sábado, 18 de junio de 2016

Harold Olmos pone relieve en un reciente acuerdo de Paraguay y Brasil para unir, por medio de un puente que se construirá pronto ambos países y permitir a Paraguay salir al Pacífico por Iquique. triunfo diplomático a sólo días del nuevo gobierno.

La semana que pasó registró una noticia sobre la que no fueron muchos los que se enteraron. Los cancilleres de Brasil y Paraguay anunciaron el fortalecimiento de las relaciones bilaterales con un hecho físico concreto: construcción de un puente que empalmará al vecino oriental con Iquique y Antofagasta, a través de la carretera interoceánica que recorre Brasil, Paraguay, Argentina y llega a Chile. El empalme permitirá atravesar el Chaco paraguayo y desembocar en Iquique.
El puente sobre el rio Paraná, cuya construcción costará 27 millones de dólares, unirá Porto Murtinho, en Brasil, con Carmelo Peralta, en Paraguay, que tendrá su territorio occidental vinculado con una red interior moderna de carreteras. La obra estaría concluida a fines del próximo año.
El anuncio vino de los cancilleres de los dos países, José Serra y Eladio Loizaga, en una ceremonia llena de significado. El diplomático brasileño subrayó que su colega paraguayo era el primero en visitar Brasil de manera oficial bajo el gobierno temporal de Michel Temer y que, para Brasil, las relaciones con su vecino eran ¨centrales¨. En Paraguay viven 300.000 brasileños, un 5% de su población de 6,9 millones, y las relaciones económicas bilaterales siempre han sido fuertes. En ese marco se inscribe el apoyo brasileño al desarrollo de su vecino, cuya expresión más notable es la presa hidroeléctrica de Itaipú, la mayor fuente de ingresos de Paraguay y la principal proveedora de energía para Brasil.
¨Vamos a avanzar en otras iniciativas, incluso en el potencial hídrico¨, anunció Serra en la ceremonia, al señalar que el empeño de los dos países tendrá respaldo de Argentina, con el que quedaría ensamblado un bloque económico sur-atlántico. La ruta acuática ¨pasa por un puntito de Bolivia, en Puerto Suárez¨, dijo y al estar concluida será la hidrovía con mayor potencial económico del mundo.
Brasil es ahora el segundo mayor inversionista en Paraguay. Al ritmo en que los dos países han retomado sus relaciones, pronto será el primero. Ambos lucen en sintonía para facilitar el comercio de Mercosur con los demás grupos mundiales, en particular con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile).
Las coincidencias Brasil-Paraguay van mucho más allá. Los cancilleres anunciaron que se sus países se empeñarán a fondo para combatir el contrabando de mercaderías y el tráfico de armas y de drogas. Ahí surge el ¨factor Bolivia¨ pues en Chile, dijo Serra, se origina parte del contrabando comercial que ingresa a Brasil y que también pasa por Bolivia.
No es nueva la posición de Serra contra el tráfico de drogas. Cuando hace cinco años fue candidato a la Presidencia criticó con dureza el financiamiento que el Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil había comprometido a la carretera que iba a atravesar el Tipnis. La llamó ¨ruta transcocalera¨ que facilitaría el ingreso de drogas a Brasil. Días atrás, tras asumir la cancillería, rechazó de plano las afirmaciones de los países ¨bolivarianos¨ que, dijo, censuraban la elección de Michel Temer para substituir a Dilma Rousseff sin conocer las normas brasileñas. Con eso, las relaciones de Bolivia y Brasil volvieron a descender cerca del nivel de congelamiento.
La disposición de Brasil por impulsar a su vecino Paraguay es como una bola de billar que toca varios puntos antes de alcanzar la carambola. Muestra a Bolivia y otros países ¨lo que puede ser¨ en materia de cooperación. De recoveco, da impulso a la corriente de Mauricio Macri en Argentina que ha dado señales de aproximación a la Alianza del Pacífico, criticada por las máximas autoridades bolivianas y, está claro, por las de Venezuela. Ésta ingresó a Mercosur cuando Paraguay fue suspendido y cesó la oposición institucional a que Hugo Chávez incorporase a su país al grupo.
La gestión de Serra ha cumplido apenas un mes y las cancillerías de la región notan el cambio respecto a los tiempos de Lula y Dilma Rousseff.

jueves, 21 de enero de 2016

Bolivia siempre tuvo propiedad sobre las aguas del Silala manantiales de agua dulce que nacen en Bolivia, pero cuyas aguas por la ley de la gravedad se derraman sobre territorio chileno. imposible entender el tema en su dimensión jurídico legal sin conocer este relato del Antonio Araníbar quién siendo un notable Canciller cuidó cada detalle de la documentación según lo refiere Gastón Cornejo de la Sociedad de Historia y Geografía.

