurado internacional, anunciada el 23 de marzo último por el presidente Evo Morales.
De todas formas y antes de recurrir a la justicia internacional, Saavedra insistió en que ambos temas serán puestos, previamente, en una mesa de diálogo entre La Paz y Santiago.
"Si no se llegara a una definición en estos dos temas la Dirección Marítima evaluará y considerará también la posibilidad de presentar estos dos temas ante tribunales internacionales", sostuvo.
Nacidas en territorio boliviano andino, las aguas manantiales del Silala abastecen sin contraprestación alguna hace 105 años varias ciudades del norte de Chile y también el emporio cuprífero de Chuquicamata, puntal de las exportaciones estatales chilenas y sostén del erario público de ese país.
Merced a un tratado de derecho privado, el curso de agua fue conducido al norte chileno por un sistema de acueductos artificial.
A diferencia de las aguas del Río Lauka, las del Silala han sido incorporadas en la bilateral Agenda de 13 Puntos, definida en 2006 y que La Paz y Santiago negociaron hasta 2010.
Chile desvió el Río Lauka en 1962 y Bolivia rompió relaciones diplomáticas ese mismo año.
Salvo matices y coyunturas, ese desencuentro se ha extendido hasta ahora, pues ambos países carecen de vínculos diplomáticos a nivel de embajadores.
Esta determinación coincide con las declaraciones del presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, el pasado 5 de abril, cuando posesionó al titular de la Dirección Estratégica Marítima, Rubén Saavedra y dijo que si (las autoridades chilenas) no quieren tocar mediante el diálogo estos temas importantes, como el Silala y el Lauca, también veremos cuál será el mejor camino para hacer respetar al pueblo boliviano (el derecho) sobre sus recursos naturales, como el agua”.
"El derecho internacional lo permite y nosotros, ratificando nuestra decisión y mandato constitucional, de que todos los conflictos (internacionales) sean resueltos de forma pacífica, veremos la posibilidad también de presentar demandas internacionales por el tema de las aguas del Silala y del Río Lauka", afirmó el jefe de esta oficina estatal con rango de embajador plenipotenciario, durante una entrevista con los estatales Bolivia TV y Radio Patria Nueva.
Tal posibilidad cabe en la nueva estrategia de reivindicación marítima boliviana, de sentar a Chile, tras 5 años de diálogos bilaterales intensos y 132 de enclaustramiento geográfico, ante un jurado internacional, anunciada el 23 de marzo último por el presidente Evo Morales.
De todas formas y antes de recurrir a la justicia internacional, Saavedra insistió en que ambos temas serán puestos, previamente, en una mesa de diálogo entre La Paz y Santiago.
"Si no se llegara a una definición en estos dos temas la Dirección Marítima evaluará y considerará también la posibilidad de presentar estos dos temas ante tribunales internacionales", sostuvo.
Nacidas en territorio boliviano andino, las aguas manantiales del Silala abastecen sin contraprestación alguna hace 105 años varias ciudades del norte de Chile y también el emporio cuprífero de Chuquicamata, puntal de las exportaciones estatales chilenas y sostén del erario público de ese país.
Merced a un tratado de derecho privado, el curso de agua fue conducido al norte chileno por un sistema de acueductos artificial.
A diferencia de las aguas del Río Lauka, las del Silala han sido incorporadas en la bilateral Agenda de 13 Puntos, definida en 2006 y que La Paz y Santiago negociaron hasta 2010.
Chile desvió el Río Lauka en 1962 y Bolivia rompió relaciones diplomáticas ese mismo año.
Salvo matices y coyunturas, ese desencuentro se ha extendido hasta ahora, pues ambos países carecen de vínculos diplomáticos a nivel de embajadores.
sábado, 23 de abril de 2011
Arce se ha convertido en portavoz de Evo. qué pena mozo inteligente que se jactaba de ser católico militante. claro que hay un uso demagógico del tema MAR. podría explicarnos con qué finalidad las mastodónticas demostraciones del dia 29? qué se pretende con ello? propaganda para Evo. El MAR es el pretexto.
El presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, reprochó ayer la posición política asumida por algunos líderes cívicos y legisladores de la oposición, en torno a la reivindicación marítima, pues tratan de desmerecer las acciones para acceder a una salida soberana al océano Pacífico.
Arce hizo la afirmación al referirse a las declaraciones del presidente del Comité pro Santa Cruz, Herland Vaca Díez, quien dijo en un programa de televisión que los bolivianos no merecen una salida soberana al mar.
