sábado, 26 de junio de 2010

valiente subeditorial de Los Tiempos descubriendo la hipócrita actitud de Evo y Linera que le hacen el juego a Chile en forma descarada

Se utiliza la conversión de Saulo de perseguidor de cristianos a ser uno de los más intransigentes defensores de la nueva fe que recorría el mundo, al punto de convertirse en San Pablo que junto con San Pedro son dos piedras fundamentales del cristianismo, para denominar conversos a aquellos que cambian radicalmente de una posición a otra.

Es difícil lanzar la primera piedra... pero las declaraciones del vicepresidente de la República sobre las relaciones con Chile podrían enmarcarse en un proceso de conversión interesante. Para algunos es difícil olvidar que la consigna esgrimida que más aunó fuerzas –luego de utilizar otras-- durante el proceso de convulsión entre septiembre y octubre de 2003 para derrocar al gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada fue, precisamente, la radical oposición a la posibilidad de que Bolivia exporte gas a través de Chile, argumentando no tanto que el negocio estaría en manos de transnacionales sino por la diferencia tradicional con esta nación vecina.

La consigna cuajó y había que escuchar las declaraciones –incluidas las de nuestras actuales principales autoridades-- que se hacían en contra de este país... El tiempo ha pasado y resulta que ahora la recuperación de una salida al mar es una cuestión “formal” que debe buscarse pero que no debe entorpecer las relaciones entre ambas naciones.

Se trata de una nueva política adoptada, aparentemente, al entusiasmo de un almuerzo que más allá de su contenido profundo –con el que se puede o no estar de acuerdo y que habrá que conocer para poder emitir comentario-- muestra, una vez más, que más allá de principios y percepciones una cosa piensan los políticos (cualquiera sea su extracción) cuando están en el poder y otra cuando su ubicación es en el llano.

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