miércoles, 6 de abril de 2011

el fracaso de los 13 confidenciales de la agenda del MAS y la necesidad de MAS por justicia y economía. Carlos Toranzo desde LT


Como si fuera poco, ahora nos encontramos con una especie de tercera “eme”. Es la que sigue a Misicuni, Mutún, la “eme” de mar.
Las interpretaciones de que éste tema ha salido la luz como consecuencia de la baja de popularidad del Presidente son simplemente tardías y hasta cierto punto equívocas.
El tema del mar mueve corazones es verdad, pero también mueve razones y esas razones son precisamente las que han fallado.
Los trece puntos que estaban en la agenda y supuestamente estaban siendo discutidos --in extenso-- por los cancilleres y su vices, ya partían de la equivocación; eran trece puntos y no menos, el trece es de mala suerte en todo caso, ¿novequé? Estos trece puntos han sido guardados como hueso de santo en algún escrito y no han sido presentados a la ciudadanía.
Repetidamente, se ha dicho que el tema es delicado y que por esa razón las conversaciones estaban siendo tratadas con la más profunda confidencialidad.
Uno puede aceptar que hay temas que no son de divulgación popular por ser o muy riesgosos o no muy madurados o que requieren de un consenso menos público. Pero el tema del mar no debería ser un tema de agendas secretas. Creo que el Gobierno ha cometido un error al no haber abierto el tema a un grupo selecto de académicos, políticos e investigadores y desde esa palestra enfrentar el tema marítimo. Por no haberlo hecho, ahora debe pagar las consecuencias de malas interpretaciones y de tardíos lamentos.
Bolivia no necesita la salida al mar por emociones, por cariño ni por frustración centenaria. Bolivia necesita la salida al mar por razones económicas y razones de justicia geográfica.
Lo que ahora hace el Gobierno parece que debería ser el inicio de todo acercamiento a Chile, con una comisión mixta parlamentaria y con un temario elaborado por esa comisión.
Ningún gobierno se ha molestado seriamente en hacer del tema marítimo un tema de estudio robusto y serio. El tribunal de La Haya puede perfectamente fallar a favor de Chile y entonces ¿qué? ¿Llevamos La Haya a los tribunales superiores?
La salida al mar no es un tema fácil de solucionar, hay demasiados intereses nacionalistas en medio tanto de parte nuestra como de parte de Chile. Los chilenos pueden perfectamente argumentar que conceder territorio es regalar un trozo de su patria. Los bolivianos argumentamos perfectamente que tenemos el derecho a tener acceso al mar por territorios que fueron ocupados por Chile.
Lo que se requiere, además a la brevedad, es que se organice una comisión mixta de bolivianos que no sean ni del MAS ni del Menos, que demuestre nuestra unidad tanto académica como política frente a lo que se puede avecinar.
Chile tiene experiencia de haber discutido con la Argentina y haber llegado a buen puerto. Nosotros queremos lo mismo; llegar a un puerto que sea capaz de hablar por sí mismo de que los vecinos son realmente grandes amigos. Las cancillerías pueden hablar todo lo que quieran pero eso no será suficiente. El mar es mucho más que un tema para ser hablado privadamente. 
 
El autor es economista

martes, 5 de abril de 2011

Los Tiempos se refiere al giro que ha tomado el tema de la Reivindicación Marítima desde el 23 de marzo. con precisión muestra los conflictos del MAS y el pretexto del MAR para frenarlos en parte

