miércoles, 23 de marzo de 2011

el proceso de "sinceramiento" que menciona Los Tiempos no concluye entre Bolivia y Chile por ello llegamos a otro 23.III sin resultados ostensibles.

Ambos gobiernos deben saber que tienen una responsabilidad ante la historia, que un mal paso de cualquiera puede significar una nueva frustración
Para los bolivianos, hombres y mujeres, cada 23 de marzo tiene un significado particular. No sólo se recuerda la acción heroica de un ciudadano civil en defensa de la integridad nacional, como fue Don Eduardo Avaroa, sino también el inicio de la pérdida de nuestra salida al mar y, con ella, de nuestra cualidad marítima.
Por ello, se puede afirmar que ha sido la peor derrota que se ha infligido al país y de la que no terminamos de rehacernos. En el caso de otras guerras finalmente hemos saldado cuentas con los respectivos países y hemos podido encarar incluso procesos de unidad crecientes, sin que queden cuentas pendientes. Sin embargo, con nuestra derrota en la Guerra del Pacífico no se puede saldar cuentas y mientras no podamos tener una salida soberana al mar, cualquier otra solución, por importante que sea, será para nosotros incompleta.
En ese contexto, obviamente una de las principales prioridades de cada gestión de gobierno ha sido diseñar una política sobre el tema dirigida a alcanzar ese objetivo, y si bien cada una ha tratado de darle un matiz particular, por lo general –con algunas excepciones- ha habido una secuencia lineal interesante. Sin embargo, siempre se ha chocado con la resistencia pasiva y activa de la burocracia chilena que incluso ha frustrado propuestas de sus propios gobernantes.
Es a partir de la recuperación de la democracia en Bolivia y en Chile que ha comenzado un intenso proceso de “sinceramiento” entre ambos gobiernos y pueblos. Son muchas y a cual más interesantes las actividades que se han realizado no sólo en el plano diplomático sino de las sociedades de ambos países para irnos conociendo mejor, en un intento de crear mutua confianza, requisito fundamental para alcanzar, en algún momento, logros concretos.
Para ello se han unido muchos factores. Está, como principal, la obstinada decisión de la ciudadanía boliviana de recuperar una salida al mar, pero también la decisión de Chile de erguirse como una potencia emergente en la región, cualidad que sólo será posible concretar si tiene la capacidad de solucionar con realismo los conflictos limítrofes que tiene con Perú y Bolivia, una vez zanjado, con mediación papal y presumiblemente para siempre, el que mantuvo en décadas pasadas con Argentina.
Otro factor importante es que hay una serie de circunstancias objetivas que permiten sostener que nuestras economías (respetando, obviamente, las dimensiones) se complementen y, en el avance sostenido que la nación vecina ha hecho para ingresar en mercados globales, sirva también para consolidar su presencia en ellos.
Sin embargo, todo ello será posible si se encuentra una solución satisfactoria a la demanda marítima boliviana. Y justo es reconocer que los avances que se han dado en el Gobierno del presidente Evo Morales -con el cimiento construido desde la recuperación democrática en el país- permiten tener cierto optimismo. El desafío –y conviene recordarlo en este 23 de marzo-- es que ambos gobiernos sepan que tienen una responsabilidad ante la historia y que un mal paso de cualquiera puede significar una nueva frustración que postergue una vez más la necesidad de encarar con seriedad y valor este problema.
Ojalá que éste sea el ánimo que tengan las autoridades de ambos países este 23 de marzo...

martes, 22 de marzo de 2011

Julio Valenzuela cree ver detrás del convenio chileno estadounidense para el desarrollo de la fuerza nuclear en el Norte un peligro para la seguridad de Bolivia y su reivindicación marítima