SILALA. CONCLUSIONES FINALES

Gracias a un segundo escrito del ex Canciller Antonio Araníbar Quiroga  se define que la reorientación nacional sobre la naturaleza de recurso natural, comercial, histórica, jurídica y diplomática del bofedal Silala comenzó a mediados 1996, y gracias al Senador de Tarija Arturo Liebers.
Que los estudios técnicos científicos hasta primer trimestre 1997, confirmaron la naturaleza de manantial. Araníbar efectuó varias visitas al terreno constatando que las aguas brotan de distintos ojos de agua. Los canales llevan las aguas por gravedad hacia territorio chileno.
Que a inicios del siglo XX la Prefectura de Potosí otorgó, en base a Ley de aguas de 1906, una concesión por Resolución del 21 Septiembre 1908 en favor de la Compañía “The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited”, escritura Nº 048/1908 de 28 octubre de ese año otorgada ante notario.
Para su anulación se requería una Resolución Prefectural. Gestión de Omar Manzano Murillo Nº 71/97 de 14 mayo 1997, mediante la cual se revoca dicha concesión. Luego de 30 días expiró plazo para interponer demanda contraria, fue promulgado el DS Nº 24660 de 20 junio 1997 que elevó el rango de la Resolución a DS.
Sin la autorización expresa del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y de los ministros Carlos Sánchez Berzain (Gobierno) y Guillermo Justiniano (Presidencia), el Canciller Aranibar prosiguió los trámites. Explica que los actos del Canciller y de la Cancillería deben ser dirigidos y consultados al Presidente y a los ministros; sin embargo, conociendo que Goni era un perfeccionista y los ministros retardarían el proceso administrativo, incumplió esa obligación e informó con “hechos consumados”.  Gonzalo Sánchez de Lozada, se molestó pero luego dio su apoyo; no así los ministros que presentaron airada protesta por haber sido sobrepasados en sus atribuciones por el Canciller.
Publicado el DS en la Gaceta Oficial; aún se esperó otros 30 días para que la empresa recurra ante la Corte Suprema de Justicia. Luego los ministros de RREE, Gobierno y Presidencia iniciaron la acción legal para revocar la concesión y cancelar la inscripción en Registros Reales de Potosí.
Araníbar concluyó su gestión el 6 de agosto de 1997 e invitó al nuevo Canciller Javier Murillo el 4 agosto 1997 para hacerle entrega de la información completa; faltaba perfeccionar la revocatoria, anular la concesión, cancelar la inscripción en Registros Reales y hacer proyectos nacionales de utilización, estudios de factibilidad o bien, vender las aguas a privados  para su uso en Chile. Ambos caminos requerían previamente el reclamo a la empresa y la indemnización por el uso ilegal e ilegítimo de las aguas.

Como ex Senador yo confirmo y relievo: El Canciller Antonio Araníbar Quiroga recuperó el Silala para el patrimonio nacional. La estrategia le corresponde hasta el punto en que pasó todo lo obrado al nuevo Canciller Javier Murillo para dar continuidad al trámite administrativo. Faltaba el perfeccionamiento jurídico y la concreción material para el uso de aguas.

Él dio un giro patriótico al tratamiento tradicional. Confirmó que el Silala no es un río y menos aún un rio internacional de curso sucesivo. Son varios manantiales que nacen en múltiples ojos de agua en el territorio boliviano, canalizadas hacia Chile y concedidas, dentro del derecho comercial, por la Prefectura de Potosí a una empresa privada. La norma aplicada corresponde a la Ley de Aguas de 1906 vigente en ese tiempo en el país. En base a esa investigación Bolivia está ahora en condiciones de efectuar los trámites para el mejor uso de sus recursos hídricos.

Aranibar fue Canciller cuatro años (6 agosto 1993-1997) asumía inicialmente la naturaleza de río internacional, rectificó el error dando valor histórico al tema y dotando de un instrumento jurídico y político para reivindicar el derecho en su totalidad. La continuación del trámite de perfeccionamiento jurídico administrativo corresponde a la responsabilidad de los cancilleres subsecuentes, a partir de don Javier Murillo, Armando Loayza, y sobre todo al actual David Choquehuanca.

La interrogante de - ¿cómo, por qué y con qué consecuencias incorporó David Choquehuanca el tema comercial en la Agenda de los 13 puntos? – queda pendiente.

“El Pre Acuerdo del Silala” procesado y firmado por los Vicecancilleres Hugo Fernández y Alberto Von Klaveren bajo el marco responsable del actual canciller Choquehuanka, quiebra la línea construida por Araníbar en forma definitiva y lamentable. Incorpora un tema comercial a la Agenda de los 13 puntos como asunto de Estado. Lo más delicado es que otorga derecho propietario a Chile en un 50%; desconoce todo lo obrado por la Cancillería de A. Aranibar y posteriores Ministros de RREE; ignora la historia del recurso; anula todos los estudios científicos de geo-hidrología del SILALA y ofrece a Chile la opción de conformar una Comisión técnico-científica para estudiar la naturaleza del Silala en cuatro años.

La oratoria del ex Senador Tito Hoz de Vila y del S. Luis Vásquez Villamor que calificó el Pre Acuerdo como un gesto de TRAICIÓN A LA PATRIA, es absolutamente válida.


Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, 18 de enero 2016.