domingo, 31 de octubre de 2010

la firmeza del planteamiento ideológico de Mesa merece una lectura práctica del gobierno ahora que Perú ha dado un paso positivo en el tema del MAR.

Le toca mover ficha a Chile. Por lo pronto, el encuentro Morales-García no ha caído bien en Santiago. Es que descoloca lo que parecía un juego perfecto en el que La Moneda manejaba, por primera vez desde 1879, todos los hilos con Bolivia

Por fin, casi cinco años después de haber comenzado su gestión, el Gobierno comienza a entender la importancia de las políticas de Estado. La más importante, la referida al tema marítimo. Como tal debió ser tratada desde 1879 y, contra la opinión generalizada, hasta 2005 se asumió casi siempre como cuestión de Estado.

Era obvio que Bolivia no podía desarrollar una política bilateral positiva con Chile cuya argamasa fuera una pésima relación con el Perú. Menos aún si la base de esa “luna de miel” eran las buenas palabras de la presidenta Bachelet, los vítores recibidos por Morales en el Estadio Nacional de Santiago y la retórica vacía de la “diplomacia de los pueblos”.

Cualquier tratamiento de la cuestión debe partir de una certeza, no existe posibilidad alguna de mirar el pasado, enfrentar el presente y proponer el futuro sin contar con tres protagonistas, no con dos ni con uno, con tres: Bolivia, Perú y Chile. Por múltiples razones geográficas, históricas y demográficas, las tres naciones están indisolublemente ligadas y, en lo que toca a la región en la que están sus áreas directas de influencia y su desarrollo interno equilibrado e integral, están destinadas a construir el futuro juntas. Pero, no nos engañemos, para lograrlo, la injusta mediterraneidad boliviana requiere de una solución definitiva. La palabra “definitiva” pasa por la necesidad de cumplir lo más importante, que los tres pueblos acepten que esa hipotética solución cierra para siempre una herida de la historia aún abierta. Muy probablemente esa solución no será plenamente satisfactoria y dejará más o menos descontentos a todos, pero a la vez dejará a todos convencidos de que será lo posible, lo razonable, lo que cada país pueda de buena fe hacer para conseguirla. El discurso de que no se debe encarar el siglo XXI con ojos del siglo XIX es retóricamente rentable pero objetivamente mentiroso. La única forma de mirar este siglo con realismo es entendiendo que lo que hay que resolver es un problema generado en el siglo XIX y que, se diga lo que se diga, ése es el nudo gordiano a superar. Otra cosa es que las soluciones que se pongan sobre la mesa de discusión estén adecuadas a este tiempo, lo que no quiere decir que, a título de realismo y pragmatismo, se pretenda zanjar el asunto vendiéndonos espejitos de colores.

Los presidentes Morales y García han dado un paso que no hace otra cosa que colocar a los tres jugadores donde estuvieron antes de que los insultos, los adjetivos innecesarios y las pataletas de diverso tono, los desacomodaran. Los avances entre Bolivia y Perú logrados en 1992 por Jaime Paz Zamora y Alberto Fujimori, a los que contribuimos en 2004 con el presidente Toledo, se han recuperado, profundizado y mejorado. Hay que celebrar que así haya ocurrido. Toca ahora –a tenor de los ríos de tinta que ha provocado este nuevo acuerdo en Chile– reiniciar una estrategia en la que Bolivia administre con moderación e inteligencia sus vínculos con Santiago. Morales tiene un diálogo fluido y aparentemente abierto y bien intencionado con su colega Piñera. Del abrazo de Charaña a esta parte nunca las relaciones entre ambas naciones estuvieron mejor. Bolivia debe mantener esa línea abierta y avanzar sin reticencias en los nutridos temas de agenda bilateral, salvo en dos asuntos que tras el significativo acercamiento con Lima han recuperado jerarquía, Silala y el mar.

Es inaceptable llegar a un acuerdo con Chile sobre el supuesto del reconocimiento de que las aguas del Silala son parte de un río con un curso de aguas sucesivas, y menos creer que recibir unos millones de dólares como “pago” no retroactivo por su uso es un buen negocio.

Con esa lógica, también el Tratado de 1904 debía aceptarse como un buen negocio. Ese razonamiento es pedestre y ratifica, cuando menos, desconocimiento de lo que es una estrategia internacional en un grave diferendo por cuestiones de principio, de fondo y de forma.

En cuanto al mar, Bolivia debe, una vez repuesta su política de Estado, volver al razonamiento de que para nosotros no hay escenarios limitados ni de tratamiento ni de negociación, valen pues el multilateral, el bilateral y el trilateral. Este último es probablemente el más importante y sin duda imprescindible. En lo inmediato, se debe poner más atención y recibir una adecuada y fluida información sobre la controversia chileno-peruana por aguas territoriales en la zona que nos afecta. Además, se debe actuar para aprovechar –ahora sí realmente– las ventajas que ofrece Perú en Ilo.

Le toca mover ficha a Chile. Por lo pronto, el encuentro Morales-García no ha caído bien en Santiago. Es que descoloca lo que parecía un juego perfecto en el que La Moneda manejaba, por primera vez desde 1879, todos los hilos con Bolivia.

El futuro pasa por La Paz, Santiago y Lima de modo simultáneo e inexcusable. El día en el que los gobernantes de los tres países se sienten a discutir la solución será el primer día en el que se pueda creer en un acuerdo posible. Mientras eso ocurra, debemos aplaudir el paso dado, la recuperación de una política de Estado por parte de nuestro Gobierno.
Subrayo dos nombres: David Choquehuanca y Manuel Rodríguez.

