A casi un mes del fallo de la Corte Internacional de La Haya, el canciller chileno Heraldo Muñoz accedió a una entrevista con el Diario Mayor EL DEBER desde Santiago de Chile. Pidió que sea por escrito y respondió a un cuestionario de 16 preguntas.
El canciller Muñoz, que por primera vez, en medio de la demanda marítima, concede una entrevista a un medio escrito boliviano, aseguró que con el fallo Bolivia flexibilizó su postura de salida soberana y ahora incluso habla de otras soluciones pragmáticas.
Desacreditó al exjuez español Baltasar Garzón que expresó su apoyo a la demanda de Bolivia calificándola de “absolutamente justa” y reconoció que, en este momento, la relación entre el presidente Evo Morales y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, están en un “clima enrarecido”.
_¿Esperaba usted la sentencia de la Corte Internacional de La Haya en los términos en que se ha producido el 24 de septiembre? Lo importante no es lo que se esperaba, sino lo que se pedía. Bolivia en todos sus escritos y hasta la primera ronda de alegatos pidió a la Corte que le impusiera a Chile una obligación con resultado garantizado. La Corte decidió excluir esta petición fundamental de Bolivia. De hecho, la sentencia de la Corte resolvió dos cosas: Limitar la demanda boliviana, dejando fuera su petición principal que a Chile se le impusiera una obligación de negociar con un resultado predeterminado y, segundo, dejar que el juicio siguiera pero solo para discutir la existencia de una supuesta obligación de negociar. Destaco lo anterior, pues en Bolivia no se ha difundido suficientemente el verdadero alcance de la decisión de la Corte.
_¿Qué le dice a usted un fallo en el que tan amplia mayoría de jueces (14 de un total de 16) avaló la competencia de la Corte, rechazando la objeción a su jurisdicción planteada por Chile?La objeción de incompetencia no fue una objeción per se. No fue una objeción por la objeción en sí misma, sino un instrumento para el objetivo primordial de defender la integridad territorial de Chile. Y eso se consiguió. Lo que me dice el fallo es que Bolivia tuvo que incurrir en un sacrificio muy grande para seguir adelante con el juicio. Para esquivar la objeción chilena, Bolivia tuvo que retractarse de su petición principal y renunciar a su aspiración de que la Corte adoptase una sentencia de salida soberana en su favor. Eso ya sabemos que no va a ocurrir, porque la Corte así lo declaró en su fallo del 24 de septiembre pasado. Lo más que podría declarar la Corte es la existencia de una obligación de negociar de buena fe entre las partes sobre una salida soberana, donde cualquier resultado seguirá dependiendo, como ocurre hoy, de la voluntad de Chile y Bolivia. Esa es la realidad.
Adicionalmente, Bolivia tuvo que hacer otro sacrificio, del cual también la Corte tomó nota en su sentencia. Me refiero a que al definir Bolivia qué se entiende por salida soberana flexibilizó su postura tradicional hablando no solo de corredor o enclave soberano sino también de zonas especiales u otras soluciones pragmáticas. Bolivia puso en duda su reclamo de cesión territorial.
¿Qué consecuencias políticas se han dado por la sentencia de La Haya?
Que resulta lamentable que los múltiples ámbitos de colaboración e integración posibles entre ambos países, con amplia perspectiva de ganancia para nuestros pueblos, se hayan visto afectados por esta demanda unilateral que consideramos como un error. Deberíamos estar coordinándonos, Chile y Bolivia, para enfrentar los desafíos del desarrollo del 2030 o el 2040 y estamos discutiendo sobre el siglo pasado o el antepasado.
_Viendo ahora el resultado ¿cree usted que fue un acierto plantear una objeción preliminar a la jurisdicción de la Corte o era mejor ir directamente al fondo del asunto? Fue un acierto, sin duda. De haber ido directo al fondo habríamos quedado con la demanda en toda su amplitud. Es cosa de revisar lo que perdió Bolivia buscando defenderse de nuestra objeción y las dudas que dejó instaladas.
_¿El fallo de La Haya obligará a Chile a reajustar su estrategia?Esta es una nueva etapa de un proceso que se inició en abril del 2013. Reajuste de la estrategia, no. Estrategia diferente en función de una etapa distinta, evidentemente. Ahora utilizaremos argumentos que no podíamos esgrimir en la etapa de la excepción preliminar porque estaban vinculados al fondo de la discusión. En adelante lo que corresponde explicar es que la supuesta obligación de negociar no existe.
_¿Es cierto que las autoridades chilenas le pidieron a las bolivianas solicitar a la Corte de La Haya una demora para la lectura del fallo, debido a la proximidad de la Asamblea de la ONU?De ninguna manera. En su momento lo que se exploró fue mover la fecha en un par de días dado que algunos de nuestros abogados extranjeros no podían estar el 24 en La Haya. Todo lo demás es ficción.
