lunes, 28 de junio de 2010

el decano (el más antiguo) anoticia que Jindal la megaempresa hindú que explota El Mutún estaría financiando una salida al mar por el Atlántico.

Julio Vera Sosa
La empresa Jindal Steel Bolivia, que está trabajando en el proyecto de explotación del hierro del Mutún y que pese a las varias interferencias que tuvo que enfrentar en su trabajo por parte del presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún ESM, Sr. Sergio Alandia, ha continuado cumpliendo con sus compromisos de inversión en diferentes áreas del desarrollo y progreso de la región oriental de Santa Cruz, principalmente en el área de los municipios de Puerto Suárez - Quijarro - Arroyo Concepción y otros.

Conocemos que su proyecto específico es la explotación, exportación de concentrados de hierro, pasar a procesar planchones de acero, el hierro esponja y avanzar hacia la industria de la siderurgia y el acero, invirtiendo 600 millones de dólares en los primeros dos años de vigencia del contrato.

Si durante las negociaciones entre Jindal y la ESM hubo momentos de conflicto y controversias por el cobro irregular de los 18 millones de dólares por boletas de garantía por parte del Presidente interino de la ESM, así como por el tema de la dotación - saneamiento y entrega de títulos de 1.500 hectáreas del Suroeste al Norte del área de contrato, equivalente a 51 cuadrículas para la construcción del complejo siderúrgico, en los últimos días, según información del Ministerio de Minería, el gabinete de ministros aprobó la adenda y corrección del contrato, que pasó posteriormente a la aprobación del Congreso: acuerdo satisfactorio de partes, que sirvió para concluir con los impasses y conflictos.

En todas estas negociaciones no se mencionó la parte más importante del contrato de Jindal con la ESM y el Gobierno boliviano, por el que la empresa hindú está financiando la rehabilitación de la carretera que comunica los yacimientos del Mutún con el futuro Puerto Busch, que está ubicado sobre la hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay. Con este objetivo la Jindal financió seis millones de dólares americanos entregados a la ABC para habilitar el indicado camino de penetración que comunica Mutún con Puerto Busch. Este camino, que actualmente existe con un ancho de escasos cinco metros, debe ser ampliado y mejorado con la participación de la ABC, que entregó el contrato a una empresa constructora.

La Jindal necesita contar con un puerto seguro para sus futuras exportaciones y con ese objetivo está financiando la obra. Actualmente Bolivia está importando y exportando su comercio a través del Canal Tamengo, en cuyas orillas se encuentra Puerto Aguirre, donde están instaladas dos grandes empresas, como Gravetal que es una compañía agroindustrial dedicada al procesamiento de granos de soya para la producción de aceite crudo y torta de soya destinados a la exportación. La Central Aguirre Portuaria tiene un sector granelero por donde pasan anualmente alrededor de 600.000 toneladas de harina de soya, torta de soya y aceite. También cuenta con un área petrolera a donde llegan las barcazas del exterior transportando combustibles para YPFB, un muelle de contenedores con un sector de carga general por donde llegan y salen mercaderías de todas partes.

Existe una zona franca con supermercados y shoppings que ofrecen todo tipo de mercaderías, que son los preferidos por los pobladores de la frontera del Brasil para hacer sus compras. El problema del Canal Tamengo y Puerto Aguirre es que puede prestar servicios solamente durante seis meses del año. La empresa portuaria de la Naval Boliviana informa que el calado de las aguas del Canal Tamengo tiene variaciones en el nivel del agua que no permiten la navegación durante todo el año, por lo que es necesaria la habilitación de Puerto Busch, requerida por la empresa Jindal para realizar sus operaciones de transporte y exportación hacia los puertos del océano Atlántico mediante la navegación por la hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay, que permitirá el arribo a los puertos de Palmira en territorio de la República del Uruguay, los puertos de Rosario y Santa Fe de Argentina y Asunción de Paraguay.