El autor fue Presidente de Bolivia

sábado, 30 de octubre de 2010

con relativo optimismo Los Tiempos considera que el accionar de Bolivia podría sacar de la rutina el tema marítimo con Chile dados ls recientes hechos

Es el tiempo de la experiencia y la serenidad; cualquier mal paso seguirá postergando todo atisbo de solución a nuestro enclaustramiento

Los trascendidos difundidos por el periódico chileno La Tercera –que cubre en forma regular el tema de las negociaciones entre Bolivia y Chile, particularmente el del mar, y que cuenta con buenas fuentes– en sentido de que Chile esperará el fallo de La Haya en su diferendo con Perú para presentar al país una propuesta sobre la demanda marítima han sido tajantemente desmentidos por el ministro de Relaciones Exteriores boliviano.

De acuerdo a nuestra autoridad, en la agenda de trabajo de la próxima reunión bilateral entre los viceministros de ambas cancillerías el tema del mar está incluido y no hay, hasta el momento, ninguna propuesta oficial de parte de Chile para modificarla.

Además, reiteró que a su criterio los medios de comunicación no son los canales adecuados para tratar este tipo de temas.

Si bien la posición del Ministro es correcta, mucho se ha dicho en las últimas semanas a través de los medios y en encuentros bilaterales para poder reencauzar el tema por los mecanismos regulares. Lo que alteró la rutina en la que han ingresado los encuentros entre las cancillerías de Chile y Bolivia fueron las declaraciones del Presidente y Canciller peruanos apoyando la demanda marítima boliviana en el acto de relanzamiento de Boliviamar en el puerto de Ilo, en las que, además, afirmaban que ese país no pondrá obstáculos a una hipotética concesión de una salida al mar por territorios que antes eran de Perú siempre y cuando se mantengan las actuales servidumbres.

Al parecer estas declaraciones tomaron desprevenidos a los representantes del actual oficialismo chileno. Sin más, surgió la iniciativa de someter a consulta popular si Chile daba o no salida al mar a Bolivia, que fue apoyada por otro de la oposición generando un debate que parecía salir del control de la burocracia diplomática del vecino país. Fueron el ex presidente Ricardo Lagos y su canciller Soledad Alvear quienes pusieron orden en el ámbito político al sostener que la única posibilidad de que Bolivia cuente con salida al mar es por la “Línea de la Concordia” en Arica y que, por tanto, la última palabra la tiene Perú, pues por el Tratado de Ancón Chile no puede ceder territorio que antes de la Guerra del Pacífico le pertenecía “a una tercera potencia”.

Es en este contexto que La Tercera difunde que Chile no hará referencia al tema hasta que salga la sentencia de La Haya sobre límites marítimos entre Chile y Perú. Si es cierta esta información, se puede interpretar –más allá de los deseos del canciller boliviano– que el tema de las negociaciones sobre el mar entre Bolivia y Chile corren el peligro de volver a los cauces rutinarios, extremo que, obviamente, Bolivia debe evitar.

Para ello, no está de más insistir en que el Ministerio de Relaciones Exteriores debe, por un lado, constituir un consejo de expertos en la materia para que los pasos que se den en este complejo tema no sean producto de la improvisación. Por el otro, hacer comprender, particularmente dentro de la estructura administrativa, que el rector de estas negociaciones es el Canciller en consulta con el Presidente; el resto debe acompañar la negociación, no referirse a ella, pues cualquier mal paso que se dé seguirá postergando esta irrenunciable demanda nacional.

pobrísima la actuación del Canciller convertido en un pelele de Evo, no tiene asidero su intento de ser independiente.el original le patea el trablero

Desde el primer día en que don David Choquehuanca se hizo cargo de la Cancillería, nos hemos condolido sinceramente, primero, porque la diplomacia nunca fue su oficio y porque tuvo que desmantelar el ministerio de Relaciones Exteriores para dar cabida a sus correligionarios masistas que sabían menos que él; segundo, porque estaba escrito que la política exterior del Gobierno se dictaría desde el Palacio Quemado y no desde la vetusta casona de la otra esquina de la plaza Murillo.

Ha concluido una gestión de gobierno, ha comenzado la siguiente, y sin embargo David Choquehuanca permanece como jefe de la diplomacia boliviana, aunque es sincero al reconocer que le resulta difícil aprender los avatares de este delicado trabajo. No obstante, el Canciller trata de hacer todo lo que está a su alcance, aunque se enfrenta a un obstáculo insuperable, que no es la frágil oposición política por cierto, sino el que menos se podría esperar: el presidente Evo Morales. Cualquier Canciller ya le habría tirado el cargo a S.E. y se hubiera marchado más que rápido.

¿Cuántas veces Choquehuanca ha estado negociando voluntariosamente con EEUU para recomponer las relaciones entre los dos países? ¿Y cuántas veces S.E. le ha torpedeado su labor o, simplemente, ha ignorado lo que estaba haciendo la Cancillería? ¿Cuántas veces Bolivia ha anunciado que en determinada fecha se normalizarían las relaciones con la Unión? Hasta se ha cometido el error – ahora esparcido por todos lados – de afirmar que se “restablecerán” las relaciones con EEUU, cuando éstas jamás se han roto o suspendido.

Pues bien, en estos días, el Canciller ha anunciado, una vez más, que ya tiene listo un nuevo acuerdo de cooperación con Washington, al que sólo le faltan “pequeños detalles” y que ojalá se firme hasta fin de año. Sin embargo, el torpedo que han lanzado desde el Palacio Quemado ya explotó en las narices de Choquehuanca. S.E. se fue en su flamante y carísimo avión a Irán, para abrazarse con Ahmadineyad, blasfemar contra el imperialismo gringo y ¡cosa peliaguda! definir que Irán será el socio estratégico para la explotación del litio en el Salar de Uyuni, según la agencia oficial de noticias ABI. Por mucho menos que esto, hace unos años, ya se hubiera provocado un maremágnum a bala limpia en toda Bolivia. ¿Sabía el sometido Choquehuanca que su Presidente lo iba a dejar otra vez en la picota? ¿Tiene espíritu de mártir el Canciller?