El pasado viernes 18 en Santiago de Chile, el embajador de Estados Unidos de Norteamérica ante “La Moneda” y el canciller chileno han suscrito un acuerdo bajo el rótulo de “Memorándum de entendimiento y cooperación relativo a la utilización de energía nuclear con fines pacíficos”. ¿Quién cree en esa historieta?, ¡ni siquiera el común de los buenos y honrados chilenos! que ya han expresado públicamente su repudio y oposición a ese acuerdo ¿Acaso Corea del Norte e Irán no comenzaron sus programas nucleares, luego de la suscripción de sendos acuerdos de cooperación para la utilización de la energía nuclear “con fines pacíficos”?
No es ningún secreto que la tradicional oligarquía chilena, siempre encaramada en el poder de turno, aquella que tiene hasta hoy sometidos a los mapuches para arrebatarles su tierra y también a los nativos de Isla de Pascua haciéndole honor a su sempiterno servilismo al capital, han “definido” que las futuras centrales atómicas deberán ser construidas en el “norte chileno”. ¿Con sus antecedentes belicosos contra todos sus vecinos, lícitamente no podríamos sospechar el mal uso de esa energía, so pretexto de disuasión?
¿En cuál “norte chileno”? ¿En el territorio boliviano que está circunstancialmente bajo su ilegítimo poder, es decir, en Atacama?
Si eso fuese así, el Gobierno de Bolivia, el actual o cualquier otro, tiene la obligación de manifestar ante la opinión pública mundial su protesta y oposición, y hacerlo oportunamente, no cuando las castañas ya estén en el fuego y debe denunciar por las siguientes razones:
1º.- Porque ese acto se lo debe considerar como una nueva agresión contra Bolivia.
2º.- Porque más temprano que tarde los territorios bolivianos usurpados y momentáneamente ocupados por el Chile oligarca, no por su pueblo sensato y generoso vilmente engañado con una historia prefabricada, trastrocada, mentirosa y falsificada, volverán a la integridad nacional. Es probable que no lo veamos nosotros ni siquiera nuestros hijos, pero más allá: …¡cuidado! No somos belicistas, ni tenemos las condiciones militares para enfrentarlos ahora, pero la historia que es implacable debería enseñarles que nunca, sin importar los años ni los siglos, perdona al abusivo invasor: La Biblia, la historia de la humanidad, la ficción y hasta la furia de la naturaleza nos muestran ilustrativos ejemplos. No hablemos de David y Goliat, ni de Leónidas y sus 300 espartanos, tampoco de “Avatar” y mucho menos de devastadores terremotos y “tsunamis”. Hablemos de contemporáneos invasores, todopoderosos en un momento de su historia, prepotentes y abusivos que tuvieron que devolver lo usurpado y retirarse prudentemente luego de haber hecho sufrir a pueblos enteros: Alemania de Alsacia y Lorena; el Japón de la China y Corea; Francia de Argelia; Gran Bretaña de Hong Kong (y pronto, así lo deseamos, de las Malvinas); Portugal de Macao; Estados Unidos de los Cayos de Roncador, Quitasueño y Serrana, para citar sólo unos cuantos ejemplos. Eso desmiente al cínico Abraham König.
3º.- Si Chile, que en la parte de su propio territorio es tan vulnerable a los fuertes movimientos sísmicos que en los últimos 50 años ha sufrido en carne propia la terrible experiencia de dos potentes “tsunamis”, el que golpeó Valdivia y otras localidades del sur y el del pasado año, va a construir centrales nucleares “con fines pacíficos”, inmediatamente después de la lamentable tragedia que actualmente está sufriendo el Imperio del Sol Naciente, lo que ha motivado que en el planeta entero se ponga en tela de juicio el uso de la energía nuclear; que lo haga, pero en su territorio no en el ajeno; que construya sus plantas o centrales nucleares al sur del Río Salado o Paposo, es decir, al sur del paralelo 25, lo contrario significaría, reitero, un nuevo acto de genuina agresión, puesto que no sólo estudiosos e historiadores bolivianos han establecido fehacientemente que ése es el único, tradicional e histórico verdadero límite entre Bolivia y Chile, sino, como se lee en el libro del investigador chileno Cástulo Martínez “El Mar de Bolivia”, desde épocas pre republicanas también así lo establecieron por ejemplo los escritos del jesuita chileno Alonso de Ovalle como otros antiguos cronistas, que aseguran que el Chile colonial terminaba por el norte a la altura de Taltal. Sir Clement R. Markham, que categóricamente afirmó que los derechos alegados por Chile hasta el paralelo 23 no eran más que "una reclamación injustificada”. Benjamín Subercaseaux Zañartu renombrado escritor chileno reconoce que Antofagasta era territorio boliviano.
Carlos Vicuña Fuentes, que expresó lo siguiente respecto a la demanda marítima boliviana: "En cuanto a Bolivia, el problema es más hondo todavía, porque es vital; no puede ella sobrevivir enclaustrada, fuera del acceso a la vía libre del mar [...]. Su salida al mar tendrá que ser forzosamente una ineludible aspiración nacional y un eterno problema internacional, en cuya finalidad no podrá haber desacuerdo entre sus hombres.
Lo habrá sí en cuanto al modo de solucionarlo [...], pero los hombres que representan el sentimiento profundo y permanente de la nación, buscarán necesariamente una salida por el territorio de Chile, que tiene en su poder todo el antiguo litoral de Bolivia".
El mundo entero debe saber que Bolivia no quiere plantas nucleares en sus territorios, forzada y momentáneamente en poder del Chile oligarca y abusivo que obligó bajo coacción y soborno a suscribir tratados “chutos” como el de 1904 sobre territorios a los que jamás hemos renunciado ni renunciaremos legalmente los bolivianos, “tratados” que se constituyen en contradictorios a lo dispuesto en la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. 
 