Este proyecto de salida al mar por la hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay hacia el océano Atlántico es el único creíble y valedero para la ciudadanía boliviana, que está desalentada y cansada de escuchar a los gobernantes de turno prometer negociaciones con el Gobierno chileno para recuperar nuestra salida al mar por las costas del océano Pacífico. Durante los gobiernos del Gral. Augusto Pinochet de Chile y Hugo Banzer de Bolivia hubo acuerdos, por afinidad ideológica de gobiernos nacionalistas, para concretar un corredor de salida al mar, que no se produjo. Durante el gobierno de la presidenta Bachelet de Chile y su homólogo boliviano Evo Morales, se dijo que por afinidades ideológicas entre socialistas e izquierdistas se habría llegado a un acuerdo para la salida al mar y todo quedó en charlatanerías, sin resultados concretos.

El presidente Morales debería apoyar el proyecto de salida al mar por la hidrovía Paraná-Paraguay hacia el océano Atlántico que está prácticamente en ejecución con el apoyo de la empresa Jindal y sólo falta concluirla, coordinando acuerdos con la empresa privada.

Según información de parlamentarios y dirigentes cívicos de Puerto Suárez, la empresa Jindal está interesada en cooperar para impulsar en un inmediato futuro la ferrovía interoceánica que comunique el Mutún - Motacusito - Puerto Suárez, la que posteriormente se conecte al ferrocarril de Puerto Suárez a Santa Cruz, rehabilitando el tramo inconcluso de Cochabamba a Santa Cruz. Este proyecto significaría el anhelo soñado del ferrocarril interoceánico que una el océano Atlántico con el Pacífico y los puertos chilenos de Arica e Iquique.

En síntesis la salida al mar por la hidrovía Paraná-Paraguay hacia los puertos del océano Atlántico son una realidad a corto plazo a través de los proyectos de la empresa privada Jindal, por lo que justificamos plenamente los reclamos de los dirigentes cívicos de la Chiquitania oriental.

Juliovera35@hotmail.com

resulta patético que García Linera y Evo Morales pretendan reducir el tema marítimo a un asunto formal con Chile. se está traicionando a la Patria. DP

Resulta cada vez más difícil tratar de explicar lo que sucede en Bolivia. Hechos, dichos y decisiones que en otros momentos hubieran causado un revuelo nacional, demandando explicaciones y con toda seguridad interpelaciones congresales, hoy día no merecen más que algún comentario u opinión solitarios en medio de un proceso que comienza a mostrar la desagregación nacional.

¿Qué gobierno se hubiera atrevido a declarar, como lo hizo el señor García Linera, que la ruptura de relaciones diplomáticas con Chile es solo una cuestión de formal y que por encima de aquella decisión asumida, están las relaciones estrechas y cordiales que sostienen los gobiernos de Bolivia y Chile? ¿Quién en su sano juicio hubiera declarado, como lo hizo el señor Cónsul de Bolivia en Chile San Miguel, que sostenemos las mejores relaciones en los más altos niveles políticos?

Entonces, ¿si tan buenas son estas relaciones, si el tema marítimo es una cuestión formal, porque no restablecemos relaciones y dejamos lo formal para dar paso a lo esencial que parece ser, un almuerzo en La Moneda y un juego de futbol entre Presidentes, que los hace sentir muy importantes y tan halagados en su vanidad que los ha convencido hasta lograr inyectarles la sensación de que Bolivia y Chile no tienen sino cuestiones formales pendientes?

Y el hecho de haber disertado algo así como "Poder, Estado y socialismo en la Bolivia contemporánea" ¿le otorga al señor García Linera las atribuciones de calificar la demanda marítima como algo que puede esperar a que los chilenos decidan cuando les dará la gana de comenzar a hablar en serio sobre este tema?

La comedia resulta mucho más patética cuando es el señor Sebastián Piñera Presidente chileno quien advirtió durante la campaña que Bolivia podía olvidarse de pedir mar con soberanía y que luego de un almuerzo de cortesía logra que el Vicepresidente de Bolivia salga satisfecho con los tiempos y ritmos que le ofertaron, quedando demostrado que estos socialistas desubicados no entienden ni conocen lo que es la diplomacia chilena. (Dante Pino publicado en Aula Libre)

sábado, 26 de junio de 2010

valiente subeditorial de Los Tiempos descubriendo la hipócrita actitud de Evo y Linera que le hacen el juego a Chile en forma descarada

Se utiliza la conversión de Saulo de perseguidor de cristianos a ser uno de los más intransigentes defensores de la nueva fe que recorría el mundo, al punto de convertirse en San Pablo que junto con San Pedro son dos piedras fundamentales del cristianismo, para denominar conversos a aquellos que cambian radicalmente de una posición a otra.