Ni créditos, ni bancos binacionales, ni factorías militares, ni vainas. S.E. le ha seguido la huella a Hugo Chávez para incomodar a EEUU, pero esta vez ha aplicado un rodillazo diplomático en los testículos al más grandote. Jugó al fútbol con Ahmadineyad pero el rodillazo estratégico se lo dio a los gringos. Esto borra cualquier posibilidad de recomponer los vínculos con Norteamérica, salvo, claro, que el señor Obama acepte, resignado, el sopapo. Mientras tanto S.E. anuncia al mundo que Bolivia tiene reservas de litio para los próximos 5.000 años; Chile ya está en plena producción y seguramente que feliz si vende durante el resto del siglo. Es suficiente. ¿Por qué somos tan idiotas nosotros?

En el tema de Ilo no se le puede dar los créditos a la Cancillería boliviana, porque se sabe de memoria que eso fue algo resucitado por el hábil embajador peruano en La Paz que, como debe ser, tiene todo el apoyo de su Canciller y del presidente Alan García. La pertinaz mezquindad política que nos caracteriza, ha hecho que ni siquiera se mencione el nombre de Jaime Paz Zamora en este retorno al mar peruano. Jaime Paz y Fujimori fueron los artífices de Ilo, fueron quienes tuvieron la visión de dar ese paso. Se cambió el nombre de Boliviamar por MarBolivia y asunto concluido. Cree ahora el MAS que ignorando el nombre de una persona se la puede borrar de la Historia.

Más allá de lo útil que pueda resultar Ilo para Bolivia, lo descollante ha sido el revuelo que produjo en Santiago. Pensamos que Perú se jugó a fondo para inquietar a Chile y que lo ha logrado. Quedó al desnudo la diplomacia festiva de Chile con Bolivia. Ahora debería jugárselas Bolivia, también a fondo, y pedirle a Chile que se deje de jorobar con la oxidada Agenda de los 13 puntos y que nos diga cuáles han sido los progresos en materia marítima, que, permanentemente, vino anunciando el presidente Morales, cada vez que se encontraba con la señora Bachelet. Esto puede ser materia de un juicio de responsabilidades a S.E. cuando llegue su momento. Ya está de buen tamaño que los chilenos nos hagan lamer el chupetito de que en cuanto se logre la “confianza recíproca” se hablará del mar. ¡Si en el último lustro las encuestas dicen que en Chile cada vez nos quieren menos!

Bien en todo caso por Bolivia. Nuestro país ha ganado, no tanto por poder construir una base naval en Ilo, que es risible, sino por lo que ha dicho Alan García. Eso de que Perú “jamás será un obstáculo” para el retorno de los bolivianos al mar, es trascendental. Afirmar que “…es un derecho de justicia y un anhelo absolutamente justificado que tiene el pueblo boliviano”, nos cae del cielo. Chile tendrá que ser bastante más flexible con esa agenda embaucadora a la que nos tiene sometidos, con el beneplácito increíble del presidente Morales

jueves, 28 de octubre de 2010

cien veces ha reclamado Bolivia y otras 100 veces Chile le dió largas, falló con las soluciones nuestras de salida al mar.

Esperanza cien veces fallida

Mauricio Aira

Apenas concluidas las acciones armadas inmediatamente después de la Guerra del Pacífico Bolivia inauguró la serie de reclamos que Chile incumplió. Si uno se detiene a estudiar el tema consultando entre otros estudiosos a Juan Pereyra Fiorilo, Raul Botelho Gozálvez, Valentín Abecia comprueba con lujo de detalles las reclamaciones sin cuenta ante la injusticia de la mal llamada guerra que nos cercenó nada menos 400 kilómetros de costa frente al Pacífico, comprueba queChile respondió siempre con evasivas por cuanto de su diccionario diplomático excluyó el tema marítimo, hasta cuando Pinochet en un arranque de sinceridad prometió a Bánzer encontrar la fórmula que pusiera fin al alegato boliviano.

Charaña entró a la historia cuando ambos autócratas se dieron el abrazo que marcó el inicio de una negociación que parecía loable. “Bolivia tendrá pronto su salida soberana al mar” fue la promesa que confirió la oxigenación a Bánzer por algún tiempo. Pinochet cumplió su parte al enviar mediante el embajador extraordinario Guillermo Gutiérrez Vea Murguía un memorial de 24 puntos que la cancillería banzerista se apresuró a socializar con militares, empresarios, las agrupaciones que le eran leales y comités cívicos formados por notables como Cochabamba que rechazaron la propuesta.

Existían al menos dos condiciones inaceptables. La primera el asunto del canje territorial o sea Chile pretendía recibir en territorio potosino el mismo número de kilómetros cuadrados de la franja que iría a ceder de 12 kilómetros pegada a la frontera con Perú y segunda que “Bolivia renunciara solemne y definitivamente al tema de la reivindicación marítima” Tal condicionamiento fue inaceptable para los notables cochabambinos invitados ante Bánzer.

Nueva esperanza significa un futuro plebiscito en Chile para saltar por sobre el mandato constitucional de no ceder a Bolivia ni un metro cuadrado de su territorio. Algunos políticos adelantan opinión al considerar viable el procedimiento. ¡Albricias! Qué mejor para Bolivia si acaso se realizara la consulta y si acaso el resultado fuera favorable al reclamo nacional de soberanía. En la negociación tiene parte importante el vecino Perú, otrora aliado durante la contienda e igualmente perdidoso ante Chile. Nuestra diplomacia ha sostenido siempre que el tema es tripartito mientras que el victorioso de la Guerra del Pacífico se niega rotundamente a su presencia en la negociación.