_Usted habla de buscar ‘fórmulas imaginativas’, pero que no toquen la soberanía. Desde su punto de vista, ¿cuáles son esas fórmulas imaginativas?Ha habido conversaciones en el pasado. Ese es un desafío que solo tiene sentido tratar si existiese voluntad política, y no con un juicio en la Corte Internacional de La Haya.
_También habla de mejorar las condiciones de acceso al mar para Bolivia. ¿Cuál es el alcance específico de su propuesta? ¿A qué se refiere?Eso es lo que habría que explorar, en un marco de relaciones normales y disposición al diálogo que no ha estado presente por parte de Bolivia los últimos años. Difícilmente se puede entablar un diálogo cuando un país se resiste a restablecer relaciones diplomáticas, imponiendo condiciones inaceptables, y cuando existe una campaña comunicacional de ofensas en contra de nuestro país y nuestro Gobierno en todos los foros imaginables. Así no se avanza, se retrocede y se pierde un tiempo muy valioso.
El canciller Muñoz, que por primera vez, en medio de la demanda marítima, concede una entrevista a un medio escrito boliviano, aseguró que con el fallo Bolivia flexibilizó su postura de salida soberana y ahora incluso habla de otras soluciones pragmáticas.
Desacreditó al exjuez español Baltasar Garzón que expresó su apoyo a la demanda de Bolivia calificándola de “absolutamente justa” y reconoció que, en este momento, la relación entre el presidente Evo Morales y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, están en un “clima enrarecido”.
_¿Esperaba usted la sentencia de la Corte Internacional de La Haya en los términos en que se ha producido el 24 de septiembre? Lo importante no es lo que se esperaba, sino lo que se pedía. Bolivia en todos sus escritos y hasta la primera ronda de alegatos pidió a la Corte que le impusiera a Chile una obligación con resultado garantizado. La Corte decidió excluir esta petición fundamental de Bolivia. De hecho, la sentencia de la Corte resolvió dos cosas: Limitar la demanda boliviana, dejando fuera su petición principal que a Chile se le impusiera una obligación de negociar con un resultado predeterminado y, segundo, dejar que el juicio siguiera pero solo para discutir la existencia de una supuesta obligación de negociar. Destaco lo anterior, pues en Bolivia no se ha difundido suficientemente el verdadero alcance de la decisión de la Corte.
_¿Qué le dice a usted un fallo en el que tan amplia mayoría de jueces (14 de un total de 16) avaló la competencia de la Corte, rechazando la objeción a su jurisdicción planteada por Chile?La objeción de incompetencia no fue una objeción per se. No fue una objeción por la objeción en sí misma, sino un instrumento para el objetivo primordial de defender la integridad territorial de Chile. Y eso se consiguió. Lo que me dice el fallo es que Bolivia tuvo que incurrir en un sacrificio muy grande para seguir adelante con el juicio. Para esquivar la objeción chilena, Bolivia tuvo que retractarse de su petición principal y renunciar a su aspiración de que la Corte adoptase una sentencia de salida soberana en su favor. Eso ya sabemos que no va a ocurrir, porque la Corte así lo declaró en su fallo del 24 de septiembre pasado. Lo más que podría declarar la Corte es la existencia de una obligación de negociar de buena fe entre las partes sobre una salida soberana, donde cualquier resultado seguirá dependiendo, como ocurre hoy, de la voluntad de Chile y Bolivia. Esa es la realidad.
Adicionalmente, Bolivia tuvo que hacer otro sacrificio, del cual también la Corte tomó nota en su sentencia. Me refiero a que al definir Bolivia qué se entiende por salida soberana flexibilizó su postura tradicional hablando no solo de corredor o enclave soberano sino también de zonas especiales u otras soluciones pragmáticas. Bolivia puso en duda su reclamo de cesión territorial.
¿Qué consecuencias políticas se han dado por la sentencia de La Haya?
Que resulta lamentable que los múltiples ámbitos de colaboración e integración posibles entre ambos países, con amplia perspectiva de ganancia para nuestros pueblos, se hayan visto afectados por esta demanda unilateral que consideramos como un error. Deberíamos estar coordinándonos, Chile y Bolivia, para enfrentar los desafíos del desarrollo del 2030 o el 2040 y estamos discutiendo sobre el siglo pasado o el antepasado.
_Viendo ahora el resultado ¿cree usted que fue un acierto plantear una objeción preliminar a la jurisdicción de la Corte o era mejor ir directamente al fondo del asunto? Fue un acierto, sin duda. De haber ido directo al fondo habríamos quedado con la demanda en toda su amplitud. Es cosa de revisar lo que perdió Bolivia buscando defenderse de nuestra objeción y las dudas que dejó instaladas.
