domingo, 16 de noviembre de 2014

machacón Carlos Mesa insiste. no caer en la trampa a la que Chile trata de inducirnos. no se discute el tratado de 1904. lo que pretende Bolivia es Justicia y la necesidad de costa soberana. compromiso que Chile admitió en sendos documentos que deber ser conocidos y difundidos.

Una de las formas más eficientes para lograr un objetivo determinado en una argumentación es, basado en un hecho cierto, hacer afirmaciones que nada tienen que ver con las razones del interlocutor. No hay peor mentira que una media verdad.
A esto se debe añadir que es parte de la habilidad argumentativa llevar al otro al terreno de lo que uno quiere discutir. Si las razones del adversario son demasiado poderosas no conviene entrar a discutir esas razones, porque en ese terreno las posibilidades de éxito son muy pequeñas o nulas. En consecuencia, hay que salir de ese escenario y forzar al otro a cambiar de ‘campo de juego’ para que lo que se discuta sea lo que a uno le interesa, aquello que por excéntrico que sea al verdadero meollo de la cuestión, permita distraer a quienes escuchan el debate. Aún más, hay que conseguir que la contra argumentación no sólo deje de lado lo verdaderamente importante, sino que acabe volcándose en contra del rival.
A fuerza de provocar es posible sacar de quicio al contrario y obligarlo a discutir en el lugar deseado y sobre los temas que se quieren discutir. Si es posible enredar las cosas lo suficiente como para que además entre en contradicciones, o acabe reconociendo implícitamente los falsos supuestos, tanto mejor.
Chile quiere hacerle creer al mundo que, sobre un hecho real, la firma del Tratado de 1904, porque sus autoridades lo dicen la demanda boliviana se basa en el desconocimiento del mencionado tratado. No, una y cien veces no; la demanda no se basa ni directa ni indirectamente en ese tratado.
Chile quiere que Bolivia muerda el anzuelo del supuesto ‘acceso al mar’, y para ello se esmera en una larga serie de argumentos a propósito del libre tránsito. A su equipo jurídico le gustaría muchísimo que Bolivia cayera en la trampa y que no sólo respondiera al envite, sino que se enzarzara en consideraciones sobre el incumplimiento del tratado. Hacerlo sería ni más ni menos que una ingenuidad de colegiales.
Tenemos como base una demanda cuya consistencia jurídica es muy alta y que está en las antípodas de cuestionar parcial o totalmente tratados, como para entrar a discutir cuestiones de burocracia fronteriza, costos de almacenaje o dificultades de aforo. Ése no es el tema de la demanda boliviana y, por tanto, no hay ni una sola palabra que decir sobre ello, por la simple y sencilla razón de que lo que Bolivia plantea está referido a los compromisos hechos reiteradamente por el Estado chileno a lo largo de casi un siglo, al margen y sin tocar el Tratado de 1904.
Lo que el país debe hacer y esta haciendo a través de la posición del Presidente y nuestras principales autoridades y también a través de la responsabilidad que se nos ha encomendado, es decirle al mundo el qué y el porqué de nuestra demanda, pero sobre todo insistir sin pausa en dos ideas fundamentales. La primera, Bolivia respeta el Tratado de 1904 y respeta el orden internacional que generan los tratados entre Estados. La segunda, Bolivia basa su demanda en las promesas formales de Chile que le ofreció a nuestro país en reiteradas oportunidades un acceso soberano al mar. En este punto vale la pena subrayar que en ningún caso hablamos de conversaciones preliminares o informales, nos referimos a compromisos oficiales firmados por las más altas autoridades de Chile que, por ello, comprometieron la fe del Estado chileno. La obligación emanada de esos compromisos tiene vigencia, independientemente de las razones por las que no se hayan concretado, porque el hecho demandado es que esas promesas formales y oficiales no se hicieron realidad.
Chile, en el video que ha presentado a consideración de la opinión pública internacional, insiste en argumentos que son los únicos que sustentan su demanda preliminar de incompetencia ante la Corte de La Haya. Sus gobernantes detallan esos argumentos que además repiten en diversos escenarios bilaterales y multilaterales, buscando confundir a la opinión internacional. Es imperativo para Bolivia desvirtuar esas acciones, no sólo porque se trata de una causa nacional sino, y esto es lo más importante, porque tergiversan lo que Bolivia plantea. No es un debate de un argumento contra otro sino, por el contrario, es una acción deliberada y a sabiendas de que quiere hacerle decir a nuestro país algo que la demanda no dice ni remotamente. Ése es el tema más grave, que a quien no conoce este diferendo en profundidad, es relativamente sencillo hacerle creer que la base de nuestro juicio pone en riesgo el orden jurídico internacional.
Que no quepa duda de que entendemos perfectamente esa estrategia y que el pilar sobre el que nos movemos, tanto en el ámbito de nuestros encuentros oficiales como en el de la difusión internacional y pública de nuestra causa, está anclado única y exclusivamente en nuestras razones jurídicas y en el terreno único y posible de una controversia, discutir las razones verdaderas y no las razones inventadas malintencionadamente por una de las partes.
Por eso, en las visitas que hemos realizado en estos meses hemos reforzado ante la comunidad internacional la explicación de los argumentos jurídicos que explican el sustento de nuestra causa. Es un imperativo dar a conocer en todos los foros y por todos los medios de difusión masiva a nuestro alcance, las razones que nos asisten, para que las medias verdades no sean una constante en La Haya.

viernes, 7 de noviembre de 2014

secreto en cuanto al contenido de la réplica del Gobierno de Bolivia ante el Tribunal de La Haya por las razones que Chile ha expuesto en su alegato. Rodríguez Veltzé desde Holanda informa.