Elemento nuevo y muy valioso, inédito hasta antes de ahora. Perú no pondrá piedras en el camino y favorecerá el tratamiento del pedido de Bolivia de un acceso al mar por territorio que fue propiedad de Perú. Esto es nuevo, y aunque por el momento no pasa de una declaración del Presidente Alan García al conceder a Bolivia en calidad de comodato por los próximos 99 años el enclave de Ilo frente al Pacífico, hoy en día carente de la básica infraestructura de un puerto operable por mar y tierra. La palabra presidencial tendrá que ser corroborada por el Parlamento para ser tomada en cuenta.

El acalorado debate que tiene lugar ahora mismo debería conducir a retirar la exigencia chilena de una compensación territorial en el departamento de Potosí, en realidad Chile no tendría porqué exigir de Bolivia un canje si el territorio del posible corredor se encuentra en área de expectativa peruana. En otras palabras Chile no puede vender lo que no le pertenece.

Moviéndonos siempre en el terreno especulativo y de visión al futuro encontramos que restaría en pie la exigencia sine-quanon de una solemne renuncia de Bolivia, para siempre jamás de su derecho a la reivindicación marítima. Es posible que el asunto podría resolverse en otra consulta popular, aunque ya sabemos el resultado. Los ciudadanos formados en el espíritu y la mente de la Republica de Bolivia votarían por el NO, lo que conduciría a la negativa de Chile a firmar acuerdo alguno, por tanto el nuevo intento, la nueva promesa de darnos salida al mar con soberanía plena vendría a resultar en una nueva esperanza fallida de retorno al mar.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Chile ha incumplido su palabra a lo largo del siglo y pico que nos separa de la Guerra del Pacífico. porqué habremos de creerle? medular en El Día

