sábado, 30 de octubre de 2010

con relativo optimismo Los Tiempos considera que el accionar de Bolivia podría sacar de la rutina el tema marítimo con Chile dados ls recientes hechos

Es el tiempo de la experiencia y la serenidad; cualquier mal paso seguirá postergando todo atisbo de solución a nuestro enclaustramiento

Los trascendidos difundidos por el periódico chileno La Tercera –que cubre en forma regular el tema de las negociaciones entre Bolivia y Chile, particularmente el del mar, y que cuenta con buenas fuentes– en sentido de que Chile esperará el fallo de La Haya en su diferendo con Perú para presentar al país una propuesta sobre la demanda marítima han sido tajantemente desmentidos por el ministro de Relaciones Exteriores boliviano.

De acuerdo a nuestra autoridad, en la agenda de trabajo de la próxima reunión bilateral entre los viceministros de ambas cancillerías el tema del mar está incluido y no hay, hasta el momento, ninguna propuesta oficial de parte de Chile para modificarla.

Además, reiteró que a su criterio los medios de comunicación no son los canales adecuados para tratar este tipo de temas.

Si bien la posición del Ministro es correcta, mucho se ha dicho en las últimas semanas a través de los medios y en encuentros bilaterales para poder reencauzar el tema por los mecanismos regulares. Lo que alteró la rutina en la que han ingresado los encuentros entre las cancillerías de Chile y Bolivia fueron las declaraciones del Presidente y Canciller peruanos apoyando la demanda marítima boliviana en el acto de relanzamiento de Boliviamar en el puerto de Ilo, en las que, además, afirmaban que ese país no pondrá obstáculos a una hipotética concesión de una salida al mar por territorios que antes eran de Perú siempre y cuando se mantengan las actuales servidumbres.

Al parecer estas declaraciones tomaron desprevenidos a los representantes del actual oficialismo chileno. Sin más, surgió la iniciativa de someter a consulta popular si Chile daba o no salida al mar a Bolivia, que fue apoyada por otro de la oposición generando un debate que parecía salir del control de la burocracia diplomática del vecino país. Fueron el ex presidente Ricardo Lagos y su canciller Soledad Alvear quienes pusieron orden en el ámbito político al sostener que la única posibilidad de que Bolivia cuente con salida al mar es por la “Línea de la Concordia” en Arica y que, por tanto, la última palabra la tiene Perú, pues por el Tratado de Ancón Chile no puede ceder territorio que antes de la Guerra del Pacífico le pertenecía “a una tercera potencia”.

Es en este contexto que La Tercera difunde que Chile no hará referencia al tema hasta que salga la sentencia de La Haya sobre límites marítimos entre Chile y Perú. Si es cierta esta información, se puede interpretar –más allá de los deseos del canciller boliviano– que el tema de las negociaciones sobre el mar entre Bolivia y Chile corren el peligro de volver a los cauces rutinarios, extremo que, obviamente, Bolivia debe evitar.

Para ello, no está de más insistir en que el Ministerio de Relaciones Exteriores debe, por un lado, constituir un consejo de expertos en la materia para que los pasos que se den en este complejo tema no sean producto de la improvisación. Por el otro, hacer comprender, particularmente dentro de la estructura administrativa, que el rector de estas negociaciones es el Canciller en consulta con el Presidente; el resto debe acompañar la negociación, no referirse a ella, pues cualquier mal paso que se dé seguirá postergando esta irrenunciable demanda nacional.

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