El agente ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Eduardo Rodríguez Veltzé, presentó a las 07.00 (hora boliviana) la respuesta del Estado Plurinacional a la objeción que alegó Chile en contra de la competencia de este Tribunal para decidir sobre el diferendo marítimo.

El 15 de julio, los representantes chilenos solicitaron la incompetencia de la Corte, porque supuestamente Bolivia quiere modificar un tratado (el de 1904) firmado con anterioridad al establecimiento de la CIJ. Por tanto, este tema no estaría en jurisdicción de esta instancia, según la versión chilena.   
La respuesta pide que la CIJ “declare que la demanda boliviana se encuentra dentro de su jurisdicción y en consecuencia se fijen los plazos para las futuras actuaciones”, señala un comunicado de la Cancillería.
Asimismo, el Estado Plurinacional insistió en que se debe mantener “la confidencialidad de contenidos y argumentos de su respuesta, y recuerda que la información oficial sobre las actuaciones de referida demanda se comunica por la Corte Internacional de Justicia, y en lo que a Bolivia respecta por la Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia”.

lunes, 20 de octubre de 2014

toma en cuenta Gastón Cornejo el apoyo de organizaciones de Chile que están en contra de su Gobierno que desecha el diálogo bilateral con Bolivia, hasta tanto dure la reclamación ante el tribunal de La Haya. la pública declaración de estos "amigos de la causa boliviana" exige la iniciación del diálogo que poco después debería incluir a Perú por laintegración de nuestros pueblos.

Los Partidos y Movimientos de Chile suscribieron una valiente y fraternal declaración: “Saludamos al pueblo boliviano y en sesión plenaria afirmamos que los pueblos de Chile yBolivia son pueblos hermanos. Que nuestras luchas por la autodeterminación, contra la explotación, la pobreza, la discriminación y la apropiación de nuestra tierra y medio ambiente por parte de los grandes capitales transnacionales, es común y forma parte del patrimonio de lucha de los movimientos sociales. Que en ambos países luchamos por construir sociedades justas e igualitarias basadas en nuestras soberanías como pueblos y en la construcción de democracias verdaderamente participativas y directas. Pensamos que el diálogo entre nuestros pueblos y también entre los gobiernos debe ser retomado en lo inmediato por sobre las vías jurídicas. No es recusando o negando el diálogo en torno a la demanda marítima de Bolivia que se podrá avanzar. En consecuencia, no compartimos la decisión del Gobierno de Chile de recusar la competencia del Tribunal Internacional de la Haya frente a la demanda de negociación presentada por el Gobierno de Bolivia.

Creemos que se debe iniciar a la brevedad en un diálogo y negociación bilateral directa e invitar oficialmente luego al Perú. Es la hora de la integración de nuestros pueblos hacia la construcción de la Patria Grande. Los pueblos de Chile y Bolivia tenemos la responsabilidad de avanzar juntos y las fuerzas sociales, populares y de izquierda de Chile y Boliviadebemos asumir el desafío conjuntamente”. Firman: Octavio González y Joaquín Arduengo, Presidente y miembro del Partido Humanista. Esteban Silva, Coordinador del Movimiento del Socialismo Allendista, Javiera Rivas, Roberto Striling, Álvaro Fernández, del Partido Igualdad.

Personalmente conozco a los personeros del Partido Humanista chileno, entre ellos distingo fraternalmente a Tomás Hirsch, quien fue candidato a la presidencia del país hermano. Sé de la ideología pacifista y constructiva que asume el Humanismo de Mario Rodríguez Cobos SILO, su creador. Conozco y aprecio entrañablemente al Coordinador del Partido Socialista de Salvador Allende, el insigne político Esteban Silva, quien lucha constantemente por la integración americana y la justicia social también al distinguido Jorge Arrate excandidato a la Presidencia. Sé, que de haber sido invitado el Senador Alejandro Navarro y el diputado Marco Enríquez-Ominami, hubieran firmado con gusto el manifiesto. Solo deploro la ausencia de algún representante del Partido Comunista chileno, el gran partido de Luis Emilio Recabarren, Ricardo Fonseca, Volodia Teitelboim, Pablo Neruda, Luis Corvalán, los Insulza, Víctor Jara, Elías Lafferte, Alejandro Lipschutz, Gladys Marín. La antigua y selecta agrupación política con cuya ideología comulgamos en la perspectiva de una transformación social y cultural en pos de un mundo nuevo y la integración americana para la cual es absolutamente inadmisible el enclaustramiento boliviano. Ninguna voz ahora que es un partido cogobernante. No se escuchó de sus actuales miembros ningún cuestionamiento a la decisión de objetar al Tribunal de La Haya. También sé que al menos un centenar de personalidades de Chile envió una carta a la presidenta Michel Bachelet pidiéndole dialogar con Bolivia

Respondo al Manifiesto y al gesto con la gratitud debida, ya que guardo reconocimiento hacia el pueblo de Chile porque en su seno universitario gané mi cultura profesional y en sus valores profundos acrisolé el humanismo y la dignidad de ser humano en la respetabilidad de persona. 