Chile y Perú están jugando una partida de ajedrez geoestratégico y diplomático que involucra directamente a otros países de la cuenca del Pacífico, en concreto a Ecuador y a la mediterránea Bolivia. El diferendo limítrofe que enfrenta a los gobiernos de Sebastián Piñera y Alan García, que se va a dirimir en la Corte Internacional de La Haya, provoca que ambos países busquen aliados en la región para que respalden sus posiciones.
Chile y Perú se encuentran a la espera de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que debe definir la frontera marítima entre Perú y Chile. La demanda fue interpuesta en enero de 2008 por el gobierno de Alan García.
Perú argumenta que los tratados firmados en 1952 y 1954, los cuales durante medio siglo han definido las fronteras marítimas, son sólo acuerdos pesqueros. Por el contrario, Chile sostiene que esos dos mismos convenios demuestran que ya existe una frontera marítima con Perú.
El litigio involucra a terceros países ya que un pronunciamiento del Tribunal favorable a Perú, dejaría a Bolivia con pocas posibilidades de pedir a Chile un acceso soberano al océano Pacífico.
La iniciativa chilena
Tras presentar Perú su demanda en La Haya, Chile buscó desde el primer momento aislar a su vecino del norte y encontrar aliados regionales. Para ello fue clave el acercamiento a Rafael Correa. En agosto pasado, los presidentes de Chile, Sebastián Piñera y el de Ecuador suscribieron una declaración conjunta a través de la cual ratificaron la validez de los convenios de 1952 y 1954, que también fueron firmados por Perú en su momento.
En esa declaración se sostiene que “los presidentes de Ecuador y Chile destacaron la plena coincidencia respecto de la vigencia, los alcances y contenidos de la Declaración de Santiago de 1952 y del Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954, y expresaron su satisfacción por los logros derivados de los mismos”.
Chile necesita a Ecuador como aliado en su pleito con Perú y que el gobierno de Correa no se persone en el Tribunal de La Haya. Eso explica el despliegue de Piñera para cuidar su relación con el ecuatoriano.
De hecho, Piñera fue el primer presidente en viajar a Quito para respaldar al presidente ecuatoriano, tras la reciente rebelión policial. En esa misma visita, Piñera obtuvo lo que buscaba cuando Rafael Correa dijo que su país no entrará en la disputa planteada ante la Corte de La Haya.
Además con Ecuador, el gobierno de Sebastián Piñera ha tratado de mejorar las relaciones con Bolivia, algo mucho más difícil teniendo en cuenta las diferencias históricas pues los ejecutivos bolivianos reclaman una salida al mar desde 1879.
Evo Morales ha logrado entablar buenas relaciones con Sebastián Piñera pese a que es mucho más lo que les separa que lo que les une, como admitió el propio Morales: “saben chilenos y bolivianos que hemos superado la desconfianza. Pero también es histórica la agenda de los 13 puntos que por primera vez incluye el tema del mar. Entonces, nuestro deseo con el Presidente (Piñera) es continuar en base a los 13 puntos. Esa es la forma de cómo buscar la confianza. Sólo cuando hay confianza podemos resolver nuestros problemas”.
Es una mejoría que viene, como recuerda Michael Shifter en FP, de tiempos de Michael Bachelet: “fue durante el gobierno de Bachelet cuando se diseñó un marco entre Chile y Bolivia para gestionar más eficazmente las previamente inestables relaciones bilaterales. En julio de 2006, las administraciones de Bachelet y Morales negociaron, no sin esfuerzo, una agenda global de 13 puntos que abarcaba diversos temas, incluyendo cuestiones de integración fronteriza, cooperación en materia de seguridad y defensa, gestión de recursos hídricos y energía e incluso ciencia y tecnología”. Allí se incluyó por primera vez la demanda boliviana de una salida al Pacífico.
Sebastián Piñera ha seguido por esa línea y ha confirmado la disposición de abrir el puerto de Iquique como zona de libre tránsito para las exportaciones bolivianas, y la puesta en marcha del tren Arica-La Paz.
Como señalaba Michael Shifter en el diario El Colombiano “en el campo internacional Piñera, hasta ahora, ha sorprendido a muchos latinoamericanos que esperaban una línea ideológica más dura. Su relación con el presidente boliviano Evo Morales ha sido notable. Sería difícil imaginar dos polos más opuestos, tanto en experiencia como en pensamiento, que el campeón del libre mercado en Chile y el líder indígena de los cultivadores de coca en Bolivia”.
Shifter recuerda que “desde la posesión de Piñera el pasado mes de marzo (cuando ambos jugaron fútbol juntos), hasta la visita de Morales a la mina San José (donde uno de sus compatriotas estuvo atrapado), los líderes de los dos vecinos, que mantienen un problema limítrofe aún por resolver que data de la Guerra del Pacífico, mantienen una relación amistosa. Por ahora, en cualquier caso, el pragmatismo parece sobreponerse a las ideologías”.
Incluso, el reciente rescate de los mineros, uno de ellos boliviano, fomentó la luna de miel, según el propio Evo Morales: “es un hecho histórico e inédito que une cada día más y más. Trae una mayor confianza entre Bolivia y Chile y, sobre todo, entre los presidentes…Para el pueblo boliviano será inolvidable el esfuerzo del presidente Piñera. Muchas gracias por el rescate de nuestro hermano”.
La última jugada peruana
Piñera comenzó llevando claramente la iniciativa diplomática en esta partida: aseguró su histórica alianza con Ecuador y conservó unas relaciones amistosas con Bolivia. Pero el contraataque ha llegado de manos de Alan García, quien olvidando insultos y pleitos anteriores con Evo Morales ha decidido otorgarle a Bolivia acceso al Océano Pacífico.
La historia es larga: en 1992, el entonces presidente de Bolivia Jaime Paz Zamora y Alberto Fujimori firmaron un acuerdo por el que Perú cedió cinco kilómetros de costa y una extensión territorial de 1.635 kilómetros para Bolivia, por 99 años renovables. El proyecto se llamó Boliviamar.
El acuerdo no avanzó nada en 18 años. Pero este 19 de octubre, los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Perú, Alan García, relanzaron el proyecto de Ilo, que además de cambiar el nombre de la zona (ahora Mar Bolivia en vez de Boliviamar) incluye mayores ventajas para Bolivia que accede a un punto de atraque y a una zona económica especial, donde se podrán realizar diversas actividades económicas.
Bolivia consiguió; asimismo, la ampliación de la zona franca especial, por 99 años renovables, sobre un área de 3.58 km, aunque la mayor parte de las exportaciones bolivianas se hacen por puertos chilenos como el de Arica.
En una clara muestra de que el objetivo es meter presión a Chile, Alan García aseguró que “el Perú jamás será un obstáculo en el diálogo bilateral que debe conducir a que Bolivia recupere su salida soberana al mar”.
García señaló que el anhelo boliviano de acceso al mar “es un derecho de justicia”: “Bolivia siempre ha soñado con esto, y su anhelo más caro es tener su mar, y puede lograrse con buena voluntad, con un trabajo de pedagogía y convencimiento”.
Aún fue más lejos cuando dijo: “Bolivia necesita el respaldo de sus hermanos para hacer frente común en respaldo de un derecho… Es injusto que Bolivia no tenga salida soberana al mar”.
Ante esta iniciativa peruana, Sebastián Piñera hizo hincapié en que “la relaciones Chile-Bolivia y Chile-Perú están mirando al futuro, a resolver los problemas. El pasado nos divide, el futuro nos une; y el futuro tiene que ganarle siempre al pasado”.
Chile-Perú, más cerca pero más lejos
Pese a todo esto, los presidentes del Perú, Alan García, y de Chile, Sebastián Piñera, se han esforzado por profundizar las relaciones bilaterales poniendo a un lado el litigio sobre la frontera marítima que se dirime ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Ambos han dado muestras de querer privilegiar su relación económica y comercial que es excelente. Para Alan García, Perú y Chile están “en el camino de descongelar y fortalecer nuestras relaciones”.
Para Sebastián Piñera la relación es “fructífera y fecunda” y debe permitir proyectos de “integración física, buscando un sistema de aduanas integradas que facilite la movilidad de las personas”, y de “integración energética”: “somos capaces de superar (las diferencias) por la vía del derecho internacional, por la vía de los tratados internacionales”.
Para el 25 de noviembre está previsto un viaje de Sebastián Piñera a Lima, donde será recibido por Alan García, en un buen momento de la relación bilateral, en el que las inversiones chilenas (el grupo Cencosud entre otros) se fijan en Perú y las peruanas (el Grupo Brescia, por ejemplo) en Chile, o cuando ambos gobiernos avanzan en el proceso de homologación para medición de gastos militares, transparencia y trabajo en conjunto de sus respectivas Fuerzas Armadas. Esa excelente relación sólo se ve alterada y enturbiada por el problema limítrofe.

Con el objetivo de meter presión a Chile,
Alan García aseguró que “Perú jamás será un obstáculo en el diálogo bilateral para que
Bolivia recupere su salida soberana al mar”.

lunes, 25 de octubre de 2010

polémico el tema en Chile, Perú y menos en Bolivia donde se le otorga por el momento poca importancia. ratificamos lo publicado horas antes ahora LTD

El presidente de Perú, Alan García, recomendó ayer "tomar tanquilizantes" a algunos parlamentarios chilenos que han criticado el apoyo brindado la semana pasada a su par boliviano, Evo Morales, sobre la histórica demanda de una salida al mar.

Mientras, el gobierno de Chile evitó pronunciarse sobre la propuesta de un senador de plebiscitar el asunto, pero recordó que el tema marítimo está incluido en las conversaciones con Bolivia.