_¿El fallo de La Haya obligará a Chile a reajustar su estrategia?Esta es una nueva etapa de un proceso que se inició en abril del 2013. Reajuste de la estrategia, no. Estrategia diferente en función de una etapa distinta, evidentemente. Ahora utilizaremos argumentos que no podíamos esgrimir en la etapa de la excepción preliminar porque estaban vinculados al fondo de la discusión. En adelante lo que corresponde explicar es que la supuesta obligación de negociar no existe.
_¿Es cierto que las autoridades chilenas le pidieron a las bolivianas solicitar a la Corte de La Haya una demora para la lectura del fallo, debido a la proximidad de la Asamblea de la ONU?De ninguna manera. En su momento lo que se exploró fue mover la fecha en un par de días dado que algunos de nuestros abogados extranjeros no podían estar el 24 en La Haya. Todo lo demás es ficción.
_Usted habla de buscar ‘fórmulas imaginativas’, pero que no toquen la soberanía. Desde su punto de vista, ¿cuáles son esas fórmulas imaginativas?Ha habido conversaciones en el pasado. Ese es un desafío que solo tiene sentido tratar si existiese voluntad política, y no con un juicio en la Corte Internacional de La Haya.
_También habla de mejorar las condiciones de acceso al mar para Bolivia. ¿Cuál es el alcance específico de su propuesta? ¿A qué se refiere?Eso es lo que habría que explorar, en un marco de relaciones normales y disposición al diálogo que no ha estado presente por parte de Bolivia los últimos años. Difícilmente se puede entablar un diálogo cuando un país se resiste a restablecer relaciones diplomáticas, imponiendo condiciones inaceptables, y cuando existe una campaña comunicacional de ofensas en contra de nuestro país y nuestro Gobierno en todos los foros imaginables. Así no se avanza, se retrocede y se pierde un tiempo muy valioso.
HERALDO MUÑOZ VALENZUELA
MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE CHILE
CARGO: CANCILLER DE CHILE
EDAD: 67 AÑOS
NACIÓ EN: SANTIAGOSU TRAYECTORIA
Heraldo Benjamín Muñoz Valenzuela es especialista en relaciones internacionales. Tiene doctadorados en ciencia política e hizo estudios en las universidades de Denver, Harvard y la estatal de Nueva York. Durante la presidencia de Ricardo Lagos fue ministro vocero; fue embajador de Chile ante la ONU; y desde marzo de 2014 es ministro de Relaciones Exteriores de Chile, en el Gobierno de Michelle Bachelet.
_Usted declaró que Chile salvó su soberanía territorial en La Haya. ¿Por qué lo dice con tanta seguridad, toda vez que la Corte puede decidir en un futuro que Chile debe sentarse a negociar?Porque la Corte descartó en su fallo una obligación de resultado que afecte la soberanía chilena, y salvaguardó debidamente la plena vigencia del Tratado de 1904.
_Si el tribunal de La Haya dispone que Chile se siente a negociar con Bolivia ¿lo hará?No me voy a poner en situaciones hipotéticas; pero puedo decir que Chile es un país respetuoso del derecho internacional, algo que ha demostrado con creces.
_¿No cree que ha llegado el momento de que Bolivia y Chile se sienten a conversar de buena fe y con espíritu abierto y constructivo sobre el objeto de la demanda boliviana? Chile y Bolivia se han sentado varias veces a conversar de buena fe. Lo que sucede es que Bolivia no puede pretender imponer una fórmula contraria a la integridad territorial de mi país. Por lo demás, como bien dice Walter Montenegro (historiador y exdiplomático boliviano) en su libro Oportunidades perdidas, la mayor parte de las veces que ambos países han conversado, no se ha llegado a un acuerdo por circunstancias internas de Bolivia; no por culpa de Chile.
_¿Le preocupa que Bolivia sume respaldo de personalidades internacionales, como el exjuez español Baltasar Garzón?No. Especialmente considerando que él habría reconocido que contempló ser abogado de la demanda boliviana.
_El papa Francisco ha dicho que la demanda marítima de Bolivia es “justa”, ¿qué opina usted?El papa habló en el contexto de una visita pastoral a Bolivia (en julio), habló de un “anhelo” y no tomó partido en el caso que está conociendo la Corte de La Haya. Llamó al diálogo diplomático con los vecinos y Chile respondió ofreciendo restablecer relaciones diplomáticas con Bolivia de inmediato y sin condiciones. La respuesta del presidente boliviano fue una agresión verbal.