Quienes tienen en sus manos tan delicado asunto no deben caer en la tentación de alentar el espíritu patriótico para atemperar los conflictos internos
El súbito giro dado durante las últimas semanas por el Gobierno Nacional al tema marítimo ha ocasionado el desplazamiento a un segundo plano en la agenda pública nacional de muchos temas que, hasta hace algo más de 15 días, se ubicaban en el centro de la atención colectiva.
Como es fácil recordar, antes del 23 de marzo la atención de todo el país estaba concentrada en asuntos tan conflictivos como las demandas salariales y de los universitarios y sus correspondientes marchas, huelgas y otras medidas de presión; los reclusos estaban en estado de emergencia y no había día sin que algún titular periodístico dé cuenta de las fisuras que aumentaban en cantidad y profundidad en el bloque gubernamental, desde la cúpula ministerial hasta los “movimientos sociales” que lo sostienen.
En el frente jurídico legal, que durante los últimos cinco años tantos réditos brindó al MAS, estaba también llamando la atención por los continuos reveses que recibían en los estrados judiciales los operadores del oficialismo. El caso Rosza ya sólo daba motivos de malestar en círculos oficiales; ya escasean los pretextos para prolongar la irregular detención de Leopoldo Fernández; los juicios de responsabilidades contra expresidentes tampoco tienen suficientes bases para cumplir la función distractiva y cada nueva ofensiva legal contra políticos opositores sólo logra socavar aún más la ya muy deteriorada credibilidad gubernamental.
El panorama en el frente externo hasta hace 15 días no era mejor. El caso Sanabria y la posibilidad de que sus manchas salpiquen a niveles jerárquicos del círculo gubernamental; la decisión de Brasil y Chile de tomar en sus propias manos la lucha contra las mafias del narcotráfico que operan en nuestro país, y la inocultable disminución del peso específico en el escenario internacional de sus principales aliados son otros temas que resultaron opacados por el vigor con el que el tema marítimo se puso en el centro de la atención colectiva.
No es la primera vez que algo así ocurre en nuestra agitada historia republicana. Por el contrario, son tan fuertes los sentimientos y resentimientos patrióticos y chauvinistas que se encienden con la sola mención a nuestra causa marítima que prácticamente desde que el 14 de febrero de 1879 se iniciara la Guerra del Pacífico y con ella la tragedia de nuestro enclaustramiento geográfico, que el tema adquiere nueva actualidad una y otra vez.
Lamentablemente, lo que enseña la historia al respecto no es muy alentador. Es que, por lo menos hasta ahora, el fervor patriótico y la uniformidad de criterios que éste genera suele durar mucho menos de lo que haría falta para que se traduzca en una política de Estado capaz de trascender los circunstanciales vaivenes de ocasionados por nuestras pugnas internas.
Para que esa penosa historia no se repita, bueno sería que quienes tienen en sus manos tan delicado asunto eviten caer en la tentación, como muchos de sus antecesores, de alentar el espíritu patriótico sólo para atemperar los conflictos internos pues, como lo enseña la historia, los asuntos que quedan opacados por la agenda marítima tarde o temprano recuperan actualidad con renovados bríos para exigir la atención que por un tiempo se les negó.

lunes, 4 de abril de 2011

Página 7 publica un esquema de los cuatro pasos para lograr una resolución judicial del Tribunal de Justicia de La Haya, aunque no dice que el trámite puede durar varios años