“No se construyen liderazgos de esa forma, nadie, ningún boliviano en su sano juicio, puede desmerecerse a sí mismo, desmerecer esta nacionalidad maravillosa que tenemos y decir que los bolivianos no nos merecemos el mar. Los bolivianos merecemos muchas cosas, nos merecemos el futuro que nos estamos construyendo nosotros mismos, y por supuesto nos merecemos una salida al océano Pacífico con soberanía, y la vamos a conseguir”.
El Presidente de la Cámara Baja expresó que los bolivianos construyen con sacrificio un futuro de esperanza para reivindicar el derecho, reflejado en la Constitución Política del Estado, de volver al mar con soberanía.
El Gobierno instituyó el 29 de abril como Día del Derecho a la Recuperación Marítima, que formará parte de su nueva estrategia política para reflexionar a la población a demandar de manera más enérgica una salida al océano Pacífico, tras decidir que Bolivia acudirá a tribunales internacionales para lograr un acceso al mar.
Arce hizo la afirmación al referirse a las declaraciones del presidente del Comité pro Santa Cruz, Herland Vaca Díez, quien dijo en un programa de televisión que los bolivianos no merecen una salida soberana al mar.
“No se construyen liderazgos de esa forma, nadie, ningún boliviano en su sano juicio, puede desmerecerse a sí mismo, desmerecer esta nacionalidad maravillosa que tenemos y decir que los bolivianos no nos merecemos el mar. Los bolivianos merecemos muchas cosas, nos merecemos el futuro que nos estamos construyendo nosotros mismos, y por supuesto nos merecemos una salida al océano Pacífico con soberanía, y la vamos a conseguir”.
El Presidente de la Cámara Baja expresó que los bolivianos construyen con sacrificio un futuro de esperanza para reivindicar el derecho, reflejado en la Constitución Política del Estado, de volver al mar con soberanía.
El Gobierno instituyó el 29 de abril como Día del Derecho a la Recuperación Marítima, que formará parte de su nueva estrategia política para reflexionar a la población a demandar de manera más enérgica una salida al océano Pacífico, tras decidir que Bolivia acudirá a tribunales internacionales para lograr un acceso al mar.
jueves, 21 de abril de 2011
Guillermo Tineo nos ofrece otra visión del Abrazo de Charaña contenida en un libro del Dr. Walter Guevara Arce. "La trición de Charaña" que está publicado pero que no se conoce mucho
El doctor Wálter Guevara Arze, que abominaba los eufemismos y gustaba de llamar las cosas por su nombre, describió el abrazo de referencia como la ‘rendición de Charaña’ y expuso sus prontos justificativos en su libro Radiografía de la negociación con Chile.
Todo empezó en 1974, cuando el general Banzer, sintiéndose Luis XIV (el rey Sol), expresó: “Yo soy Bolivia. El que no está conmigo está contra Bolivia”. Y como el dictador estaba plenamente convencido de que la prepotencia da derechos, agregó: “Yo fui quien propuso al general Pinochet la reanudación de relaciones. Yo no tenía el consentimiento del gabinete ni de las FFAA ni de nadie…”. Sin embargo, cuando sobrevino la rendición de Charaña al egocéntrico dictador le faltó pundonor militar para admitir el retundo fracaso de su proyecto de traer el mar en el bolsillo y pese a ello siguió de presidente, que era su principal objetivo. Por entonces la oposición estaba en el exilio o descansaba en los cementerios.
Las relaciones diplomáticas con Chile estaban interrumpidas desde abril de 1962, debido a que nuestros buenos vecinos procedieron, motu proprio, a desviar las aguas de dominio compartido del río Lauca, que nacen en el lago Chungará (Chile) y mueren en el Salar de Coipasa (Bolivia), y desde entonces las aprovechan como si fueran de su exclusiva propiedad. Incluso calman su sed con las aguas dulces que contrabandean de nuestros manantiales del Silala, sin pagar un solo céntimo. No hay duda: el mayor recurso natural que posee Chile son los chilenos. El espíritu del colonialista Abraham Koning guía sus pasos...