Valoro el manifiesto, grato para los bolivianos que soñamos con la posibilidad cierta y realizable de un encuentro fraternal entre nuestros pueblos que tienen un desafío histórico de concluir el enclaustramiento de Bolivia.

viernes, 3 de octubre de 2014

réplica del portavoz Carlos Mesa. Chile se equivoca otra vez. su video no expresa nada nuevo. anuncia el expresidente que habrá una réplica en el mismo nivel, mundial, del que está utilizando Chile. el Tratado de 1904 no es el objeto de la demanda, sino los 7 compromisos formales de otorgarle a Bolivia una Salida al Mar. interesante texto para degullir.

El portavoz internacional de la demanda marítima y expresidente de BoliviaCarlos Mesa(2003-2005), calificó ayer de "falsa" la argumentación del video que difunde Chile para justificar la impugnación de la competencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en la demanda marítima presentada por su país.



"La argumentación de Chile se basa en una premisa falsa que pretende tergiversar el objetivo que Bolivia está buscando y pretende hacerle creer a la comunidad internacional que la esencia de la demanda boliviana tiene que ver con la vulneración del Tratado de 1904", explicó en una entrevista con la Red Patria Nueva.

La Cancillería de Chile presentó el video denominado "Chile y la aspiración marítima boliviana, mito y realidad", en el que la presidenta de ese país Michelle Bachelet; los expresidentes Sebastián Piñera, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, además del canciller Heraldo Muñoz, detallan los argumentos para solicitar la incompetencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en relación a la demanda presentada por Bolivia, que pide obligar a Chile a "negociar" con Bolivia una salida "soberana" al mar.

Según Mesa, en ese video las autoridades chilenas no dicen "nada nuevo ni nada que no hayan dicho antes", tomando en cuenta que ratifican dos argumentos: el primero referido a la supuesta vulneración del Tratado de 1904 y el segundo a que Bolivia tiene acceso al mar, por lo tanto, no requiere de un acceso soberano.

"El primer argumento tiene que ser desmentido y ya lo hemos hecho en el Libro del Mar y en un documento que hemos presentado y por supuesto también vamos a utilizar medios audiovisuales para ratificar ante la comunidad internacional nuestra posición", explicó.

TRATADO DE 1904 El expresidente boliviano reiteró que la demanda de Bolivia a la CIJ "no tiene nada que ver", de manera directa o indirecta, con el Tratado de 1904, porque se basa en los siete compromisos formales u oficiales de Chile, de otorgarle a Bolivia un acceso al mar.

"En consecuencia es el compromiso de Chile y no el Tratado de 1904 el que genera la demanda, que establece que un compromiso unilateral que una nación le hace a otra nación es jurídicamente exigible y por eso le pedimos a la Corte que obligue a Chile a sentarse a negociar con Bolivia para lograr el acceso al mar mediante un acuerdo", respaldó.

El portavoz internacional de la demanda marítima afirmó que Bolivia respeta los tratados internacionales y no pretende arbitrariamente que Chile cambie sus fronteras.

Respecto al segundo argumento, sobre que Bolivia tiene un acceso al mar, Mesa dijo que es "absolutamente endeble" porque existe una diferencia entre acceso y acceso soberano.

"Hay que decir que hoy gracias al derecho al mar todos los países mediterráneos del mundo aún sin haber firmado ningún tratado tienen los mismos derechos que tiene Bolivia con Chile en virtud de un tratado internacional que le da acceso libre al mar y eso no es ninguna ventaja", agregó.

Chile invadió suelo boliviano en febrero de 1879 y desató una contienda bélica que terminó cercenando 400 kilómetros de playa y 120.000 kilómetros de territorio. Desde entonces,Bolivia reivindica en diferentes foros internacionales el derecho de recuperar su cualidad marítima y en 2013 llevó el diferendo ante la CIJ.

Mesa se refirió a la posibilidad de que Bolivia elabore documentos audiovisuales. “El tema audiovisual y la lógica audiovisual está dentro de nuestras perspectivas”.

jueves, 2 de octubre de 2014

a nivel mundial. Chile le dice al mundo que Bolivia no tiene razón. hablan sus presidentes, explican razones, desechan la demanda ante La Haya. es campaña millonaria, muy profesional

El Gobierno de Chile ha lanzado este jueves una campaña en la que, mediante un vídeo, quiere explicar su posición en el litigio territorial que mantiene con Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Bolivia reclama en La Haya el acceso al océano que perdió en 1879 durante la guerra.

El conflicto limítrofe entre Chile y Bolivia culminó con el Tratado de Paz y Amistad de 1904. Según la versión chilena, este acuerdo --ratificado por los parlamentos de ambos países-- ya establecía las fronteras y zanja cualquier reivindicación, pero la parte boliviana ha tachado de «injusto» e «impuesto» dicho tratado.
El ministro de Exteriores chileno, Heraldo Muñoz, ha presentado este jueves el vídeo «Chile y la aspiración marítima boliviana: mito y realidad» en el que expone la versión de Santiago. En la grabación aparecen el propio Muñoz y la actual presidenta, Michelle Bachelet, así como los exmandatarios Eduardo FreiRicardo Lagos Sebastián Piñera.
«Hemos compartido posiciones todos, sin excepción, sin ideologías, porque aquí lo que está en juego son los intereses de nuestro país», ha dicho, al hablar de lo que ha considerado una política de Estado. (Transferido del ABC de Madrid. el video está en la prensa boliviana)
El vídeo expone que Chile ya concedió a Bolivia una serie de beneficios para facilitarle un acceso al mar, defiende la vigencia del tratado de 1904 y alerta de que una posible victoria boliviana en la CIJ pondría el riesgo las relaciones internacionales y el respeto a los límites establecidos.

