lunes, 6 de mayo de 2013

Albricias! Gastón Cornejo alegra su espíritu y renace su esperanza ante la gestión oficial iniciada en la Corte de Justicia de La Haya. recuerda lacerantes sucesos del pasado.

¡Albricias! Aunque sólo fuese: “trámites administrativos” al decir del Canciller chileno, ya es un avance en la herida de conciencia histórica que le duele a Chile en 134 años, jamás cicatrizada; se vuelve a abrir tenebrosa y sangra profusamente… 

Quizá, llegó la hora de la verdad para los corazones araucanos que olvidaron la ofensa entre hermanos de sangre, pues éramos indígenas indo-americanos a partir del Hombre de Atacama; luego, fuimos mestizos batallando juntos por la Independencia, hasta Ayacucho. Finalmente, nos convirtieron en enemigos los gobernantes, los empresarios mineros, los accionistas chilenos, ingleses y bolivianos. En logias de maldad lograron cambiar la historia de fraternidad por una de violencia fratricida. Armaron a la juventud chilena, le ordenaron la invasión de Antofagasta, la usurpación de territorio ajeno (Litoral boliviano –Tarapacá peruano) enclaustrando a Bolivia en más de cien años de soledad, actuando con tortura pinochetista medieval cometieron el crimen nefasto del bíblico Caín.

Atención en nuestro análisis. ¡No generalicemos la crítica al respetable pueblo profundo de Chile, de Perú, de Bolivia! En el 1 de mayo 2013, día recordatorio de la matanza de obreros en Chicago, día del proletario mundial que marcha y canta la Internacional, soñando una utopía futura de Libertad y de Justicia, evocamos con unción, orgullo y honor a los masacrados bolivianos, peruanos y chilenos en la Escuela de Santa María de Iquique a inicios del siglo pasado. ¡Con los chilenos vinimos. Con los chilenos morimos! ¡No somos bolivianos ni peruanos, Somos Obreros del salitre”… así respondieron a los respectivos cónsules que fueron a pedirles retirarse del movimiento obrero. Al estilo hitleriano, salieron uniformados del camión, armados con metralla; dispararon, los bajaron a todos a la muerte. Están enterrados en una fosa común por la eternidad, todos juntos, bajo una misma cruz en la arena salitrosa de la Pampa Grande. También lo están en el Campo de la Alianza en Tacna, los aliados heridos degollados por el “repase” por criminales ordenado.

La actual reacción negativa de Alan García, es naturalmente explicable, Morales en su léxico indígena, criticó la gordura de un hombre descuidado; respira por su descuido personal de varón mediocre y negligente. No guarda ninguna representación del Perú hermano.

En La Haya, se dan los pasos primarios de un largo proceso en el que saldrán a la superficie numerosísimas verdades que avergüenzan a la América toda: Paucarpata-Yungay -la geopolítica selvática de Diego Portales- La pretendida polonización de Bolivia iniciada por Chile. Las bases de una alianza Chilena Boliviana contra Perú felizmente rechazadas. Las falsedades de historiadores y del magisterio chileno. La mendacidad de Vicuña Mackena sobre el silencio de Daza. Las ofertas de Tacna y Arica para lograr la Punta de Angamos Argentina. La apropiación de la mina más rica del mundo, Chuquicamata, convertida en armamento temible. El robo de la vertiente Silala. La desviación inconsulta del río Lauca. La siembra de minas en la frontera. El contrabando. El narcotráfico chileno boliviano. La falsedad del diálogo dilatorio. La oratoria soberbia de Piñeira. ¡El enclaustramiento de Bolivia es un pecado en la historia americana!

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