No obstante, la polémica a nivel del legislativo chileno, tanto del oficialismo como de la oposición, alrededor de la propuesta de plebiscito del senador de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Pablo Longueira, continúa en ese país.

Al respecto, su copartidario diputado Ernesto Silva afirmó ayer que su partido respaldará la posición que adopte el presidente Sebastián Piñera frente a la demanda marítima de Bolivia.

Mientras, el jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Chile, también de la UDI, Hernán Larraín, afirmó el sábado que definir este tipo de situaciones por plebiscito es “un camino extraordinariamente equivocado” y calificó el apoyo expresado por el Presidente peruano a Bolivia de “impertinente”.

Por su parte, el senador y secretario general del Partido Socialista (PS), Fulvio Rossi,dijo ayer que está de acuerdo en que se realice un plebiscito o una consulta a la ciudadanía para que se pronuncie sobre el asunto marítimo con Bolivia, según publica el diario La Tercera.

Alan García
Ante este debate en Chile, el presidente peruano, Alan García recomendó ayer que “algunos señores tomen algún tranquilizante para que no tengan temor”. “¿Para qué tanto salto si el suelo está parejo?”, dijo al ser consultado por la prensa respecto a la molestia de algunos parlamentarios chilenos, según reflejan periódicos digitales de Perú y Chile.

El martes de la semana pasada, durante el acto de renovación de concesión del puerto de Ilo ara Bolivia, García calificó como "una injusticia" el hecho de que Bolivia no tenga salida al mar, y añadió que Perú "no será un obstáculo" en la aspiraciones bolivianas.

García ratificó ayer sus afirmaciones de la semana pasada, y recordó que "ese país (Bolivia) tuvo su mar y lo deseable, lo justo y lo bueno es que vuelva a tener una salida al mar. Ya no la gran frontera litoral que tuvo hace mucho, pero una salida".

Autoestima boliviana
El Mandatario peruano dijo, además, que un acceso al mar "ayudaría mucho a la autoestima de los bolivianos. Es un hecho que en toda América necesitamos". "No creo que esto tenga nada de enemistad con Chile. Esto no es presión", añadió.

Bolivia perdió su acceso soberano al mar en una confrontación bélica frente a Chile en 1879, y desde 1962, salvo un paréntesis entre 1975 y 1978, mantienen rotas sus relaciones diplomáticas por la falta de una solución a esa controversia.

Agenda de 13 puntos
En 2006, Morales y la entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet establecieron una agenda de trece puntos tendente a mejorar las relaciones bilaterales, en la que por primera vez se incluyó la demanda boliviana de una salida al mar.

Precisamente, eso fue lo que destacó ayer la portavoz del gobierno chileno, Ena Von Baer, en alusión a la agenda bilateral de 13 puntos. "Nosotros estamos trabajando con el Gobierno boliviano una lista larga de temas que incluye también el tema del mar", sostuvo.

"Cuál vaya a ser la salida que encontremos para los distintos temas que están pendientes, eso se va a ver en las conversaciones" entre ambos Ejecutivos, concluyó la ministra al ser interpelada acerca de la propuesta del senador Pablo Longueira.

La propuesta

• El viernes, el senador chileno Pablo Longueira propuso someter a plebiscito la cesión de una franja costera con soberanía a Bolivia.

• La propuesta provocó debate en Chile. El Gobierno sólo respondió que es una discusión entre gobiernos.

El diálogo con Chile seguirá

La Paz | Efe

El diálogo entre Bolivia y Chile enmarcado en la agenda de 13 puntos que discuten ambos países desde 2006 continuará, al margen del acuerdo suscrito el pasado martes con Perú, afirmó ayer el canciller boliviano David Choquehuanca.


El ministro dijo al canal estatal que el protocolo que firmó el presidente Evo Morales con su homólogo peruano, Alan García, "es independiente" del diálogo que se desarrolla con Chile.


Choquehuanca respondió así a la susceptibilidad con que fue visto en algunos sectores políticos chilenos el acercamiento entre Morales y García.


Anticipó que el Gobierno de Morales invertirá en infraestructura portuaria en Ilo para garantizar el aprovechamiento del acuerdo, como lo pidieron los industriales bolivianos.


La ministra de Planificación del Desarrollo, Viviana Caro, declaró que se ha dispuesto una inversión de 22 millones de dólares para asfaltar la carretera que une La Paz con la ciudad de Tacna.

Otra vez, “gas por mar”

El senador y secretario general del Partido Socialista chileno, Fulvio Rossi, afirmó ayer que está de acuerdo en que se realice un plebiscito o una consulta a la ciudadanía para que se pronuncie sobre el asunto marítimo con Bolivia y sugirió que con este país se podría llegar a una posibilidad de "gas por mar o energía por mar". "Lo importante es que hay que escuchar la voz de la gente.

Sería tremendamente importante escuchar la voz de la ciudadanía; hay gente que tiene miedo de escuchar la voz de la ciudadanía", afirmó Rossi.


El senador del PS dijo que "el gobierno (de Chile) le tiene miedo (al plebiscito), porque el gobierno dijo que es inconstitucional. No vayamos a lo jurídico, hagamos una consulta. Si le quieren cambiar de nombre, cambiemos de plebiscito a una consulta ciudadana", expresó Rossi, según La Tercera.


"Lo que uno tiene que plantear es la voluntad de avanzar en la solución de un problema que tenemos con Bolivia”, agregó.

Diputado chileno

El diputado de la UDI Ernesto Silva afirmó ayer que su partido respaldará la posición que adopte el presidente Sebastián Piñera frente a la demanda marítima de Bolivia, aunque dijo que no comparte el contenido de la propuesta.


"El contenido de la propuesta planteada yo no lo comparto en términos de: uno, abrir la posibilidad de someter esto a plebiscito, y dos, que pueda estar en juego parte de la soberanía chilena", manifestó Silva.