«Mucho en común»

En este sentido, Muñoz ha insistido en que el respeto a los tratados «es lo que permite la estabilidad de las fronteras y la estabilidad de las relaciones entre Estados». El canciller ha planteado la necesidad de centrarse en «desafíos sociales de primera magnitud» que afectan a la región y en los que los dos países vecinos tienen «mucho en común».

jueves, 7 de agosto de 2014

frases bonitas "si Cuba bloqueada por EEUU resiste, Bolivia bloqueada por Chile también". parada militar en La Paz,"Bolivia víctima de la oligarquía chilena", "una herida pendiente hasta que se repare". pidió alas FFAA estar listas para el retorno a las costas marítimas.

El presidente Evo Morales comparó el jueves el enclaustramiento marítimo que vive Bolivia desde 1879 con el bloqueo económico que impone Estados Unidos a Cuba.
"Qué entiendo el enclaustramiento a Bolivia es como el bloqueo económico a Cuba de parte de Estados Unidos", dijo.


El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba hacia los años 60 fue calificado mundialmente como el más prolongado y cruel que haya conocido la historia de la humanidad, y forma parte esencial de la política de hostilidad y agresiones del país del norte contra el pueblo cubano.
Morales hizo la comparación en el discurso que pronunció al inicio de la Parada Militar, que se realiza en la ciudad de La Paz, en homenaje a los 189 años de creación de las Fuerzas Armadas (FFAA).
Explicó que Bolivia fue víctima de la ambición de empresas transnacionales y la oligarquía chilena, que usurparon el territorio del Litoral, a travñes de una invasión.
Chile invadió suelo boliviano en febrero de 1879 y desató una contienda bélica que terminó cercenando 400 kilómetros de playa y 120.000 kilómetros de territorio. 
El Presidente recordó que tras reuniones con personalidades, ex autoridades y recibir la "orientación" de las FFAA, el país decidió acudir a tribunales internacionales para reclamar el derecho de los bolivianos de una salida soberana al Pacífico.
"Es una herida que está pendiente de que se repare", afirmó.
Ratificó el carácter pacifista de Bolivia y los sólidos argumentos para reclamar legalmente la reparación de la invasión chilena.
En ese marco, destacó el acompañamiento decidido que efectúan las FFAA convirtiéndose en un "símbolo" de la demanda marítima.
Finalmente demandó a los militares "estar listos" en el momento en que Bolivia retorne a las costas del Pacífico, por lo que recomendó una formación permanente en "marina mercante", para lo que existe una escuela orientada a "asumir la responsabilidad histórica" una vez se consolide el acceso al mar.

miércoles, 30 de julio de 2014

Marcelo Ostria con una large trayectoria diplomática se refiere a Heraldo Muñoz, canciller chileno quién no deja pasar ocasión para distorsionar la historia y negar que Chile alguna vez hubiese pensado en avenirse a un arreglo con Bolivia, esto a propósito de la gestión legal y diplomática de nuestro Gobierno ante la Corte Internacional

Autoridades chilenas siguen repitiendo que, con Bolivia, su país no tiene ninguna cuestión territorial pendiente, pues el Tratado de 20 de octubre de 1904 fijó definitivamente los límites entre ambas naciones. Se agrega que Chile es respetuoso de los tratados, y que estos no son revisables.

El actual canciller chileno Heraldo Muñoz, cuando se desempeñaba como Subsecretario de Relaciones Exteriores, presidió la delegación de su país ante la Asamblea General de la OEA, reunida en 2001 en San José, Costa Rica, y en una eufórica intervención expresó que, si en veinte años le tocara nuevamente intervenir en un foro similar, seguiría, como siempre lo había hecho, negando la posibilidad de un acuerdo con Bolivia para solucionar la mediterraneidad con una cesión territorial.
Muñoz no tuvo que esperar dos décadas: persiste en sus forzadas negativas cuando aborda el problema marítimo de Bolivia. A la agresividad, añade la distorsión histórica: insiste en que esa política fue constante en Chile desde que se suscribió el mencionado tratado de 1904, y se propone que siga incólume.  que esto no es verdad; Chile aceptó en varias oportunidades la posibilidad de una cesión territorial negociada. Documentos históricos desmienten el embuste de que La Moneda tuvo una política invariable sobre la mediterraneidad de Bolivia.
Precisamente en estos antecedentes se  la demanda de Bolivia presentada en la Corte  de  de La Haya. Se exige que Chile se avenga a negociar, de buena fe, la solución de la mediterraneidad de Bolivia, haciendo honor a ofrecimientos pasados. Esto se apoya en la teoría –hay jurisprudencia de su aplicación– de los actos propios o unilaterales, o sea en la  jurídica llamada Estoppel. Esto nada tiene que con la pretensión del  de Michelle Bachelet de que la Corte de La Haya se declare incompetente para conocer el caso planteado por Bolivia, que no ha demandado la nulidad ni la modificación de ese “santo” tratado.
De lo que se trata es que, en aplicación de la teoría de los actos unilaterales, Chile se avenga a negociar con Bolivia una cesión de un territorio que, con continuidad, la vincule con el Pacífico. Habrá que recordar que los últimos ofrecimientos chilenos en 1950 y 1975, estaban en un territorio ajeno a lo dispuesto por el tratado de 1904. Por ello, habría que consultar con el Perú, pues ese territorio le perteneció hasta 1879.
Las argucias de Muñoz para no honrar la palabra empeñada, no tienen límites.

martes, 15 de julio de 2014

Chile presentó las objeciones legales para impugnar a Bolivia ante la Corte Internacional en su demanda por la Reivindicación Marítima. 5 meses para responderle al usurpador.