Se dice que la rendición de Charaña fue un gol de media cancha que metió el general Pinochet (‘augusto’ dictador que de geopolítica sabía mucho) a nuestro dictador (‘diminuto chiquitano’, al decir de Luis García Meza), que apenas conocía la geografía del país. Aunque más coherente es hablar de un autogol, que no pudo evitarse, no obstante la defensa que intentó el ‘grupo de los cien’, equipo compuesto por expresidentes, excancilleres, jefes de partido, escritores, historiadores, etc., “que se suponía que estaban informados respecto al problema de nuestra mediterraneidad y sus posibles soluciones”
Nuestra historia sociopolítica, que es cíclica, 36 años después de la rendición de Charaña, coloca nuevamente el tema de la negociación con Chile sobre el tapete de la discusión. El presidente Morales, sin abandonar el diálogo directo, ha propuesto someter nuestro ‘derecho al mar’ a la consideración de tribunales internacionales. Solo que esta vez se acude al consentimiento del gabinete, a la Asamblea Legislativa Plurinacional, al pueblo y también a un consejo consultivo similar al grupo de los cien, cuyas recomendaciones no irán al vertedero como en la época de Banzer.
La propuesta presidencial, como era previsible, activó los anticuerpos de la oposición que, además de impugnarla en su integridad, ha llevado su protesta al plano de la ofensa aleve contra el presidente, a quien calificó de ‘hazmerreír internacional’, buscando, a través del insulto, afectar su liderazgo. Es lo que se dice, ¡gajes de la democracia!
Pero existen mecanismos para contrarrestar la guerra sucia. Uno sería retirar la propuesta y/o congelarla sine die (sin plazo) y, otra, convocar al soberano a las urnas para que con su voto dirima si continuamos sumando años al diálogo de sordos o si sentamos a Chile en el banquillo de los acusados. Solo que en este caso el laudo arbitral que emita el tribunal internacional, blanco o negro, tendrá fuerza vinculante y calidad de inapelable. Es decir, no podrá ser revisado ni por la corte celestial. Y una aclaración personal: quien esto escribe no pertenece a los registros del MAS, ni falta que hace. La única afiliación es con la causa del pueblo.
* Librepensador
Todo empezó en 1974, cuando el general Banzer, sintiéndose Luis XIV (el rey Sol), expresó: “Yo soy Bolivia. El que no está conmigo está contra Bolivia”. Y como el dictador estaba plenamente convencido de que la prepotencia da derechos, agregó: “Yo fui quien propuso al general Pinochet la reanudación de relaciones. Yo no tenía el consentimiento del gabinete ni de las FFAA ni de nadie…”. Sin embargo, cuando sobrevino la rendición de Charaña al egocéntrico dictador le faltó pundonor militar para admitir el retundo fracaso de su proyecto de traer el mar en el bolsillo y pese a ello siguió de presidente, que era su principal objetivo. Por entonces la oposición estaba en el exilio o descansaba en los cementerios.
Las relaciones diplomáticas con Chile estaban interrumpidas desde abril de 1962, debido a que nuestros buenos vecinos procedieron, motu proprio, a desviar las aguas de dominio compartido del río Lauca, que nacen en el lago Chungará (Chile) y mueren en el Salar de Coipasa (Bolivia), y desde entonces las aprovechan como si fueran de su exclusiva propiedad. Incluso calman su sed con las aguas dulces que contrabandean de nuestros manantiales del Silala, sin pagar un solo céntimo. No hay duda: el mayor recurso natural que posee Chile son los chilenos. El espíritu del colonialista Abraham Koning guía sus pasos...
Se dice que la rendición de Charaña fue un gol de media cancha que metió el general Pinochet (‘augusto’ dictador que de geopolítica sabía mucho) a nuestro dictador (‘diminuto chiquitano’, al decir de Luis García Meza), que apenas conocía la geografía del país. Aunque más coherente es hablar de un autogol, que no pudo evitarse, no obstante la defensa que intentó el ‘grupo de los cien’, equipo compuesto por expresidentes, excancilleres, jefes de partido, escritores, historiadores, etc., “que se suponía que estaban informados respecto al problema de nuestra mediterraneidad y sus posibles soluciones”
Nuestra historia sociopolítica, que es cíclica, 36 años después de la rendición de Charaña, coloca nuevamente el tema de la negociación con Chile sobre el tapete de la discusión. El presidente Morales, sin abandonar el diálogo directo, ha propuesto someter nuestro ‘derecho al mar’ a la consideración de tribunales internacionales. Solo que esta vez se acude al consentimiento del gabinete, a la Asamblea Legislativa Plurinacional, al pueblo y también a un consejo consultivo similar al grupo de los cien, cuyas recomendaciones no irán al vertedero como en la época de Banzer.