Bolivia tiene tres vías para encarar la demanda marítima

Hay dos tribunales en La Haya y otra opción es terciar en litigio Perú-Chile
Dato. Una analista explica el proceso en cuatro etapas que mínimo durará tres años hasta el fallo final; en cualquier etapa se puede dar una conciliación y el juicio termina.
Con el anuncio del presidente Evo Morales de recurrir a instancias internacionales para resolver el tema marítimo, se abren ahora tres opciones para zanjar la demanda histórica, según la analista internacional Karen Longaric.
En La Haya hay dos jurisdicciones: la Corte Internacional de Justicia y la Corte Permanente de Arbitraje. Bolivia puede recurrir a una de esas dos instancias para presentar la demanda; la tercera alternativa es que el Estado vaya a una tercería en el proceso que sostienen Perú y Chile.
La abogada internacionalista explicó que en el caso que Bolivia respalde su demanda en el protocolo de 1907, estaría optando por el tribunal de arbitraje, donde el proceso tiene cuatro etapas y el tema se resolvería, en el mejor de los casos, en tres años.
Esto, sin contar con el tiempo que dure la preparación de la proposición acusatoria a cargo de la Dirección de Reivindicación Marítima, que hará llegar el documento final ante La Haya.
Longaric explicó que ahí inicia un proceso complejo. El protocolo de 1907 señala que cualquier diferencia que se desprenda de la interpretación o ejecución del Tratado de 1904, firmado entre Bolivia y Chile, podrá dirimirse por vía arbitral ante el tribunal de arbitraje de La Haya.
“Ese protocolo obligaría a Chile a aceptar la jurisdicción de la corte de arbitraje. El pacto de Bogotá también refiere el procedimiento de arbitraje y dice que las partes tendrán la facultad de ir al arbitraje si se ponen de acuerdo para resolver diferencias que surjan de tratados que las partes hubiesen suscrito”, señaló.
Una vez definida la jurisdicción se comunica a Chile para que ambas partes designen a sus dos árbitros, pero en ese proceso el país demandado puede presentar argumentos técnicos para rechazar el arbitraje.
Al definirse la competencia, el ente arbitral deberá conformar un tribunal, dos elegidos por Chiles y dos por Bolivia; entre los cuatro eligen un quinto que será imparcial, el árbitro dirimidor.
En la tercera etapa se presenta la demanda oficialmente y se pone en conocimiento de Chile; el proceso sigue y las partes presentan pruebas y alegatos, si las partes no ponen obstáculos, el proceso dura unos tres años, caso contrario se prolonga más.
Por último, el tribunal arbitral dictará el laudo (sentencia o fallo) arbitral.
Si esa instancia se declara incompetente de conocer el caso antes de todo este proceso, Bolivia puede recurrir a la Corte Internacional de Justicia, cuya jurisdicción se abre a través del pacto de Bogotá, que fue ratificado por nuestro país recientemente por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
“Entonces se debe analizar si es más conveniente ir al arbitraje o al órgano judicial; ninguna es instancia de apelación de la otra. En ambos casos, las sentencias tienen calidad de cosa juzgada y tienen fuerza ejecutiva. En esos tribunales ya no hay otra opción”, señala la analista.
Por último, Bolivia puede recurrir, aunque no de forma simultánea a las otras, a una tercería, es decir ser parte del proceso que tienen Perú contra Chile.
Se trata de un tema de delimitación marítima entre esos países sobre la soberanía de una zona marítima de aproximadamente 37.900 kilómetros en el océano Pacífico.
La tesis peruana indica que el límite marítimo estaría aún sin determinar, pero la chilena sostiene que no hay temas limítrofes pendientes con el Perú, ya que existen tratados internacionales vigentes sobre la materia. La controversia se remonta a 1980.
“Esa posibilidad es viable para que La Haya tomen en cuenta los derechos que Bolivia tendría sobre la zona que está en litigio. La Corte Internacional de Justicia recibirá la solicitud, ya que Bolivia ratificó el pacto de Bogotá, antes no era posible. La aceptación de la tercería se resolverá cuando La Haya dicte el fallo final entre Perú y Chile, así es la admisión de la solicitud”.
Algunos detalles del proceso judicial
Dato Todos los países miembros de las Naciones Unidas tienen acceso a la Corte de La Haya.
Inicio Se hace una notificación de acuerdo especial de carácter bilateral entre los estados que desean resolver una controversia; si esto no ocurre, el país demandante presenta una solicitud unilateral con el Estado demandado.
Proceso En 2001, Perú comienza a elaborar el proceso y en 2005, su Congreso aprueba una ley para delinear la demanda judicial por el conflicto limítrofe. En 2008 presenta la demanda contra Chile, que hasta la fecha sigue en proceso.
Tiempo. A Bolivia podría tomarle un tiempo similar para realizar el proceso ante los tribunales internacionales.

domingo, 3 de abril de 2011

desde Santiago La Tercera brevemente se refiere a la reacción del Presidente que replica los adjetivos de Evo sin enojarse