_Inicialmente ¿por qué aceptó la entrevista en Canal 7 BTV, pero luego se negó a venir a Bolivia?Nunca acepté ir a Bolivia. Lo que dije fue que sí aceptaba, y continuo aceptando encantado una entrevista con el canal oficial de Bolivia. Pero, el solicitante de la entrevista no puede pretender imponerle a quien se desea entrevistar las condiciones del dónde, cómo y cuándo.
_¿Cómo vio usted las repercusiones en Chile de la entrevista que le hizo Televisión Nacional de Chile (TVN) al portavoz de la demanda marítima de Bolivia, Carlos D. Mesa? No la vi, pues estaba en la Asamblea General en Nueva York. Me da la impresión de que la entrevista tuvo más repercusión en Bolivia que en Chile.
_¿Cómo califica las actuales relaciones entre la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y su homólogo de Bolivia, Evo Morales?Mucho menos de lo que sería deseable. La política del insulto y la descalificación por parte del presidente Morales, sumada a una demanda unilateral ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, nos tienen en un clima bilateral enrarecido. Lamentable
MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE CHILE
CARGO: CANCILLER DE CHILE
EDAD: 67 AÑOS
NACIÓ EN: SANTIAGOSU TRAYECTORIA
Heraldo Benjamín Muñoz Valenzuela es especialista en relaciones internacionales. Tiene doctadorados en ciencia política e hizo estudios en las universidades de Denver, Harvard y la estatal de Nueva York. Durante la presidencia de Ricardo Lagos fue ministro vocero; fue embajador de Chile ante la ONU; y desde marzo de 2014 es ministro de Relaciones Exteriores de Chile, en el Gobierno de Michelle Bachelet.
_Usted declaró que Chile salvó su soberanía territorial en La Haya. ¿Por qué lo dice con tanta seguridad, toda vez que la Corte puede decidir en un futuro que Chile debe sentarse a negociar?Porque la Corte descartó en su fallo una obligación de resultado que afecte la soberanía chilena, y salvaguardó debidamente la plena vigencia del Tratado de 1904.
_Si el tribunal de La Haya dispone que Chile se siente a negociar con Bolivia ¿lo hará?No me voy a poner en situaciones hipotéticas; pero puedo decir que Chile es un país respetuoso del derecho internacional, algo que ha demostrado con creces.
_¿No cree que ha llegado el momento de que Bolivia y Chile se sienten a conversar de buena fe y con espíritu abierto y constructivo sobre el objeto de la demanda boliviana? Chile y Bolivia se han sentado varias veces a conversar de buena fe. Lo que sucede es que Bolivia no puede pretender imponer una fórmula contraria a la integridad territorial de mi país. Por lo demás, como bien dice Walter Montenegro (historiador y exdiplomático boliviano) en su libro Oportunidades perdidas, la mayor parte de las veces que ambos países han conversado, no se ha llegado a un acuerdo por circunstancias internas de Bolivia; no por culpa de Chile.
_¿Le preocupa que Bolivia sume respaldo de personalidades internacionales, como el exjuez español Baltasar Garzón?No. Especialmente considerando que él habría reconocido que contempló ser abogado de la demanda boliviana.
_El papa Francisco ha dicho que la demanda marítima de Bolivia es “justa”, ¿qué opina usted?El papa habló en el contexto de una visita pastoral a Bolivia (en julio), habló de un “anhelo” y no tomó partido en el caso que está conociendo la Corte de La Haya. Llamó al diálogo diplomático con los vecinos y Chile respondió ofreciendo restablecer relaciones diplomáticas con Bolivia de inmediato y sin condiciones. La respuesta del presidente boliviano fue una agresión verbal.
_Inicialmente ¿por qué aceptó la entrevista en Canal 7 BTV, pero luego se negó a venir a Bolivia?Nunca acepté ir a Bolivia. Lo que dije fue que sí aceptaba, y continuo aceptando encantado una entrevista con el canal oficial de Bolivia. Pero, el solicitante de la entrevista no puede pretender imponerle a quien se desea entrevistar las condiciones del dónde, cómo y cuándo.
_¿Cómo vio usted las repercusiones en Chile de la entrevista que le hizo Televisión Nacional de Chile (TVN) al portavoz de la demanda marítima de Bolivia, Carlos D. Mesa? No la vi, pues estaba en la Asamblea General en Nueva York. Me da la impresión de que la entrevista tuvo más repercusión en Bolivia que en Chile.
_¿Cómo califica las actuales relaciones entre la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y su homólogo de Bolivia, Evo Morales?Mucho menos de lo que sería deseable. La política del insulto y la descalificación por parte del presidente Morales, sumada a una demanda unilateral ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, nos tienen en un clima bilateral enrarecido. Lamentable
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