La propuesta presidencial, como era previsible, activó los anticuerpos de la oposición que, además de impugnarla en su integridad, ha llevado su protesta al plano de la ofensa aleve contra el presidente, a quien calificó de ‘hazmerreír internacional’, buscando, a través del insulto, afectar su liderazgo. Es lo que se dice, ¡gajes de la democracia!
Pero existen mecanismos para contrarrestar la guerra sucia. Uno sería retirar la propuesta y/o congelarla sine die (sin plazo) y, otra, convocar al soberano a las urnas para que con su voto dirima si continuamos sumando años al diálogo de sordos o si sentamos a Chile en el banquillo de los acusados. Solo que en este caso el laudo arbitral que emita el tribunal internacional, blanco o negro, tendrá fuerza vinculante y calidad de inapelable. Es decir, no podrá ser revisado ni por la corte celestial. Y una aclaración personal: quien esto escribe no pertenece a los registros del MAS, ni falta que hace. La única afiliación es con la causa del pueblo.
* Librepensador
miércoles, 20 de abril de 2011
Diego Ayo ha realizado un estudio de la situación en que se halla el tema marítimo y divide en 7 las opciones en forma de aporte valioso a la discusión del asunto
En este breve artículo se intenta ver, desde la óptica de un ciudadano preocupado más que desde el lente de un experto, que hay distintas posibilidades de salida al mar. Su discusión debería ser de absoluta prioridad nacional. No lo ha sido por la simple razón de que este tema siempre ha servido como catapulta política coyuntural. Es mejor sincerarnos y darnos cuenta de que los intereses faccionales (partidarios) han primado sobre el interés boliviano. Hoy se requiere debatir las posibles opciones, ofreciendo, desde el Gobierno, una propuesta de política de Estado seria y, desde la sociedad civil, la necesidad y derecho de participar en un referéndum que defina lo que queremos los bolivianos.
Hay siete posibilidades para acceder a un puerto. Se intenta ver qué nivel de factibilidad y prioridad tiene cada una de ellas.
1. La opción guerrera no tiene respaldo de ningún tipo. Aún de tener adherentes se enfrentaría con condiciones de absoluta desventaja. De acuerdo a los guarismos del International Institute for Strategic Studies (IISS), Chile destina alrededor de un 3,5 por ciento de su PIB a compras para la defensa frente al 0,1 por ciento de nuestro país. Prioridad 7.
2. La opción pacifista es la que se ha venido defendiendo de modo bilateral en los últimos cinco años, aunque se lo hizo de forma multilateral en la OEA desde 1979. Los resultados son los de siempre desde los avances de 1950, el famoso “abrazo de Charaña” de 1975 o el “enfoque fresco” de 1987: no hay salida alguna. Ni habrá. Prioridad 6.
3. La opción de guerra sucia consistiría en subir los aranceles de los productos que ingresan de Arica e Iquique (téngase en cuenta que casi _ partes del comercio de Arica transcurre hacia Bolivia) y prohibir el paso de mercancías bolivianas por ese puerto; impedir el paso de las aguas del Silala al país vecino hasta que no cancelen por su uso desde comienzos del siglo XX y/o no se comercialice ni una molécula de gas con destino chileno.
Ninguna de estas propuestas tiene mucho sentido. Téngase presente que el comercio con Arica se ha duplicado de 2004 a 2009. Incluso se tiene certeza de que se está atrayendo mercaderías que salían por la Hidrovía Paraná-Paraguay. Vale decir, este puerto fue y sigue siendo la salida “natural” para Bolivia. Tampoco parece viable impedir el flujo de aguas del Silala, mientras no se dictamine internacionalmente si se trata de un río o de un canal. La posición boliviana fue clara: se trata de aguas compartidas. Grueso error. Finalmente, ya vimos que no exportar gas a Chile no es algo que los desaliente. Ya importan GNL desde finales de 2009 en la terminal de Quinteros. Prioridad 5.
4. La opción de canje territorial con soberanía, esta posibilidad no se discute por temor a las repercusiones políticas internas. ¿Podría pensarse en tener co-soberanía con Chile en la posesión del Salar de Uyuni? ¿O que se les otorgue un enclave en el territorio de salida al Atlántico (la Hidrovía Paraguay Paraná) o algo similar a definirlo internamente y luego discutido con ellos?
Ambos países podríamos ganar. No recuperaríamos territorio, pues se ganaría la misma cantidad que se cedería, pero tendríamos salida soberana al Pacífico. Prioridad 4.