El Presidente Sebastián Piñera respondió a las declaraciones de su homólogo de Bolivia, Evo Morales, quien acusó al Mandatario chileno de "ignorar" la historia y no tener "sentimientos", por afirmar que es "imposible" dar a Bolivia una salida soberana al Pacífico.
"Nuestro país tiene tratados limítrofes vigentes y eso hay que respetarlo. Si respetamos los tratados, vamos a seguir por un camino fecundo, pero si ponemos en duda los tratados, ese es un camino que no queremos recorrer", dijo Piñera, en el marco de las actividades de la Maratón de Santiago 2011.
La vocera de gobierno, Ena von Baer, también se encontraba en la Plaza de la Ciudadanía. Consultada al respecto, señaló que "no vamos a entrar en una escalada de declaraciones con Bolivia (...) el diálogo es el camino, cualquier solución tiene que ser con soberanía", dijo.
Ayer, el Presidente boliviano señaló que "que nos digan desde Chile que es imposible hablar, dialogar, sobre soberanía, se equivoca. Eso se llama ignorancia, eso significa no tener sentimiento, eso significa que hay que enclaustrar a un pueblo, hay que encerrar a un pueblo".

Morales, que anunció la semana pasada que llevará su demanda a tribunales internacionales, reiteró que antes estaba convencido de que el conflicto lo iba resolver el diálogo iniciado en 2006 con la entonces Presidenta Michelle Bachelet, pero que nunca recibió una propuesta formal de Santiago .

Aseguró que mantendrá el diálogo bilateral y multilateral, pero que al mismo tiempo apelará a la justicia internacional para que Chile "devuelva la salida al mar con soberanía".

sábado, 2 de abril de 2011

a otro perro con ese hueso. que le engañaron. que cayó en la trampa, son cuentos. Evo y Linera sabían desde siempre que no llegarían a nada. ellos sí engañaron al pueblo boliviano que está cansado de tanto embuste

Sarna con gusto no pica

Ni siquiera Fidel Castro pudo convencer a la diplomacia boliviana que Chile nos estaba mamando con eso del diálogo, los 13 puntos y la construcción de confianzas. Cuando el líder cubano le reclamó a Michelle Bachelet por el mar boliviano, Choquehuanca lo mandó a callar. Fue una como para Ripley. Durante años, los “enemigos” del presidente Morales, es decir, periodistas y columnistas que saben mucho del tema, lo estuvieron alertando sobre los jueguitos a los que se sometió como un manso cordero. Los chilenos nunca mintieron. Jamás hablaron de soberanía y pese a ello se supo que nuestros “dignatarios” (proviene de “dignidad”) estaban negociando “otrita cosa” con Chile. En ese proceso rifaron el Silala y estuvieron a punto de regalarlo como el huano, el salitre y el cobre. Cuando llegó Piñera al poder en pleno terremoto, poco faltó para que le diga “no friegues” al Gobierno boliviano y la respuesta fue como la de un vasallo frente a su señor, de parte nada menos que del vicepresidente García Linera. Ahora viene el presidente Morales a decir que lo estafaron. Que le cante a Fidel. (Copiado de Bajo el Penoco de El Dia, SC, Bolivia)

viernes, 1 de abril de 2011

vamos con el tercer desmentido a la declaración de Evo "he sido engañado" y vendrán más todavía. no aprende el originario verborreico.


El presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó hoy que la petición boliviana de una salida soberana al mar es algo "imposible" e instó al Gobierno de Evo Morales a respetar los tratados internacionales entre ambos países.
"Ellos (Bolivia) pretenden algo que es imposible", dijo Piñera en una entrevista con un programa de la red pública de televisión (TVN).
El gobernante aseguró que su Gobierno "nunca" negociará con Bolivia una solución que suponga la cesión de soberanía, como pretende Evo Morales, que la semana pasada anunció que demandará a Chile ante tribunales internacionales para restituir la salida al mar que su país perdió en una guerra hace 132 años.
"Chile tiene un tratado de límites con Bolivia del año 1904. Ese tratado fue válidamente suscrito y está plenamente vigente, y los tratados internacionales hay que cumplirlos", subrayó Piñera.
"¿Se imaginan si en el mundo los países empezaran a desconocer los tratados? ¿Qué pasaría entre Francia y Alemania, entre México y Estados Unidos?", se preguntó el mandatario.
Piñera subrayó que su colega boliviano "dio un giro" en la relación que mantienen sus países, algo que en su opinión se puede deber a la "situación interna" de Bolivia.
Agregó que Chile "tiene la mejor disposición" al diálogo con su vecino y que se ha avanzado mucho en algunos aspectos.
Por su parte, el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, opinó que "el diálogo es el mejor camino" para solventar las diferencias, y subrayó que el gobierno boliviano es el que "en los últimos días ha planteado un camino distinto".
"El que tiene que determinar el camino que vamos a seguir en adelante es Bolivia. Chile está más que disponible a tener todas las conversaciones y los procesos para solucionar cualquier tema", dijo Moreno en el Palacio de La Moneda, tras reunirse con su par brasileño, Antonio de Aguilar Patriota.