Además, sostuvo que la idea de Longueira no ha abierto un debate en la colectividad oficialista. "Creo que, por lo tanto, parte de lo que tienen que construir las coaliciones y también los partidos es construir un debate. Y nosotros, en su momento, cuando la directiva lo estime adecuado, lo tendremos", agregó.


El diputado recalcó que "la posición que va a seguir la UDI es la posición que lidere el gobierno, la posición del presidente Piñera".

domingo, 24 de octubre de 2010

al parecer los chilenos se están poniendo nerviosos por el tema del MAR a estar por Alan García que recomienda "tranquilizantes". divertido!


El Presidente de Perú Alan García recomendó hoy "tomar tranquilizantes" a algunos parlamentarios chilenos que han criticado el apoyo brindado la semana pasada a su par boliviano Evo Morales respecto de la histórica demanda de salida al mar de ese país.

"Pediría que algunos señores tomen algún tranquilizante para que no tengan temor. ¿Para qué tanto salto si el suelo está parejo?", afirmó el Mandatario peruano, al ser consultado por la prensa respecto a la molestia de algunos parlamentarios chilenos.

Esto, luego de que la semana pasada García calificara como "una injusticia" el hecho de que Bolivia no tenga salida al mar, y afirmara que Perú "no será un obstáculo" en la aspiraciones bolivianas.

En ese sentido, García reiteró esas afirmaciones de la semana pasada, y recordó que "ese país (Bolivia) tuvo su mar y lo deseable, lo justo y lo bueno es que volviera a tener una salida al mar. Ya no la gran frontera litoral que tuvo hace mucho, pero una salida".

El Mandatario peruano dijo, además, que un acceso al mar "ayudaría mucho a la autoestima de los bolivianos. Es un hecho que en toda América necesitamos".

"No creo que esto tenga nada de enemistad con Chile. Esto no es presión", añadió. (La foto y el texto nada menos que de La Tercera de Santiago)

sábado, 23 de octubre de 2010

balde de agua fría al entusiasta y demasiado optimista editorial de La Prensa. lo de ILO tira pa´ largo. ver nuestro comentario inicial.

contruir un puerto para barcos de gran calado significa primero gran inversión que Bolivia no está en condiciones de realizar. segundo. levantar la infraestructura comparable a la que existe en Arica, Antofagasta, Iquique llevará varios decenios si acaso alguna vez se acomete la empresa. tercero. los costos de instalación, operación y conexión con los mercados los determinará un estudio que está muy lejos de realizarse. de modo que La Prensa se queda con sus buenos deseos. tiempo...largo tiempo pasará antes de ver operable el puerto. claro está que la demagogia del MAS podrá instalar la escuela naval en ILO para mostrar al mundo que es posible, pero más tardaría en abrirse que en cerrarse. todo hace pensar que nada cambiará. con todo es mejor un permiso de un siglo que ha concedido Alan García, al comodato de 20 años que suscribió Fujimori...y la negociación marítima con Chile, en qué queda?


La mediterraneidad a la que ha sido sometida Bolivia tras la usurpación de su territorio durante la Guerra del Pacífico es una de las principales causas para que nuestra Patria se encuentre sumida en el subdesarrollo; sin embargo no cabe duda de que el Gobierno dio un paso importante el martes para lograr un acceso al mar con la firma del protocolo complementario que otorga a Bolivia libre tránsito al océano Pacífico a través del puerto de Ilo.

Hay en el hecho una serie de ventajas para el país, uno de los más importantes sin duda es que a partir de ahora podrán atracar buques de gran calado, lo que significa usar ese puerto para realizar exportaciones e importaciones. Pero, claro, no servirá de nada tener un gran puerto si no existen los medios para llegar a éste, por lo que es necesario que se empiece a trabajar de inmediato en la construcción de una adecuada carretera para que los empresarios puedan transportar sus productos para exportar por Boliviamar.

Entonces existen dos tareas urgentes en las que se tiene que trabajar: la primera, construir un puerto, y la segunda, mejorar la conexión carretera. En el primer punto el Perú dispuso el espacio, las condiciones y todo lo que pudiera implicar para poder acceder a ese espacio. Ahora le toca al Gobierno de Bolivia asignar los recursos para asfaltar la carretera que nos lleve hacia Ilo.

No es de descartar que Ilo pueda en el futuro reemplazar a los puertos chilenos de Arica y Iquique, pero, claro, hay que trabajar mucho para consolidar a este puerto como una alternativa portuaria.

Claro que influye de manera importante para ello el sector privado, que es el que debe realizar las inversiones en Ilo. Para ello el Gobierno de Evo Morales lanzó las primeras señales al anunciar que otorgará una serie de preferencias a aquellos desafíos empresariales, como el no cobrar impuestos y otorgar créditos, por ejemplo.

Hay que reconocer que el trabajo de las cancillerías de Bolivia y Perú fue el de los mejores, porque permitió dar un nuevo impulso al Acuerdo de Ilo firmado en 1992 por los entonces presidentes de Bolivia, Jaime Paz Zamora, y de Perú, Alberto Fujimori, que sólo atendía a los sectores minero y pesquero.

El acierto del Gobierno de Evo Morales en este tema permite avizorar, y además con esperanza, la posibilidad de que en un futuro no muy lejano Ilo pueda ser el puerto por el que Bolivia exporte gas a mercados internacionales.

Está claro también que este entendimiento fortalece los lazos históricos, económicos y culturales que unen a Bolivia y Perú.

El acuerdo además marca un vuelco radical en las relaciones entre Perú y Bolivia, que hasta hace poco estuvieron manchadas por actitudes inamistosas tanto del presidente Morales como de su colega peruano Alan García.