5. La opción pragmática se discutió. El presidente Lagos ofreció una salida del gas boliviano por Puerto Patillos. Definitivamente no se habló de soberanía, lo que llevó a que el actual Presidente, en su condición de líder social, se oponga rotundamente. Pero, hasta donde entiendo, la otorgación de este puerto conllevaba derechos cuasi soberanos: uso de puerto con personal boliviano; aplicación de las leyes bolivianas; implementación de un régimen impositivo boliviano, etc. O sea, cesión ampliamente favorable al país pero sin que medie la palabrita mágica (u obstruccionista) de: soberanía. No lo sería en el papel pero si en los hechos. No se puede descartar esta posibilidad por un empecinamiento que en más de 100 años no dio resultado alguno. Prioridad 3.
6. La opción de diversificación de alternativas a los puertos de Chile, se seguiría usando los puertos chilenos pero simultáneamente con más hechos que palabras, se procedería a invertir una gruesa porción de la torta presupuestaria boliviana en poner en perfectas condiciones a Ilo y en continuar con el impulso logrado hasta el presente en la Hidrovía Paraguay Paraná.
Se deberían ofrecer incentivos a los exportadores (en forma de subsidios directos o reducciones impositivas). Una estrategia trabajada seriamente en este sentido con seguridad ofrecería una sólida opción de salida paulatinamente sustitutiva de lo que ofrece Chile (o al menos complementaria, impidiendo el virtual monopolio chileno). Prioridad 2.
7. La opción de pleito jurídico, brillante opción. Es la sustentada por el señor Víctor Chávez y es la que compromete actualmente al Gobierno. No dudo que haya razones políticas involucradas en esta sorpresiva decisión nacional (la pérdida de legitimidad presidencial), sin embargo, ello no desdice la genial alternativa que tenemos los bolivianos enfrente. Posiblemente no sea una propuesta tan radiante una vez que se conozcan más detalles. No lo sé, pero lo que se entiende hasta el momento es cautivante:
el paralelo 24 no estaría siquiera mencionado en el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Ello equivale, a que una franja de 20 kilómetros en Atacama además de seis islas pertenecerían a Bolivia. Algún detalle adicional no es de menor importancia: la cesión a perpetuidad de los territorios perdidos en guerra sin mencionarse la palabra soberanía. Se va a proceder a iniciar una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya. Podría durar algunos años y tiene la desventaja de que una posible derrota sería el final de cualquier atisbo de salida soberana al mar (excepción del canje). Esperemos que no sea así. Me gusta imaginar el festejo que tendríamos si el fallo nos fuese favorable. Ojalá. Prioridad 1.
El autor es profesor de la UMSA.
Hay siete posibilidades para acceder a un puerto. Se intenta ver qué nivel de factibilidad y prioridad tiene cada una de ellas.
1. La opción guerrera no tiene respaldo de ningún tipo. Aún de tener adherentes se enfrentaría con condiciones de absoluta desventaja. De acuerdo a los guarismos del International Institute for Strategic Studies (IISS), Chile destina alrededor de un 3,5 por ciento de su PIB a compras para la defensa frente al 0,1 por ciento de nuestro país. Prioridad 7.
2. La opción pacifista es la que se ha venido defendiendo de modo bilateral en los últimos cinco años, aunque se lo hizo de forma multilateral en la OEA desde 1979. Los resultados son los de siempre desde los avances de 1950, el famoso “abrazo de Charaña” de 1975 o el “enfoque fresco” de 1987: no hay salida alguna. Ni habrá. Prioridad 6.
3. La opción de guerra sucia consistiría en subir los aranceles de los productos que ingresan de Arica e Iquique (téngase en cuenta que casi _ partes del comercio de Arica transcurre hacia Bolivia) y prohibir el paso de mercancías bolivianas por ese puerto; impedir el paso de las aguas del Silala al país vecino hasta que no cancelen por su uso desde comienzos del siglo XX y/o no se comercialice ni una molécula de gas con destino chileno.
Ninguna de estas propuestas tiene mucho sentido. Téngase presente que el comercio con Arica se ha duplicado de 2004 a 2009. Incluso se tiene certeza de que se está atrayendo mercaderías que salían por la Hidrovía Paraná-Paraguay. Vale decir, este puerto fue y sigue siendo la salida “natural” para Bolivia. Tampoco parece viable impedir el flujo de aguas del Silala, mientras no se dictamine internacionalmente si se trata de un río o de un canal. La posición boliviana fue clara: se trata de aguas compartidas. Grueso error. Finalmente, ya vimos que no exportar gas a Chile no es algo que los desaliente. Ya importan GNL desde finales de 2009 en la terminal de Quinteros. Prioridad 5.
