M ientras se espera el fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile, el caso planteado por Bolivia en ese mismo tribunal genera un moderado optimismo en el país. Incluso si el fallo de La Haya sobre el caso peruano-chileno dispusiera modificar la situación existente, queda la duda de si lo acataría la parte que fuera afectada, por el antecedente del diferendo entre Colombia y Nicaragua.
Un antecedente que debe preocupar a todos los países que esperan algún fallo de ese tribunal.
Sobre el caso Perú-Chile, desde Santiago sostienen los voceros del Gobierno que existe un convenio, firmado en 1954, que definió la actual división de lo que se llama el ‘dominio marítimo’ de 200 millas. En ese documento podría basarse una eventual decisión chilena de desconocer el fallo de La Haya, en caso de que fuera favorable a la demanda peruana, lo que parece muy probable.
Respecto al caso Bolivia-Chile, ya se sabe que el país vecino ha de alegar que existe el tratado de 1904 por el que se fijan las fronteras para siempre. Es decir que si incluso La Haya favoreciera la demanda boliviana, Chile podría desconocer el fallo aduciendo que se trata de un tema bilateral resuelto de manera definitiva.
Esta postura chilena no era compartida por Bolivia, que definía el enclaustramiento como una cuestión de interés multilateral. Pero ahora, el embajador boliviano para la reunión del grupo G-77 + China, Reymi Ferreira, ha dado la razón a Chile diciendo que el tema no sería tratado en esa reunión “porque es bilateral”, lo que debilita la causa boliviana.
Mientras se dan estos hechos y esta espera, miles de camiones bolivianos están varados, esperando que los puertos de Iquique y Arica sean habilitados para el comercio exterior boliviano. El tratado de 1904 dice que Chile garantiza el libre tránsito de personas y bienes bolivianos por los puertos que ocupó en la guerra de 1879. El cierre de los puertos, decidido en este caso por demandas sindicales, equivale al incumplimiento de compromisos incluidos en el tratado.
En tanto se espera noticias de La Haya, la actividad económica de todos los días en Bolivia es afectada por el cierre de los puertos chilenos que debían estar siempre disponibles, según el tratado de 1904. No se ha escuchado al Gobierno reclamar por esa situación como corresponde