El presidente Evo Morales sufrió esta semana un duro revés diplomático durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se llevó a cabo en Santiago de Chile. Como era de esperar, el mandatario eligió la histórica demanda marítima boliviana para protagonizar un cruce verbal con su par chileno, Sebastián Piñera, pero sorprendió al plantear un nuevo giro en su política exterior: ofreció la venta de gas natural y otros recursos naturales en caso de que Chile acepte entregar una salida soberana al mar. Palabras más, palabras menos, Morales retoma la tesis de “gas por mar” que, a comienzos de los años 2000, generó la eclosión social y política que terminó con el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Morales da, en este sentido, un doble giro. Primero, en el plano de la política exterior hacia el mar y, segundo, en el ideológico, ya que él mismo encabezó una campaña contra la posibilidad de vender gas natural a los mercados de México y Estados Unidos a través de un puerto chileno, tal como lo plantearon los Gobiernos de Sánchez de Lozada y de Jorge Quiroga antes de la revuelta popular de octubre de 2003. En ambos casos, Morales afecta los legítimos intereses del país en su aspiración a la reintegración marítima y se hunde en contradicciones que minan su imagen internacional.
Desde julio de 2006, la gestión de Morales impulsó el diálogo bilateral a través de la denominada Agenda de 13 puntos, que incluía el reclamo marítimo boliviano, pero que encalló en un rotundo fracaso. En marzo de 2011, Morales dio por terminado dicho proceso y anunció que el país presentaría una demanda internacional contra Chile ante el Tribunal de La Haya y que desconocería el Tratado de Límites de 1904 bajo el argumento de su violación e incumplimiento por parte de Santiago. La demanda aún no se presenta y muchos expertos alertan que Bolivia parte con débiles argumentos para obtener un fallo favorable.
Ahora, Morales plantea la alternativa de incluir la exportación de gas natural como parte del proceso de resolución del conflicto marítimo.
La respuesta del mandatario chileno fue contundente: “No se equivoque, presidente Morales, los temas de soberanía no se negocian por asuntos económicos”, dijo Piñera. Chile no está dispuesto a ceder soberanía territorial en ningún caso, lo demás es pura retórica. ¿En qué quedamos? ¿Vamos a enjuiciar a Chile y ahora le ofrecemos gas a cambio de mar? ¿Dialogamos u optamos por la vía del chantaje diplomático? ¿Adónde va la política marítima del Gobierno de Evo Morales?