Es difícil lanzar la primera piedra... pero las declaraciones del vicepresidente de la República sobre las relaciones con Chile podrían enmarcarse en un proceso de conversión interesante. Para algunos es difícil olvidar que la consigna esgrimida que más aunó fuerzas –luego de utilizar otras-- durante el proceso de convulsión entre septiembre y octubre de 2003 para derrocar al gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada fue, precisamente, la radical oposición a la posibilidad de que Bolivia exporte gas a través de Chile, argumentando no tanto que el negocio estaría en manos de transnacionales sino por la diferencia tradicional con esta nación vecina.

La consigna cuajó y había que escuchar las declaraciones –incluidas las de nuestras actuales principales autoridades-- que se hacían en contra de este país... El tiempo ha pasado y resulta que ahora la recuperación de una salida al mar es una cuestión “formal” que debe buscarse pero que no debe entorpecer las relaciones entre ambas naciones.

Se trata de una nueva política adoptada, aparentemente, al entusiasmo de un almuerzo que más allá de su contenido profundo –con el que se puede o no estar de acuerdo y que habrá que conocer para poder emitir comentario-- muestra, una vez más, que más allá de principios y percepciones una cosa piensan los políticos (cualquiera sea su extracción) cuando están en el poder y otra cuando su ubicación es en el llano.

viernes, 25 de junio de 2010

una vez más el Canciller brilla por su estupidez. nos ha tenido engañados con la Agenda 13 y resulta que en líneas trata la Reivindicación Marítima

El tema marítimo

JAIME LIENDO RAMOS Ingeniero. jeliendo@hotmail.com

En la famosa agenda de 13 puntos firmada entre Chile y Bolivia, en el punto VI se habla muy someramente bajo el incongruente título de Tema Marítimo y se hace una mención sin ninguna especificación del derecho boliviano a la solución del forzoso enclaustramiento de nuestro país a raíz del asalto chileno del año 1879 al Litoral boliviano. Tampoco se establece, dentro la ambigüedad del párrafo VI los pasos a seguir para devolver a Bolivia, tan siquiera un puerto o en el peor de los casos de un corredor. Simplemente se habla de la perspectiva de profundizar el diálogo y de confianza mutua. También dice que se cambiaron ideas y criterios sin especificar de qué ideas y criterios se trasmitieron entre ambas cancillerías, de manera que parece un documento intrascendente muy conveniente para dejar en el olvido el justo derecho de reclamar y recuperar el Litoral.
En pocas líneas se comprometen, ambas cancillerías, a encomendar los estudios técnicos sin decir sobre qué, el documento de marras. Por último los vicecancilleres coincidieron en dar continuidad al diálogo mediante sus equipos. El punto VI de la Agenda de 13 puntos; es más extenso de lo que contiene el punto sobre el Tema Marítimo, que en verdad con su extrema ambigüedad no dice absolutamente nada sobre la tradicional demanda boliviana lo cual le conviene a Chile y más parece una charla ambigua entre una Cancillería chilena, convencida de su histórica razón de que la fuerza bélica chilena ha dado fin definitivamente a cualquier reclamo boliviano, y que la Cancillería boliviana aceptó humildemente los dictados de la redacción de la famosa agenda, la misma que no ha servido para otra cosa que distraer a la inocente Cancillería nacional.
A las muchas reclamaciones que los medios le han hecho al canciller Choquehuanca, para que dé a conocer la agenda de 13 puntos, él ha dicho que la tal agenda está en Internet. En efecto allí se encuentra en una publicación oficial del Gobierno chileno siendo para cualquier boliviano que la lea, una verdadera decepción, especialmente el punto VI referido al Tema Marítimo. Como resultado de ello, la tradicional demanda marítima legítima de Bolivia sobre la solución de nuestro enclaustramiento y pérdida del Litoral ha quedado destrozada, y en el ámbito internacional inoperante cualquier reclamo boliviano ante organismos internacionales como la ONU o la OEA y en foros o asambleas, una ridiculez, siendo que nuestra propia Cancillería acepta y firma convenios negativos y valederos como tratados aceptando el derecho chileno de que con la firma del Tratado de 1910, el asunto marítimo entre Chile y Bolivia está definitivamente solucionado. Con el cambio de gobierno en Chile, el cual ya no es a fin al actual régimen boliviano, la famosa agenda de 13 puntos, es para Chile, un documento más a su entero favor y por ello la diplomacia mapochina, nunca permitirá que el tal documento se revise, amplíe o se discuta, con lo cual el problema de las aguas del Silala, que está involucrado en la agenda y sellado negativamente para Bolivia con el Preacuerdo firmado por la cancillería boliviana, donde prácticamente no solo se le regala a Chile las aguas del Silala, sino, se internacionaliza el falsamente llamado Sistema del Silala.