El autor fue parlamentario por Cochabamba

horas más Bolivia recordará el Día del Mar instituído el 23 de marzo cuando muertos por los chilenos Ladislao Cabrera (prefecto) y Eduardo Abaroa (alcalde) de Antofagasta proclamando su derecho al mar

Cada 23 de marzo, en Bolivia se celebra el Dia del Mar, en conmemoración a la perdida del Litoral, una gran extensión desértica de aproximadamente 120.000 kilómetros cuadrados con costas al océano Pacifico, el cual el país perdió en la Guerra del Pacifico, que involucro a tres partes: Bolivia y Perú contra Chile en el año 1879.

Dicho conflicto comenzó por una disputa de límites territoriales, iniciado luego de la caída del colonialismo español y el nacimiento de las repúblicas independientes ya mencionadas, herederas del Virreinato de Lima y la Audiencia de Charcas. A partir de 1832, se sumaron una serie de intereses políticos, militares y económicos, que llevarían al enfrentamiento.
El detonante fue la intención de Bolivia de cobrar un impuesto de 10 centavos al quintal de salitre que explotaban empresas chilenas en el Desierto de Atacama. El gobiernochileno no acepto esta decisión boliviana, y sus tropas invadieron Antofagasta y Calama, donde Bolivia tenia nula presencia militar y la mayoría de la población eran chilenos

viernes, 18 de marzo de 2011

Expone sus óleos Alberto Asbún


Resulta notable y digna de aplauso la actitud de Alberto Asbún a quién recordamos como al autor del libro Palestinos en Bolivia, un trabajo mastodontico sobre la llegada a nuestra Patria de inmigrantes de Jordania, Líbano, Siria, Egipto y Palestina, habiendo levantado un censo de toda la gran colonia sitio por sitio, bien documentado y en término general respaldado por sendas imágenes, pués fin, ahora nos ofrece sus obras como pintor al óleo bajo el rótulo de MAR PARA BOLIVIA que se exhibirá desde el miércoles 23 en Santa Cruz. Quedan todos invitados. (pinchar la imagen para agrandar y ver los detalles de la invitación)

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Alberto Asbún expone Mar para Bolivia

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tan despistado el pobre, se llenó de soberbia porque "sus agentes" reunieron unos miles en el estadio de Santiago para gritar "mar para Bolivia" qué cambio. hoy no tendría posibilidad de reunir 100. Bajo el Penoco analiza