Pues bien, esos hechos quedaron para la historia y es destacable que ambos presidentes retomen una relación de amistad que beneficie a los pueblos de ambos países, pero además que permita fortalecer sus economías.

El Continente va en proceso de integración y Perú está demostrando que hasta el concepto de soberanía tiene formas de manejarse, por ello hay que destacar también la actitud del Gobierno peruano.

viernes, 22 de octubre de 2010

La Tercera de Santiago presenta una idea de senador chileno de solución a la demanda de MAR para Bolivia. impractidable decimos porque Potosí no cede

AUDIOS
  • Escucha al senador Pablo Longueira

El senador de la UDI Pablo Longueira se abrió esta mañana a buscar una solución a la demanda marítima boliviana, que históricamente ha pedido una salida al mar por el norte de Arica, y afirmó que este tema puede quedar zanjado a través de un plebiscito.

"A mí me gustaría, con la misma fuerza como hemos sacado a los mineros, y es parte de los puntos que el Presidente de la República aproveche todo este capital internacional que tiene hoy día, para que tengamos una solución al tema marítimo boliviano", afirmó esta mañana Longueira.

En esa línea, el senador dijo que "en un mundo global tenemos, el gobierno de centroderecha,ojalá estar plebiscitando a los chilenos el próximo año una solución marítima a Bolivia. Eso es lo que hacen los países inteligentes, que están insertos en un mundo global".

"Hoy día, desde el punto de vista de la diplomacia moderna, tenemos que descubrir instrumentos para darle una solución, y de alguna forma insertarnos en la región en forma distinta", agregó.

Longueira señaló que "no podemos aproximarnos a la solución marítima de Bolivia descartando opciones; en un mundo moderno tenemos que abordarlas todas, y ojalá el gobierno de la Alianza sea capaz de ofrecerle al país una solución".

Asimismo, el senador destacó la buena imagen que proyectaría Chile al encontrar una solución al tema marítimo con Bolivia, y afirmó que "el mundo entero no solamente nos va a felicitar, como lo hemos visto estos días por la situación de los mineros, si no que creo que va a aplaudir que dos naciones sean capaces de encontrar una solución a un problema".

"Chile se puede ver beneficiado con gas, los bolivianos con mar. Creo que hay que instalar estos debates, porque estos son los temas que en un mundo global las naciones tienen que progresar", finalizó.

jueves, 21 de octubre de 2010

Un logro de Bolivia por volver a una relación normal con Perú e incluye el espacio simbólico de vuelta al mar que requiere de inversión cuantiosa


El encuentro muestra que una mejor comprensión de las relaciones exteriores permitirá avanzar en camino que nos conducirá al Pacífico

El relanzamiento de Boliviamar en Ilo, Perú, y el encuentro entre los mandatarios de Bolivia y Perú constituyen, desde el punto de vista nacional, un logro que debe ser destacado porque significa, por un lado, volver a dar a la relación con esta nación vecina la importancia que corresponde y, por el otro, que parecería que en la Cancillería boliviana se ha recuperado el principio de que en el complejo campo de las relaciones internacionales debe primar el interés nacional y la experiencia histórica antes que visiones ideológicas siempre perecederas.

De hecho, los acuerdos complementarios y nuevos que se han firmado en esta ocasión muestran con claridad los intereses que ambas naciones tienen en su relacionamiento, sin descuidar sus otros legítimos objetivos a los que sirve también este encuentro. Está el tema del mar como tal que, más allá del uso concreto de Boliviamar –que requiere de mucha inversión y voluntad política–, incluye el aspecto simbólico de tener una salida al mar expedita y con amplias ventajas de orden político aunque sin soberanía.

Otro aspecto importante de esta cumbre es que Perú nuevamente prestará apoyo en la formación de nuestros efectivos de la Fuerza Naval; incluso, se ha abierto la posibilidad de que Bolivia pueda instalar una Escuela Militar en este puerto.

No podían faltar acuerdos para enfrentar el narcotráfico y otros temas de seguridad cuya gravedad exige acciones conjuntas porque, de lo contrario, pueden desbordar a los Estados y convertirse en factores que perjudiquen esa relación. No hay que olvidar que Bolivia se está convirtiendo también en país de tránsito de cocaína producida en Perú hacia Brasil y también Chile.

Obviamente, el tema más importante es el del mar en su doble dimensión. Una, la de ofrecer al país un acceso a éste en condiciones ventajosas pero sin soberanía; la otra, ayudar a la solución del enclaustramiento boliviano. Es decir, Boliviamar es parte de la estrategia nacional para recuperar una salida soberana al océano Pacífico que ya no sólo es una reivindicación nacional, sino un mandato constitucional y no un sustituto de ésta.

En este sentido, la declaración del ministro de Relaciones Exteriores de Perú –según la cual esa nación “no será un obstáculo llegado el momento en que seamos consultados” (ante la posibilidad de que Chile ofreciera a Bolivia una salida soberana al mar por territorios que antes fueron peruanos) y que lo “único que pide Perú es que aquello que tenemos como servidumbres en función del tratado” (de 1929) se mantenga intacto– es alentadora. Pero, no hay que olvidar que se trata de una declaración unilateral, como han aparecido muchas incluso en Chile. Lo necesario es que al hacer referencia a nuestro acceso soberano al Pacífico, son tres países –Bolivia, Chile y Perú– los que deben pronunciarse.

Por último, el encuentro de Ilo muestra que una mejor comprensión de las relaciones exteriores de parte de las actuales autoridades –unida al reconocimiento de que esto se da gracias al trabajo sostenido que el país ha realizado en este campo desde la recuperación democrática y a los cambios que se han sucedido en el mundo– abre nuevas oportunidades para poder avanzar en el largo camino que nos conducirá finalmente al Pacífico.