4. La opción de canje territorial con soberanía, esta posibilidad no se discute por temor a las repercusiones políticas internas. ¿Podría pensarse en tener co-soberanía con Chile en la posesión del Salar de Uyuni? ¿O que se les otorgue un enclave en el territorio de salida al Atlántico (la Hidrovía Paraguay Paraná) o algo similar a definirlo internamente y luego discutido con ellos?
Ambos países podríamos ganar. No recuperaríamos territorio, pues se ganaría la misma cantidad que se cedería, pero tendríamos salida soberana al Pacífico. Prioridad 4.
5. La opción pragmática se discutió. El presidente Lagos ofreció una salida del gas boliviano por Puerto Patillos. Definitivamente no se habló de soberanía, lo que llevó a que el actual Presidente, en su condición de líder social, se oponga rotundamente. Pero, hasta donde entiendo, la otorgación de este puerto conllevaba derechos cuasi soberanos: uso de puerto con personal boliviano; aplicación de las leyes bolivianas; implementación de un régimen impositivo boliviano, etc. O sea, cesión ampliamente favorable al país pero sin que medie la palabrita mágica (u obstruccionista) de: soberanía. No lo sería en el papel pero si en los hechos. No se puede descartar esta posibilidad por un empecinamiento que en más de 100 años no dio resultado alguno. Prioridad 3.
6. La opción de diversificación de alternativas a los puertos de Chile, se seguiría usando los puertos chilenos pero simultáneamente con más hechos que palabras, se procedería a invertir una gruesa porción de la torta presupuestaria boliviana en poner en perfectas condiciones a Ilo y en continuar con el impulso logrado hasta el presente en la Hidrovía Paraguay Paraná.
Se deberían ofrecer incentivos a los exportadores (en forma de subsidios directos o reducciones impositivas). Una estrategia trabajada seriamente en este sentido con seguridad ofrecería una sólida opción de salida paulatinamente sustitutiva de lo que ofrece Chile (o al menos complementaria, impidiendo el virtual monopolio chileno). Prioridad 2.
7. La opción de pleito jurídico, brillante opción. Es la sustentada por el señor Víctor Chávez y es la que compromete actualmente al Gobierno. No dudo que haya razones políticas involucradas en esta sorpresiva decisión nacional (la pérdida de legitimidad presidencial), sin embargo, ello no desdice la genial alternativa que tenemos los bolivianos enfrente. Posiblemente no sea una propuesta tan radiante una vez que se conozcan más detalles. No lo sé, pero lo que se entiende hasta el momento es cautivante:
el paralelo 24 no estaría siquiera mencionado en el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Ello equivale, a que una franja de 20 kilómetros en Atacama además de seis islas pertenecerían a Bolivia. Algún detalle adicional no es de menor importancia: la cesión a perpetuidad de los territorios perdidos en guerra sin mencionarse la palabra soberanía. Se va a proceder a iniciar una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya. Podría durar algunos años y tiene la desventaja de que una posible derrota sería el final de cualquier atisbo de salida soberana al mar (excepción del canje). Esperemos que no sea así. Me gusta imaginar el festejo que tendríamos si el fallo nos fuese favorable. Ojalá. Prioridad 1.
El autor es profesor de la UMSA.
lunes, 18 de abril de 2011
también OPINION editorialmente reclama por una política seria sobre la Reivindicación Marítima en la que Chile viene trabajando desde siempre y se debe meditar sobre la demanda jurídica que no es cosa fácil
Por el desarrollo de las negociaciones, o más bien por su interrupción, entre comisiones de diverso nivel de Bolivia y Chile, parece que la “agenda de trece puntos” ya no es una alternativa para la demanda boliviana de una costa soberana, que compense el vasto territorio apropiado por la invasión chilena en 1879. Se sigue hablando de diálogo, pero sin el entusiasmo de los meses pasados, y en los gobiernos de los dos países se prepara argumentos para una eventual disputa en tribunales internacionales.
El primero en cambiar de táctica debido a la reiteración de la diplomacia chilena de que no cederá soberanía en lo que considera su terriltorio y que ni siquiera se hablará de ella.
Ante esta situación, en los palacios de gobierno y las cancillerías parece haber una febril actividad. En Bolivia preparando una demanda y en Chile, la defensa del estado de las fronteras actuales.