Chile presentó hoy ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) objeciones con las que impugnará la competencia del máximo órgano judicial de la ONU a la demanda con la que Bolivia reclama una salida al mar.

Según informó la cancillería a La Tercera, el agente chileno Felipe Bulnes junto al coagente Claudio Grossman llegaron a las 10:30 horas de Holanda (5:30 de la mañana en Chile) al Palacio de La Paz, en La Haya, para presentar el documento de objeciones preliminares frente a caso.
En tanto, se espera que a las 10:45 hora chilena, el canciller Heraldo Muñoz se refiera a la impugnación de la competencia de la corte solicitada por Chile.
Bolivia entregó el pasado 15 de abril la memoria en la que detalla las razones de su demanda, donde pide que el tribunal obligue a Chile a negociar "de buena fe" una salida con "soberanía" al océano Pacífico.
Según establece el reglamento de la Corte, el país demandado puede solicitar la incompetencia de la corte, ya sea mediante excepciones preliminares o bien mediante la contramemoria, cuyo plazo vencía el 18 de febrero de 2015. Chile optó por la primera alternativa, lo que fue anunciado por la Presidenta Michelle Bachelet el lunes pasado.
Si bien no se conoce el escrito que presentará el equipo chileno, uno de los argumentos que contendría es que la demanda boliviana apunta a modificar los límites existentes entre ambos países, tema que fue zanjado en el tratado de 1904, que es previo a la jurisdicción de la corte, que comienza desde 1948. Adicionalmente, Chile asegura que se ha dado "pleno" cumplimiento al tratado entre ambos países, garantizando un acceso preferencial a los puertos chilenos.
Para efectos de comunicar el cumplimiento del tratado, el Ministerio de RR.EE dio a conocer en las semanas previas un documento sobre los "mitos" y "realidades" de la demanda boliviana, la que ha sido calificada como "comunicacional".
Con la presentación del escrito de excepciones preliminares, el juicio con Bolivia se paraliza para iniciar un nuevo proceso en particular sobre la competencia de la corte.
Según expertos consultados por La Tercera los escenarios que se abren para Chile son variados, y dependen de cuántas objeciones se presenten y cuál será la postura que tome Bolivia, además de las opciones que tiene el tribunal internacional, entre las que se cuentan el que acepte o niegue la solicitud de incompetencia, o que la admita parcialmente, caso en que seguiría adelante el juicio por el tema de fondo planteado por el país altiplánico.

miércoles, 9 de julio de 2014

Michelle Bachelet "defeccionó" en lugar de enfrentar a la CIJ, le quita el cuerpo al bulto. sale por bambalinas, quiere desaparecer del entramado. según LT la reacción era de esperar. Evo replicó y confía en La Haya.

La decisión de Chile de objetar la competencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para procesar la demanda boliviana en su contra era previsible, procedente, pero conservadora. Procedente, porque por principios jurídicos universales, en un juicio las partes tienen el derecho de objetar competencias, como explicó en Puntos de Vista un reconocido abogado. Pero, conservadora porque al asumir esta postura, Chile pierde una nueva oportunidad de saldar diferencias con un país vecino con el que, si no hubiera el obstáculo del enclaustramiento, podría mantener excelentes relaciones porque, incluso pese al importante diferendo, tiene complementariedades importantes.
Es más notoria esta defección cuando muchas personalidades lúcidas del vecino país más bien sugirieron inaugurar una  nueva etapa con Bolivia proponiendo, por un lado, no asumir las posturas triunfalistas que caracteriza a muchos sectores chilenos en este tema, y, por el otro, aprovechar la oportunidad, como se ha señalado, para transitar el camino que conduzca a acuerdos de amplio alcance con Bolivia.
Tan es así que pese a la retórica del estamento gobernante de que en el campo de la política exterior prima una visión de Estado en Chile, incluso un periódico como El Mercurio, que tradicionalmente expresa a las posiciones más conservadoras y retrógradas de la Cancillería chilena, sostiene  que prevaleció “la decisión de la Presidenta de la República sobre la opinión de quienes sugirieron que la alegación de la falta de competencia se debía incluir en la contramemoria, reforzando el contexto de esa presentación y los alegatos posteriores. Se argumentaba también que la postergación evitaba el riesgo de un rechazo que le concedería una victoria procesal a Bolivia”.
Pero, también hay que anotar que El Mercurio lanza una velada amenaza: “Estos argumentos nos parecieron siempre discutibles porque nadie puede garantizar un fallo favorable o desfavorable en uno u otro caso, y más vale saber desde los inicios si la Corte se arrogará o no una competencia que no le pertenece y que Chile desconoce”.
La respuesta del Presidente de Bolivia ha sido contundente. Ratifica la legitimidad de la demanda presentada, destaca las contradicciones de Chile en relación a nuestro enclaustramiento y asegura que el país “mantiene su confianza en la Corte y sus jueces, los únicos competentes para resolver este incidente también en el concepto de que la Corte resuelve pacíficamente las controversias reparando las injusticias a través del derecho internacional”.
En cuanto al proceso, una vez que Chile presente las “objeciones preliminares”, se suspende el juicio de fondo y se abre un “mini juicio”, con participación de las partes. El proceso puede durar hasta un año y medio, cuando la CIJ emita una resolución. Si acepta la objeción, termina el proceso; si la rechaza, éste continúa.
En todo caso, no está demás lamentar la defección política y social de la mandataria chilena en un tema en el que podría emerger como una líder continental. Más bien, decide sucumbir ante lo más tradicional de su país, como demuestran, por lo demás, las reacciones de sus líderes políticos ante la declaración del presidente Evo Morales.