Amor con amor se paga


En Chile temen que el 23 de marzo el presidente Morales lance otro de sus acostumbrados y cada vez más agresivos lapsus, como sucedió el 22 de enero, cuando les pidió a los chilenos la devolución de Atacama. Creen que el bajísimo índice de popularidad del jefazo es justamente la ocasión para que comience a activar el sentimiento marítimo en la población, el mismo que suele despertar ardidas pasiones antichilenas. A los vecinos, que aspiran a jugar en las grandes ligas de la diplomacia internacional, jamás les ha caído bien que el pobretón del barrio ande quejándose de ellos. A Evo Morales se lo metieron al bolsillo y así lograron cinco años de silencio, pero ese idilio parece condenado a terminar. Pero el Gobierno de Sebastián Piñera parece haber encontrado la solución para que todo siga igual. Sus ministros le han pedido a la Policía que deje de pasarle datos a los periódicos sobre el escándalo del general Sanabria, cuya captura se produjo gracias al seguimiento de agentes chilenos, quienes trabajaron tan bien, que ni siquiera despertaron sospechas en sus colegas bolivianos. La Policía no dirá más nada sobre el narcogeneral y sus nexos para no dañar las relaciones con Bolivia. Seguramente esperan que ese silencio sea bien retribuido.

domingo, 13 de marzo de 2011

Evo terminó de embarrar la relación con Chile. no es posible continuar con la agenda 13, después del narcoescándalo con el narcogeneral. puerto chileno usado para despachar cocaína boliviana. Carlos Valverde se refiere al 23 de marzo

