lunes, 19 de octubre de 2015


Una cuestión de ética

Humberto Vacaflor Ganam

El abogado Ramiro Orías escribió, hace quince años, la tesis que con tanto entusiasmo, pompa y muchos pero muchos ingresos, han hecho suya los funcionarios bolivianos ante La Haya, por el tema del mar.
El joven abogado estudió el tema a profundidad y encontró el hilo del argumento que ha venido a desestabilizar la estrategia chilena a tal punto que ahora se habla en Santiago de destituir a la seña Michelle Bachelet y llamar a elecciones, que las ganaría con facilidad Ricardo Lagos.
La paradoja es que Orías elaboró su tesis cuando estudiaba en Chile, como se ha revelado ahora. Él lanzó la idea y luego se dedicó a sus cosas. No sospechaba que pudiera tener tanta repercusión, pero lo que jamás se le pasó por la mente fue que quienes usarían su tesis decidieran ignorarlo a él, al autor.
La difusión de una entrevista a Orías provocó las iras de un ex mininistro del gobierno del MAS que ahora se dedica a los negocios. Dijo este exministro que es algo sin importancia saber quién es el autor de la tesis, porque lo verdaderamente importante es que fue el presidente Evo Morales quien impulsó todo este proceso, y que sólo él es que tiene los méritos y debe recibir los todos los reconocimientos.
Se trata de un tema de ética que, al parecer, el exministro no entiende. Tendrá sus razones para sostener que el autor de una idea, de una tesis, no merece ningún reconocimiento. Es un detalle que tiene que ver con su formación personal, y no vale la pena juzgarlo.
Lo que es preocupante es que todo el equipo de abogados nacionales y extranjeros, además de dos expresidentes bolivianos, hayan decidido ignorar al autor de la tesis. Ni siquiera hubieran necesitado incluirlo en las delegaciones de funcionarios bien pagados: hubiera bastado con que dijeran, ante lo bolivianos, los chilenos y el mundo, que la idea es del abogado Ramiro Orías.
Le está pasando a Orías lo que le ocurrió a Colón, que descubrió este continente pero todo el honor y la gloria fue para Américo Vespucci. En ese caso se trató de unos imprenteros holandeses, como se sabe. Siempre los imprenteros: aquí, los que estuvieron a cargo del libro del mar.
Ama plagio, señores.
Vacaflor.obolog.com

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