domingo, 22 de junio de 2014

Chile sabe que el tratado de 1904 no resolvió nada. que el reclamo de MAR para BOLIVIA está más latente que nunca, el libro del MAR que acaba de entregar Carlos Mesa es un repaso a las circunstancias históricas de recuperar nuestra cualidad marítima. de obligada lectura.

Una vez más, si uno hace un seguimiento detallado de lo pensado, dicho y escrito por los presidentes de Chile, se ratifica lo evidente, el malhadado tratado de 1904 no resolvió el problema. Chile lo supo y lo sabe, lo sabía en tiempos de dictadura y lo sabe en tiempos de democracia
En 2004 preparamos con el ministro Juan Ignacio Siles y el viceministro Jorge Gumucio, el “Libro Azul de la Demanda Marítima Boliviana”. Ese documento recogía antecedentes históricos, jurídicos, económicos y políticos sobre el tema recogidos a lo largo de décadas por nuestra cancillería. El actual “Libro del Mar”, en la línea de una inequívoca política de Estado, toma como referencia esos antecedentes pero hace énfasis en este particular momento histórico, el de la profundización de una estrategia internacional de larga data encarada ahora por el Gobierno del presidente Morales ante un tribunal internacional. Buena parte de sus páginas tiene que ver con la argumentación histórica y jurídica que explica por qué el país ha decidido iniciar un juicio a Chile en la Corte Internacional de Justicia. El libro ha sido coordinado por Diremar, con el aporte de historiadores y juristas, y bajo la supervisión directa del Agente en La Haya y el Representante del Estado Boliviano para la Demanda Marítima. Su destinatario es la comunidad internacional, particularmente lo son los países vecinos, la región y aquellas naciones que por diversas razones requieren de una información detallada sobre la causa boliviana. Su presentación en sociedad se la hizo en la cumbre G77+China en Santa Cruz, donde fue repartido a todas las delegaciones visitantes.
En el libro se mencionan explícitamente las ofertas y promesas chilenas de darle a Bolivia una salida soberana al Pacífico, después del tratado de 1904, en el periodo 1920-1983. Esa secuencia de compromisos chilenos me planteó la pregunta de qué es lo que han dicho al respecto los gobiernos democráticos de Chile post Pinochet, precisamente cuando hoy la postura chilena, expresa reiteradamente que para Bolivia en el tema del mar toda puerta está cerrada.
El presidente Patricio Aylwin no expresó demasiado interés en la cuestión. Pero algo más, Aylwin dijo: “Chile no tiene ningún problema fronterizo con Bolivia” (1990).
El presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, por el contrario, propició en 2000 en la reunión de Algarve (Portugal) la apertura de una agenda sin exclusiones con Bolivia (es decir, una agenda que incluyera el tema del mar) en la que nuestra mediterraneidad debía tratarse de manera abierta. Pero algo más, Frei dijo: “Sé que darle una salida al mar a Bolivia encuentra aún muchas resistencias en nuestro país, pero sinceramente pienso que no podemos pasarnos toda la vida discutiendo este tema. También creo que para nuestro desarrollo futuro es indispensable forjar buenas relaciones con los países vecinos. A ellos los necesitamos y no podemos seguir relacionándonos en medio de la desconfianza y la sospecha, ni tampoco con arrogancia porque nos sentimos superiores” (en ocasión de la presentación de un libro de Sergio Bitar).
El presidente Ricardo Lagos apostó por ofrecerle a Bolivia una Zona Económica Especial (600 hectáreas) próxima a Mejillones con amplias facilidades. Todo menos soberanía. Su oferta tenía que ver con la desesperada necesidad de Chile de contar con el gas boliviano. Esa concesión permitiría la construcción de una planta para la exportación de nuestro gas por el Pacífico y la provisión de nuestro gas al mercado chileno. Pero algo más, Lagos dijo: “el ministro Santa María tenía razón cuando le señaló al presidente Pinto que había que resolver el tema, porque no podía haber un Estado que no tuviera acceso al Pacífico como le había sucedido a Bolivia. En consecuencia, hay que buscar una solución y creo que la forma más expedita es la concesión” (en ocasión de la presentación de un libro de Sergio Bitar).
La presidenta Michelle Bachelet accedió a establecer con Bolivia una agenda de trece puntos, cuyo punto sexto era el mar. La lógica de esa agenda era una discusión abierta (que no excluía de entrada la soberanía) sobre el enclaustramiento forzado de Bolivia. Pero algo más, la presidenta Bachelet escribió: “Con Bolivia lo fundamental será retomar el camino del diálogo iniciado en 1999 y el clima de confianza mutua conseguido durante el periodo 2006-2010” (2014, de su programa de gobierno).
El presidente Sebastián Piñera dilató y bloqueó toda posibilidad de iniciar la mesa de diálogo sobre el punto sexto, lo que rompió toda posibilidad de un diálogo bilateral fructífero sobre el mar. Pero algo más, el presidente Piñera dijo: “La voluntad del Gobierno chileno es buscar soluciones concretas, útiles y factibles que vayan en beneficio de ambos países y de ambos pueblos” (2010).
Una vez más, si uno hace un seguimiento detallado de lo pensado, dicho y escrito por los presidentes de Chile, se ratifica lo evidente, el malhadado tratado de 1904 no resolvió el problema. Chile lo supo y lo sabe, lo sabía en tiempos de dictadura y lo sabe en tiempos de democracia. La solución definitiva a nuestra relación bilateral, pasa pues por recuperar el clima de diálogo (que es lo que Bolivia pide en su juicio ante la CIJ) y entender que ese diálogo debe conducir a un acceso soberano al mar.