Bolivia tiene toda la razón histórica, moral y desde todo punto de vista, para exigir su derecho a puerto soberano en el Pacífico y obtenerlo. Viendo este problema con simpleza, aparentemente nuestro país tiene todas las de ganar. Sin embargo, como sucede en muchos diferendos internacionales e incluso en tribunales de la justicia común, no siempre el que tiene la verdad sale victorioso. Puede suceder que el tribunal internacional falle a favor de quien tiene el más fuerte equipo de abogados, lobbystas expertos y dinero, mucho dinero.
En el caso de Chile y Bolivia, la diferencia de estos recursos y otros, es muy grande. Los chilenos tienen prácticamente lista su defensa desde hace décadas, formada por equipos de especialistas hábiles, eficientes relaciones internacionales, disponen de una diplomacia habilísima repartida por todo el mundo, y están dispuestos a invertir muchísimo dinero. Bolivia deberá recurrir a oficinas de abogados de otros países, que cobran honorarios altísimos, y evidentemente no representarán a su país, sino a un cliente al que cobrarán sin depender el resultado.
En estas condiciones, sin declararse pesimistas o dubitativos por el derecho marítimo, los bolivianos deben meditar profundamente la pertinencia de la demanda jurídica internacional y tener en cuenta que si el fallo es desfavorable, habrá terminado para siempre el derecho de reclamar la costa perdida en una injusta agresión bélica.
El primero en cambiar de táctica debido a la reiteración de la diplomacia chilena de que no cederá soberanía en lo que considera su terriltorio y que ni siquiera se hablará de ella.
Ante esta situación, en los palacios de gobierno y las cancillerías parece haber una febril actividad. En Bolivia preparando una demanda y en Chile, la defensa del estado de las fronteras actuales.
Bolivia tiene toda la razón histórica, moral y desde todo punto de vista, para exigir su derecho a puerto soberano en el Pacífico y obtenerlo. Viendo este problema con simpleza, aparentemente nuestro país tiene todas las de ganar. Sin embargo, como sucede en muchos diferendos internacionales e incluso en tribunales de la justicia común, no siempre el que tiene la verdad sale victorioso. Puede suceder que el tribunal internacional falle a favor de quien tiene el más fuerte equipo de abogados, lobbystas expertos y dinero, mucho dinero.
En el caso de Chile y Bolivia, la diferencia de estos recursos y otros, es muy grande. Los chilenos tienen prácticamente lista su defensa desde hace décadas, formada por equipos de especialistas hábiles, eficientes relaciones internacionales, disponen de una diplomacia habilísima repartida por todo el mundo, y están dispuestos a invertir muchísimo dinero. Bolivia deberá recurrir a oficinas de abogados de otros países, que cobran honorarios altísimos, y evidentemente no representarán a su país, sino a un cliente al que cobrarán sin depender el resultado.
En estas condiciones, sin declararse pesimistas o dubitativos por el derecho marítimo, los bolivianos deben meditar profundamente la pertinencia de la demanda jurídica internacional y tener en cuenta que si el fallo es desfavorable, habrá terminado para siempre el derecho de reclamar la costa perdida en una injusta agresión bélica.
domingo, 17 de abril de 2011
LOS TIEMPOS reclama que pasados los conflictos le otorgue al tema del MAR la importancia debida porque el tiempo corre desterrando la improvisación y construyendo una estrategia de largo plazo
Es de esperar que una vez superados los conflictos, que ahora afectan al país, el Gobierno vuelva a otorgar a este tema la debida atención
El artículo 267 de la Constitución Política del Estado dispone que el “Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo” y que “la solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado Boliviano”.
Por otra parte, entre las atribuciones que se otorga al Presidente del Estado se encuentra la de “dirigir la política exterior; suscribir tratados internacionales; nombrar servidores públicos, diplomáticos y consulares de acuerdo a la ley; y admitir a los funcionarios extranjeros en general” (Art. 172/5) y que los tratados internacionales que impliquen cuestiones limítrofes requieren de su aprobación “mediante referendo popular vinculante” previo a su ratificación (Art. 257/II), y el artículo 260 dispone que la denuncia de los tratados internacionales “deberá ser aprobada por la Asamblea Legislativa Plurinacional antes de ser ejecutada” por el Presidente del Estado.
Las referencias anteriores muestran que el cambio de estrategia anunciado por el Gobierno el pasado 23 de marzo para buscar una salida soberana al mar exige que, al necesario debate político que se propone desarrollar en el país, siga un riguroso proceso jurídico que es eminentemente técnico.