jueves, 31 de marzo de 2011

la diferencia entre José Gramunt y Prudencio es que el primero nos habla del MAR desde el punto de vista práctico. el segundo ajustado a lo jurídico. comparar ambos resulta provechoso

Desde que el Sr. Presidente en su discurso conmemorativo del Día del Mar, declaró que Bolivia elevaría su demanda a un tribunal internacional, sobre una salida útil y soberana al Océano Pacífico, se reavivó en entusiasmo y la ilusión por el retorno de Bolivia al mar. Ahora bien, como el mensaje presidencial propuso el tema por la vía judicial y no por la “Agenda de los 13 puntos”, que la Cancillería venía negociando con Chile, levantó un tsunami de opiniones contradictorias. La disyuntiva está en si es mejor dejar de negociar con Chile en un diálogo de sordos, “per saecula saeculorum”, o recurrir directamente a un a un tribunal internacional de arbitraje.

Les confieso que durante estos últimos días he leído casi todo lo publicado en los periódicos sobre el controvertido discurso del Sr. Presidente y los subsiguientes comentarios de la prensa. He visto que el Gobierno ha puesto en alerta a sus movimientos sociales – comités políticos del MAS.  No creo que sean los más apropiados para emitir opiniones sobre tema tan complejo como la reivindicación marítima. En cambio, estoy convencido del acierto en convocar doctos historiadores, experimentados diplomáticos y otros intelectuales e incluso políticos con buena formación histórica y jurídica. También he leído los comunicados de algunos partidos que han hecho notas que el tema marítimo es una cuestión de Estado y que no debe utilizarse como distractivo para entretener a la opinión pública frente a los problemas de la escasez, los derrumbes y el mal gobierno.
 
Creo firmemente en el derecho de los bolivianos a poseer y disfrutar de una costa en el Pacífico. Pero estoy convencido de que Chile, tal vez dispuesto a conceder algunas ventajas en sus puertos marítimos, no cederá ni un solo palmo de so-be-ra-nía. En estas cuatro sílabas está el nudo más apretado del enredo. Así las cosas, todavía me atrevo a insistir en que la desinteligencia entre los dos países, más el Perú, sólo podrá llegar a un acuerdo pacífico, firme y duradero, cuando se ponga a un lado el concepto estricto de soberanía y, en su lugar, se hable en términos de integración, globalización, fraterna cooperación, ayuda mutua, esfuerzo conjunto, beneficio recíproco, tranquila convivencia y otra ideas del mismo género.
 
Vista la realidad ponderable y tangible de los estados nacionales de este siglo, la palabra soberanía suena metafísica. La idea que he tratado de explicar no es una quimera. Y pongo por testigo a la Unión Europea que ha sacrificado importantes componentes de la soberanía de cada uno de los estados asociados. Pongo dos ejemplos: la moneda y los ejércitos. En Europa ya no circulan francos ni marcos ni pesetas, sino euros. Los ejércitos europeos que en los siglos pasados se masacraron sin piedad, hoy se encuadran en unidades de alemanes, franceses, españoles, británicos bajo un comandante general sueco o noruego, por ejemplo. Ceder soberanía es posible y, en muchos casos, conveniente y  provechoso. Confío en que abundan los bolivianos, los chilenos y los peruanos que se sumarían a esta causa si encontraran un abanderado más poderoso y atrayente que el aquí suscrito.