El autor fue presidente de la República

jueves, 12 de junio de 2014

según el Presidente en ejercicio (Evo está en Brasil por el Mundial de Fútbol) Chile está acorralado ante Bolivia que acudió a la CIJ, por el tema del MAR. todo le condena y si rehaza la acción de La Haya, "se aislaría del mundo".

El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, afirmó hoy que los gobernantes chilenos se sienten "acorralados" por la historia, la verdad y la justicia debido a la demanda presentada por Bolivia contra Chile en la Corte de La Haya.
"Están en un momento en el que se sienten acorralados por la historia, acorralados por la verdad y acorralados por la justicia internacional", dijo en una rueda de prensa García Linera, que ejerce la presidencia interina del país por el viaje del mandatario Evo Morales a la inauguración del Mundial de fútbol en Brasil.

Bolivia presentó, en abril del 2013, una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en busca de un fallo que obligue a Chile a negociar de buena fe una solución a su petición de salida al mar, tras más cien años de diálogo sin resultados.
Un año después, el presidente Evo Morales entregó en persona al máximo tribunal de Naciones Unidas la memoria con los alegatos históricos, diplomáticos y jurídicos de la demanda.
Bolivia perdió 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros de territorio en la "Guerra del Pacífico" librada contra Chile en 1879, y ha defendido que fue un conflicto en el que sufrió una invasión de tropas chilenas, sin una declaración previa de guerra.
A juicio de García Linera, si Chile plantea la incompetencia de la CIJ, significaría que el "Estado chileno desconoce y se coloca al margen de la legislación internacional y los procedimientos de la justicia internacional para resolver, mediante el diálogo, los asuntos y las controversias entre Estados".
Enfatizó que esa es una "actitud que aisla y aislaría a Chile de las reglas pacíficas de convivencia internacional" y ratificó que Bolivia está segura de que sus argumentos jurídicos son "impecables"
El Gobierno chileno ha reiterado esta semana que hay en Chile una "inclinación muy fuerte" a cuestionar la competencia del tribunal y el exmandatario chileno Sebastián Piñera planteó el miércoles a su sucesora, Michelle Bachelet, que presente la impugnación ya.

jueves, 5 de junio de 2014

no bien terminó su declaración, llegó la réplica de Chile. Choquehuanca vuelve a cometer el error de hablar mucho y hablar mal. debería permanecer callado y que sean las autoridades del entorno del ex-presidente Rodriguez quienes participen del debate, para evitar metidas de pata, como las que comete a menudo el propio EVO y su inefable Canciller Choquehuanca.

El canciller David Choquehuanca sostuvo que la demanda interpuesta por Bolivia contra Chile, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), es una invitación a dialogar para encontrar una salida soberana al mar con soberanía.

“Abrigo la esperanza que con estas ideas podamos explorar y comprender la controversia que Bolivia sostiene con nuestro vecino Chile, a quien hemos invitado a través de la Corte Internacional de Justicia, a dialogar y resolver de manera pacífica, de buena fe, de manera significativa y oportuna, el derecho de Bolivia a tener un acceso soberano al Océano Pacífico”, manifestó el canciller en la Asamblea General de Organización de Estado Americanos (OEA), que se celebra en Asunción, Paraguay.
El 24 de abril de 2013, Bolivia presentó la demanda marítima contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el que pide a la Corte que se pronuncie declare que “Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia con el propósito de llegar a un acuerdo que conceda a Bolivia un acceso totalmente soberano al océano Pacífico”. 
El canciller chileno, Heraldo Muñoz, rechazó la intervención de su par boliviano y aseguró que el juicio en La Haya no es una invitación a dialogar, sino “una demanda que busca nada menos que Chile seda territorio soberano”.
“Aquí hay que aclarar las cosas y ser francos entre nosotros, porque si queremos dialogar hagámoslo de buena fe, y Chile siempre ha estado dispuesto a dialogar sobre materias de integración con todos los estados vecinos y, por supuesto, con Bolivia”, agregó.
Muñoz además recordó que el tema de la controversia marítima había sido retirado de la agenda de la asamblea de la OEA por los mismos estados miembros, al ser una materia bilateral. (con información de El Mercurio)

domingo, 1 de junio de 2014

historiador Carlos Mesa quién fuera Presidente de Bolivia, ratifica que 8 presidentes chilenos estuvieron a favor de una "salida soberana al mar para Bolivia". Mesa nos ofrece nombres y apellidos, fechas y circunstancias de sendas declaraciones que están ahí, no se pueden desmentir.