Recién nomás, el Presidente Morales se despachó una clásica metida de pata, muy de él, aunque, esta vez, internacional. Los lectores deben recordar que nuestro atípico Presidente, que sigue sin cumplir las normas del protocolo y de la diplomacia formal, sólo "porque él es Evo" dijo que esperaba que Chile nos ofrezca una respuesta alentadora y positiva sobre el reclamo marítimo antes del 23 de marzo.
"Esperamos una propuesta concreta de parte de Chile porque ya es hora de que haya propuestas concretas para debatirlas", casi conminó, el Presidente en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno (resumido de la prensa boliviana).
Claro, para sustentar su argumento se despachó con que ya se habían sentado las bases de confianza "de pueblo a pueblo, de gobierno a gobierno, de Fuerzas Armadas a Fuerzas Armadas", de manera que ya era hora "que haya propuestas concretas" (otra vez, textual del Presidente).
El pedido, ingenuo o tonto (tache lo que no corresponda) buscaba obviamente, reposicionar al Presidente ante el país en base a un anhelo que nos junta a todos, aunque la respuesta chilena fue tan rápida que no le dio tiempo al Presidente para capitalizar su declaración. En efecto, la respuesta del Canciller chileno fue lapidaria: Chile trabaja por resultados, no por fechas. Claro, Chile es un país serio, el nuestro, no. Chile recordó que hay agendado un encuentro entre Presidentes aunque no hay fecha para ello. Por su parte, el Presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta del país trasandino, Senador Hernán Larraín, se mostró muy molesto por la declaración del Presidente Morales; sobre todo por el lenguaje utilizado. "En ese ambiente y en este clima, me parece que probablemente lo prudente sea suspender este proceso de conversaciones hasta que Bolivia no defina claramente cuál es su voluntad y que esto se refleje no sólo en las mesas de trabajo, sino que además en sus declaraciones públicas ante el pueblo boliviano", manifestó el parlamentario. (La Tercera-Chile)
Larraín fue mucho más allá al señalar: "Chile no le debe nada a Bolivia y la voluntad de nuestro país en los últimos gobiernos y en el actual, es la de acercarse porque necesitamos la sociedad en la región, pero para eso se requiere un ánimo societario que Bolivia no está mostrando en estas declaraciones reiteradas del último tiempo".
Esa respuesta tan contundente y categórica obligó a don Evo a bajar el tono "Con mucho respeto al pueblo chileno les digo que el pueblo boliviano espera estas propuestas, si podrían llegar en esa fecha sería una gran felicidad. No son soluciones, son propuestas, yo poniéndome en caso del gobierno del Presidente chileno también rechazaría" dijo el líder de los cocaleros que también oficia como Presidente de los bolivianos. Lección aprendida? Con Evo Morales nunca se sabe; lo que es seguro es que hoy, Evo Morales sabe que no le queda otra que agachar la cabeza para no recibir más reveses, esta vez, incluso desde afuera de nuestras fronteras.
Dadas como están las cosas, creo que valdría la pena preguntarnos si acaso la Institucionalidad chilena hubiese sido tan dura con Evo Morales si estuviéramos hablando de enero o febrero del año 2010, es decir un año antes de ahora, cuando el Presidente estaba a punto de jurar o recién había jurado a su segunda entronización (se atrevería hoy a hacer el mismo acto?) o mandato constitucional, cuando todo parecía sonreírle y el mundo le aceptaba sus encaprichamientos hasta con buen humor.
Yo sostengo que hace un año nadie le hubiera respondido de la manera en la que los trasandinos lo hicieron, pero, claro, el tema no es mirar el pasado que entonces le sonreía al Presidente sino el tratar de entender porqué motivo el presidente Morales ha recibido tan duro revés.
Intentar una respuesta no es difícil; es claro que el Presidente Evo Morales atraviesa su peor momento político e institucional; en efecto, creo que tras del gasolinazo, pongamos este hecho (finales de Dic. 2010) como el disparador de la caída libre de su popularidad, la figura de Morales ya no es la misma en el mundo.
Es claro que en el Gobierno chileno, es decir los que toman las decisiones en política exterior, saben que Evo Morales no es hoy un interlocutor fuerte, serio y estable, por tanto no es un hombre válido como para conversar o negociar una solución definitiva o una propuesta transitoria al tema marítimo; sobre todo por la sensibilidad del mismo.
La Prensa chilena da cuenta que recientemente, el Presidente Piñera se reunió con los líderes de los partidos políticos con representación parlamentaria y se sabe, (por trascendidos de la reunión) que les comentó la sensación que tenía de que, con un Evo Morales en las condiciones actuales no es posible llegar a acuerdo alguno.
La sensación de Piñera es lógica, quién va a acordar o a proponer una solución definitiva a un tema como el marítimo, con la carga emocional que implica para todos los bolivianos si este Presidente no pasa por un buen momento político ni social? Piñera y los políticos chilenos saben muy bien que este Evo no es el del año pasado y eso pesa mucho en la relación entre ellos y nosotros.
Y es que en el Gobierno de Piñera, como antes en el de la Dra. Bachelet se analiza diariamente lo que pasa con Bolivia y saben, cuál es el nivel de aceptación que tiene Evo Morales actualmente.