Para ello, es preciso especificar que el momento actual es consecuencia de que luego del inicial entusiasmo, por lo que se creía significaba inaugurar una presunta nueva época de relacionamiento internacional (denominada “diplomacia de los pueblos”), ha sobrevenido un sentimiento de frustración al constatarse que ha habido una diferente percepción del tiempo político entre los equipos boliviano y chileno para encarar la demanda marítima boliviana.
Esta inmersión en la realidad ha provocado que, en el ámbito donde se adoptan decisiones, se constate, finalmente, la necesidad de contar para el tratamiento de este medular tema boliviano con el aporte de los expresidentes del país y, más adelante, de los excancilleres y de expertos (de los que, más allá de simbólicas declaraciones, carece actualmente el Gobierno) para diseñar una estrategia de consenso que nos permita cumplir a plenitud el mandato constitucional mencionado.
Pero, esto será posible si, como se insiste en diversos ámbitos, por un lado, se destierra la improvisación y un artificial protagonismo, variables que siempre acechan peligrosamente el campo político; y se acepta, por otro lado, que si el objetivo es construir una estrategia nacional de largo plazo, lo que se requiere es acercar criterios divergentes, para lo cual se debe asumir que nadie tiene el monopolio del patriotismo ni del saber.
En este contexto, es de esperar que una vez superados los conflictos que ahora afectan al país, el Gobierno vuelva a otorgar a este tema la debida atención, más aún cuando tanto en Chile como en Perú –el que será, más temprano que tarde, el tercer invitado en estas negociaciones– hay una serie de eventos que de una u otra manera afectarán al desarrollo de las futuras relaciones en esta región del planeta.
En todo caso, no hay que olvidar que el tiempo corre…
El artículo 267 de la Constitución Política del Estado dispone que el “Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo” y que “la solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado Boliviano”.
Por otra parte, entre las atribuciones que se otorga al Presidente del Estado se encuentra la de “dirigir la política exterior; suscribir tratados internacionales; nombrar servidores públicos, diplomáticos y consulares de acuerdo a la ley; y admitir a los funcionarios extranjeros en general” (Art. 172/5) y que los tratados internacionales que impliquen cuestiones limítrofes requieren de su aprobación “mediante referendo popular vinculante” previo a su ratificación (Art. 257/II), y el artículo 260 dispone que la denuncia de los tratados internacionales “deberá ser aprobada por la Asamblea Legislativa Plurinacional antes de ser ejecutada” por el Presidente del Estado.
Las referencias anteriores muestran que el cambio de estrategia anunciado por el Gobierno el pasado 23 de marzo para buscar una salida soberana al mar exige que, al necesario debate político que se propone desarrollar en el país, siga un riguroso proceso jurídico que es eminentemente técnico.
Para ello, es preciso especificar que el momento actual es consecuencia de que luego del inicial entusiasmo, por lo que se creía significaba inaugurar una presunta nueva época de relacionamiento internacional (denominada “diplomacia de los pueblos”), ha sobrevenido un sentimiento de frustración al constatarse que ha habido una diferente percepción del tiempo político entre los equipos boliviano y chileno para encarar la demanda marítima boliviana.
Esta inmersión en la realidad ha provocado que, en el ámbito donde se adoptan decisiones, se constate, finalmente, la necesidad de contar para el tratamiento de este medular tema boliviano con el aporte de los expresidentes del país y, más adelante, de los excancilleres y de expertos (de los que, más allá de simbólicas declaraciones, carece actualmente el Gobierno) para diseñar una estrategia de consenso que nos permita cumplir a plenitud el mandato constitucional mencionado.
Pero, esto será posible si, como se insiste en diversos ámbitos, por un lado, se destierra la improvisación y un artificial protagonismo, variables que siempre acechan peligrosamente el campo político; y se acepta, por otro lado, que si el objetivo es construir una estrategia nacional de largo plazo, lo que se requiere es acercar criterios divergentes, para lo cual se debe asumir que nadie tiene el monopolio del patriotismo ni del saber.
En este contexto, es de esperar que una vez superados los conflictos que ahora afectan al país, el Gobierno vuelva a otorgar a este tema la debida atención, más aún cuando tanto en Chile como en Perú –el que será, más temprano que tarde, el tercer invitado en estas negociaciones– hay una serie de eventos que de una u otra manera afectarán al desarrollo de las futuras relaciones en esta región del planeta.
En todo caso, no hay que olvidar que el tiempo corre…