sábado, 19 de junio de 2010

Evo mintió. Choquehuanca mintió. Ni Agenda 13. ni hoja de ruta. Estamos a fojas cero. así se nos engaña a los bolivianos

Diálogo de sordos

Marcelo Ostria Trigo

Acaba de celebrarse en Lima, Perú el XL período de sesiones de la Asamblea General de la OEA. Las expectativas se centraron en tres temas: la limitación de compras de armas, la situación de Honduras en la OEA y la demanda argentina, por las operaciones petroleras británicas en la zona de las Islas Malvinas reivindicadas por Buenos Aires.

Pudo pensarse que también despertaría expectativas el problema irresuelto de la mediterraneidad de Bolivia. Esto porque en Chile asumió el poder un gobierno –el del presidente Sebastián Piñera- con acusadas diferencias respecto de sus predecesores.

El presidente Piñera, antes de asumir su cargo, dio a conocer los rasgos de su política exterior. Con Bolivia fue claro: nada de solución de la mediterraneidad que se base en la cesión de un territorio para vincular a Bolivia con el mar. Para Chile estaba superada, por decisión propia, la resolución de la OEA de 1979 que reconocía que Es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa por la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al Océano Pacífico”.

El gobierno de la presidente Michelle Bachelet procuró, con éxito, que Bolivia abandone sus reclamos en los organismos internacionales. Para ello, alentó en el gobierno de Evo Morales esperanzas de que, sin estridencias, sin demandas públicas y sin discursos inflamados, se podía avanzar hasta que llegue el tiempo propicio para considerar alguna solución de la mediterraneidad, ciertamente no especificada. Como señal de acercamiento al gobierno de Bolivia, la presidente chilena contrató, en nombre de UNASUR, a un ex terrorista para que investigue –aun sabiendo que no sería equilibrado e imparcial la matanza de Pando, segura de que éste cargaría todas las culpas a los opositores a Evo Morales.

Para calmar cualquier inquietud que pudiera aflorar, Chile acordó con Bolivia una misteriosa agenda de 13 puntos. Se dice que incorpora el problema marítimo de Bolivia. Así, “mareando la perdiz”, pasaron cuatro años, sin que progresen unas negociaciones que no se sabe si se iniciaron. Hubo, en esta espera, ingenuidad o incapacidad en los que manejan la diplomacia boliviana, siendo probable que hayan concurrido ambas falencias.

En el cotejo de los dos “informes” –el boliviano y el chileno- a la Asamblea, se advierten divergencias sustanciales. El canciller de Bolivia propuso (¿no lo había hecho ya en estos cuatro largos años?) al canciller de Chile “que a partir del próximo mes de julio podamos (sic) avanzar concretamente en el análisis de las alternativas que puedan (sic) dar una solución definitiva al problema marítimo boliviano. Propongo a nombre del Gobierno de Bolivia –dijo–, establecer una Hoja de Ruta, a partir del punto VI de la Agenda de 13 puntos, a fin de seguir etapas concretas en la negociación sobre este tema, que nos conduzca a un acuerdo”.

Propuso lo que supuestamente ya estaba concertado en la famosa agenda.