La soberanía fue una realidad histórica arrebatada por la violencia, negada por un tratado que no resolvió lo esencial, y es un elemento –en la dimensión que el término tiene en el siglo XXI– que más temprano que tarde tendrá que ser retomado por Chile, como lo hicieron ocho de sus más destacados gobernantes
En plena Guerra del Pacífico, a fines de 1879, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile Domingo Santa María, dijo: “No olvidemos por un instante que no podemos ahogar a Bolivia. Privada de Antofagasta y de todo el Litoral que antes poseía hasta el Loa, debemos proporcionarle por alguna parte un puerto suyo”. Esta afirmación puede entenderse como el diseño de una política de Estado por parte de Chile. ¿Con que objetivo?, resolver de manera definitiva la relación de posguerra con Bolivia. Santa María se dio cuenta de lo evidente. Había un límite en la presión contra el vecino vencido, no era sensato dejarlo en un callejón sin salida. Hacerlo, intuía correctamente, era enfrentar indefinidamente un problema cuyo costo no tenía sentido ni para la imagen de su país ni para el desarrollo futuro de ambos Estados.
Esa lúcida visión la ratificó en 1880 el propio presidente Aníbal Pinto al afirmar “Al hacernos dueños del Litoral boliviano, era preciso darle a Bolivia salida al Pacífico”.  La línea siguió inalterable en 1895 en el Gobierno del presidente Jorge Montt con el Tratado de Canje Territorial que establecía que Chile cedería a Bolivia un puerto en el Pacífico o una caleta que viabilice un puerto.
Ese presupuesto fue desechado en el Gobierno de Germán Riesco con el Tratado de 1904. Pero fue un espejismo. No fue gratuita mi frase de que “en 1904 se firmó un Tratado de Paz pero no de Amistad” (dicha al cumplirse los 100 años del nefasto Acuerdo). El espejismo fue roto por Daniel Sánchez Bustamante cuando en 1910 plantó la bandera de nuestra política exterior post 1904 “Bolivia no puede vivir aislada del mar. Ahora y siempre en la medida de sus fuerzas hará cuanto le sea posible para llegar a poseer un puerto… sobre el Pacífico”.
El largo interregno entre el Tratado de 1895, el Tratado de 1904 y la demanda boliviana ante la Sociedad de las Naciones, no rompió –como podría creerse– la línea de continuidad de la política exterior chilena basada en la doctrina Santa María. En la presidencia de Juan Luis Sanfuentes en 1920, Chile expresó su voluntad de otorgarle a Bolivia una “salida propia al Mar” (Emilio Bello Codecido) y la ratificó ofreciéndole un puerto al norte de Arica y un enclave (Agustín Edwards). En 1923, el presidente Arturo Alessandri expresó directamente su disposición a negociar con Bolivia para otorgarle “el acceso a vuestra República al mar a través de un puerto propio”. Esa política estatal chilena continuó en el Gobierno de Emiliano Figueroa en 1926, cuyo ministro Jorge Matte afirmó que Chile “no ha rechazado la idea de concederle un territorio y un puerto a la nación boliviana”.
Política chilena que tampoco se extinguió cuando los presidentes Carlos Ibáñez del Campo y Augusto Leguía firmaron el Tratado de 1929 que buscaba imponer, por ese acuerdo chileno con el Perú, nuestro aislamiento y el fin del problema boliviano. El país no se rindió y de ello dio prueba el presidente Gabriel González Videla quien se avino en 1950 a iniciar una negociación amplia “que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al océano Pacífico”. Doce años después, en 1962, durante el gobierno de Jorge Alessandri, el embajador Manuel Trucco expresó “la posibilidad de satisfacer las aspiraciones de ésta (Bolivia)”.
Es archiconocida la contrapropuesta hecha por Chile en 1976, en el gobierno de Augusto Pinochet, que aceptó negociar nuestra salida soberana al mar a través de un corredor con continuidad territorial en la línea de la Concordia. En ese mismo Gobierno, en 1983, el ministro de Exteriores de Chile Miguel Schweitzer suscribió la resolución de la OEA en favor de Bolivia y accedió a: “buscar una fórmula que haga posible dar a Bolivia una salida soberana al océano Pacífico”.
Ocho presidentes de Chile a lo largo de más de un siglo marcaron una política de Estado basada en una doctrina que combinaba el pragmatismo con la sensatez. El razonamiento de estos mandatarios se sustentaba en el mayor interés de Chile. Esa larga línea de política exterior asumió por razones más que evidentes (que 120.000 km2 y 400 km de costa explican mejor que ningún alegato) que debía resolverse el problema con Bolivia con la soberanía como base. No es verdad que “soberanía” sea una palabra-fetiche boliviana, fue el corazón de los esfuerzos de los Gobiernos chilenos que entendieron que lo escrito por Sánchez Bustamante no era una frase de efecto sino la decisión indeclinable de un país. La soberanía fue una realidad histórica arrebatada por la violencia, negada por un tratado que no resolvió lo esencial, y es un elemento –en la dimensión que el término tiene en el siglo XXI– que más temprano que tarde tendrá que ser retomado por Chile, como lo hicieron ocho de sus más destacados gobernantes.