Coincidiendo con el pedido de los primeros mandatarios de dar prioridad al tema de nuestro retorno al mar, que está por encima de todo otro interés, nuevamente debemos expresar una preocupación: la falta de una política externa integral que haga que el objetivo de dar prioridad al tema marítimo no sea sólo una consigna de política interna.
Las autoridades deben comprender que pese a que hay serias críticas en algunos sectores a la estrategia de recurrir a La Haya, la importancia del tema en la vida nacional ha hecho que éstas sean reservadas y tramitadas directamente a algunas autoridades, de manera que en el exterior se vea que el tema de nuestro retorno al mar provoca un sentimiento de unidad.
Pero, la falta de una política integral hace que sean las propias autoridades las que minen la estrategia adoptada, subordinándola a intereses ideológicos-sectarios, que nos enemistan con muchos países. Es el caso de la Alianza del Pacífico que con tanto entusiasmo y éxito están impulsando los gobiernos de Perú, Chile, Colombia y México —y no es casualidad que sean los que más respetan el sistema democrático y ostentan los mejores índices de desarrollo en la región—, pero que el Presidente del país se encarga de agredir en cuanta oportunidad se le presenta.
Con esta actitud se corre el peligro de perder la solidaridad con nuestra causa de países que han sido tradicionales aliados como Perú, México y Colombia.
Sería, pues, necesario contar con una Cancillería en la que sus funcionarios supieran cuál debe ser su labor y hacer realidad aquello de que el tema del retorno al mar está por encima de cualquier consideración particular.