Y vino la replica. Pese a las declaraciones de amistad a Bolivia y los elogios al presidente Evo Morales, quedó claro que Chile nuevamente rechazaba la declaración de la OEA de 1979, invocada por el canciller boliviano: “…manteniendo una posición firme y transparente respecto al tema marítimo –dijo el canciller chileno el que entendemos se inscribe en un ámbito estrictamente bilateral y como tal, escapa a la competencia de esta organización”. Y sigue: “identificaremos y ejecutaremos acciones con especial énfasis en el perfeccionamiento del libre tránsito y del acceso de Bolivia al Océano Pacífico a través de puertos chilenos, tal como lo establece el Tratado de Paz y Amistad de 1904”.

Se sabía –por supuesto que la cancillería boliviana también- que ese sería el tono del nuevo canciller de Chile. No hubo previsiones para una eventual dúplica, ni para gestionar, no sólo apoyos de socios ideológicos, sino una resolución que ratifique la de 1979. Pero no fue así. Sólo una extraña sumisión. Y un diálogo de sordos.

viernes, 18 de junio de 2010

cobarde. hipócrita e inconsecuente conducta del canciller que no replicó el discurso chileno en la OEA quién aseguró que no hay ningún trato.

El silencio de Choquehuanca

CHOQUEHUANCALlegó hasta nuestras manos el texto del discurso del Canciller de Chile en la última Asamblea General de la OEA reunida en Lima, como réplica a la intervención de David Choquehuanca con la propuesta de su extraña e imprecisa “hoja de ruta”. El chileno deja claramente establecido que su gobierno sólo acepta mejorar el libre tránsito: nada de acceso soberano al mar, ni otra imaginativa fórmula que sea un avance a lo que ya nos fue concedido en el humillante tratado de 1904. Lo peor: cuando hay una réplica insatisfactoria se impone una dúplica, lo que no hizo Choquehuanca, quizá por sus complejos

miércoles, 16 de junio de 2010

en 1990 todos los miembros de la OEA (Chile excluído por supuesto) apoyaron a Bolivia en el tema de la Reivindicación. Ahora ni siquiera lo agendan

Al menos en el caso boliviano, este organismo no ha sabido, o mejor diremos, no ha podido resolver su enclaustramiento marítimo, el cual permanece como una vergüenza continental ante el mundo, dado que es emergente de una guerra de conquista y ocupación territorial por la fuerza de parte de su vecino, Chile.

Basta que este país responda que se trata de un problema bilateral, para que la OEA quede al margen e inocua para cualquiera labor de cooperación, incluso de simple participación o mediación en la resolución del infamante conflicto. Además de que Chile es maestro de la multilateralidad, en la que sus personeros ocupan situaciones ejecutivas de y para beneficio u oficio propios.

El lunes reciente, este medio publicó las aseveraciones del diputado Franz Choque, quien anunció que presentará una petición de informe oral para que el canciller David Choquehuanca explique los motivos por los que Bolivia habría decidido retirar, en la última asamblea, la demanda de reivindicación marítima, de la agenda de peticiones regionales de la OEA.

Es bueno recordar que desde el año 1990, la demanda marítima boliviana pasó simplemente a la orden del día sin tener que tratársela para resolución, por determinación del gobierno de la época, después de haber obtenido 11 resoluciones favorables aprobadas por el plenario desde 1979.

Vista la reunión en vivo y en directo, mediante internet, podemos decir que el canciller boliviano Choquehuanca hizo una, no esperada, buena presentación. Aunque muy benevolente para con Chile.

Su tono conciliador, aunque remarcando que toda solución pasa por recuperar una salida soberana al mar, condice con la posición de la Cancillería y su gobierno desde la asunción del presidente Evo Morales, de mantener el diálogo y buscar el entendimiento persuasivo.

Discurso que, una vez más, fue respondido por el Canciller de Chile con la soberbia acostumbrada y la oferta de más comercio e inversiones, resaltando la rehabilitación del FFCC Arica-La Paz, que le cuesta al pueblo chileno 32 millones de dólares, pero olvidando que fue el írrito trueque con toda nuestra costa marítima, el desierto de Atacama y la incalculable riqueza de la minería del cobre, “el sueldo de Chile” que paga el pueblo boliviano. (Texto aparecido en La Razón, de La Paz)