Si a eso le aumentamos el hecho de que Chile tiene un problema con Bolivia, problema que, evidentemente no lo genera la política marítima boliviana sino la falta de acción de la policía de narcóticos de Bolivia, es decir la FELCN, nuestra desventaja ante ese país es mucho más grande. En efecto, el problema concreto radica en el hecho de que, desde hace aproximadamente 2 años, las detenciones de "mulas" bolivianas y de embarques de cocaína en cantidades importantes son cada vez más frecuentes. De acuerdo a lo que se lee en la prensa chilena, de ese tiempo a esta parte, las incautaciones de droga proveniente de Bolivia en Chile se multiplicaron por 10, lo que pone a Chile en una situación complicada en lo interno, dado que se multiplica el consumo entre los Chilenos y también por el hecho de que parte de esa droga sale desde sus puertos, complicando la imagen lograda por ese país en Europa y Asia, cuando no en EEUU.
Vaya uno a saber si no fue por esa razón que Chile aceptó manejar como manejó el asunto del General Sanabria, que no ha sido un trabajo aislado de la policía de Arica sino que en el mismo hubo participación del sistema de Inteligencia chileno que depende directamente del Ministerio del Interior del vecino país.
Como han sido leídas las noticias que vienen de Chile y de otros países, podemos colegir que Chile ha perdido tanta confianza en el Gobierno Boliviano y en su capacidad de manejar el asunto de la droga que, desde "La Moneda" no hubo una sola llamada al Gobierno Boliviano alertando al respecto (del operativo contra Sanabria). Esto tiene que deberse a dos aspectos: el primero, la necesidad de poner un alto a las actividades del narcotráfico que sale desde Bolivia y, el segundo, poner en evidencia de que, sea con apoyo de altas autoridades o no (eso lo tendrá que descubrir la Inteligencia antinarcóticos boliviana) en Bolivia se usó el aparato del Estado para traficar droga.
Llama la atención que Sanabria, que actuaba como elemento de recopilación de información y elaboración de informes haya tenido acceso a 4.700 Kilos de cocaína física, que habría sido la que exportó en el lapso de un año. De acuerdo a investigaciones realizadas en Chile, donde se maneja la hipótesis de que "Sanabria facilitó el traslado de droga desde Bolivia a través de una serie de contactos clave que le ayudaban a impedir que contenedores de carga fueran revisados por organismos de control de su país", por lo que la pregunta que surge de inmediato es: Cómo pudo Sanabria hacer lo que hizo desde su posición de analista y recopilador de información sin contar con apoyo en la FELCN y otras instituciones del Estado boliviano?. La pregunta es más que obvia porque entre los detenidos no figura nadie de la FELCN y no ha sido destituido nadie, pese a que, en sus narices (es un decir) se movieron tantos kilos de cocaína.
De acuerdo a "La Tercera", uno de los periódicos más influyentes de Chile, supuestamente, Sanabria, "además de dar protección a los contenedores de droga, tenía nexos con tres grupos narcos en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Algunas de estas organizaciones, a su vez, estarían contactadas con cárteles de Colombia", lo que obliga a pensar en una relación entre este y gente de la FELCN. La pregunta que viene es más que pertinente: Cómo es que en Bolivia se echa al Comandante Gral. de la Policía y la cúpula de la FELCN se mantiene intacta, si en realidad tiene que ser por esa vía que se debe haber trabajado la protección a las actividades de Sanabria?
Chile, vuelvo al tema, sabe que está en problemas si desde Bolivia se usa el aparato del Estado (lo que hay que comprobar es el nivel de connivencia oficial en este asunto) para traficar droga aprovechando las facilidades que ese país le ofrece al nuestro en el Puerto de Arica, situación que pareciera no ser nueva aunque ya tenía cierto control, de acuerdo a los medios chilenos, por lo que las relaciones entre ese país y el nuestro van camino al deterioro; y es que aunque no se lo diga públicamente, Chile va a exigir a Bolivia un mejor control (en realidad, van a exigir control) de lo que salga desde Bolivia.
Por eso el título de las presentes reflexiones, porque, en las condiciones actuales, con un Presidente débil en lo político y un país observado en la comunidad internacional, difícilmente Chile vaya a negociar cualquier acuerdo de cesión de espacio marítimo sea esta soberana o no; esta opción que aparentemente se estuvo negociando aunque luego fuera desmentida por ambas cancillerías, de momento tiene que haber sido descartada por los trasandinos.
Yo me permitiría decir que a estas altura de los hechos, la Agenda de los 13 puntos fue absolutamente perjudicada por el Gobierno del Presidente Evo Morales, ya que es un hecho que, por acción o por omisión, desde acá se usó a los puertos chilenos como lugares de salida de la droga boliviana y eso es lo que queda en el tintero, independientemente de cualquier argumento en contrario del Gobierno boliviano.
Queda la pregunta que seguramente se hará "La Moneda": si así, sin puerto propio, se va la droga desde Bolivia, cómo será si les damos la administración de un enclave o un corredor? Chile mira su seguridad interna y la salud de su población; de eso no hay duda, los que no hacemos mucho por ella, somos los bolivianos que buscamos echarle la culpa a la CIA, DEA y al que aparezca para amainar la tormenta que se cierne sobre el Gobierno y su mediocre Ministro Sacha Llorenti, quien, a estas alturas ya tiene cara de ex Ministro, porque aun cuando lo "salven" de responsabilidades operativas en el tema, tiene responsabilidades administrativas o tiene que ser echado por no tener idea de nada de lo que ocurre en su cartera.
De esta manera llega el 23 de marzo con un Evo diferente y un país en problemas; este va a ser un muy mal 23 para don Evo que tuvo en sus manos una gran posibilidad pero que terminó rifándola por la incapacidad o por la corrupción de su equipo de lucha contra el narcotráfico y de Seguridad Interna. El mar se aleja de nuevo. Es claro que los chilenos no le darán ningún salvavidas al presidente Morales por muchos plazos que el insinúe.
Un año más sin solución, aunque esta vez, con muchas menos posibilidades.