El litoral marítimo boliviano fue usurpado por Chile en un conflicto iniciado el 14 de febrero de 1879. Hoy, 23 de marzo de 2014, corren ya 135 años del heroísmo de Eduardo Abaroa en Calama. Al final se produjo la pérdida de un territorio vital. Chile, no contento con dejar a Bolivia privada de su salida al mar y ya en plena euforia bélico-geofágica, emprendió una guerra de conquista que culminó con la ocupación de Lima, ciudad donde las tropas chilenas cometieron múltiples vejámenes.
El vencedor sentó arbitrariamente las reglas ante una abúlica comunidad internacional que vivía enfrascada en otros temas y que poco se preocupó del drama (1879-1883) del océano Pacífico austral. Luego del Pacto de Tregua de 1884, vino con Bolivia el Tratado de 1904. De poco vale recordar aspectos previos a la firma; tampoco quiénes fueron los responsables de esa decisión. Bolivia, presionada por Chile en aras de abrir puertos del Pacífico para sus exportaciones de estaño y en función de los vientos ‘liberales’ y ‘modernistas’ de esa época, consumó forzadamente su encierro geográfico. Esta es una atrocidad hasta ahora reparada y no totalmente comprendida por la conciencia universal. Dejando de lado el colapso del Imperio Austro-Húngaro tras la Primera Guerra Mundial (noviembre 1918), Bolivia es el único país del mundo privado por la fuerza de su salida al mar.
Como ya lo manifesté antes, aquel que retiene bienes mal adquiridos pero se niega a reconocer su fechoría pretérita, tiende a ser agresivo. Es lo que acontece con el Estado chileno. La última versión de ello ha sido la andanada de declaraciones posteriores a la visita del presidente Evo Morales durante la segunda toma del mando de Michelle Bachelet. La diferencia con el ‘bullying’ fue solo de grado… Sin embargo, aún confío en que alguna vez Chile use su inteligencia –que tan bien ha sabido utilizarla en otros contextos– para solucionar el problema. Nada se podrá concretar en materia de integración mientras una herida punzante permanece como producto de la presión del fuerte sobre el débil.
Desde 1910 (Memorándum Sánchez Bustamante) Bolivia volvió a reclamar su retorno al mar y lo siguió haciendo hasta ahora, y en abril presentará su alegato ante la Corte Internacional de Justicia. Allí se demostrará las múltiples veces que Chile ofreció soluciones y que lo nuestro no es una mera ‘aspiración’, como se repite desde Santiago. Bolivia tiene derechos irrenunciables sobre el Pacífico, hay que seguir luchando por ellos con la razón, la fuerza ya la usó Chile el siglo antepasado en desmedro de dos pueblos hermanos (Perú y Bolivia) que fueron avasallados
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