sábado, 16 de febrero de 2013

Gonzalo Molina nos recuerda que lo "del enclave" existió antes de referirse al mismo el Presidente Piñera. al menos en dos ocasiones anteriores, aparece el término en el intercambio de notas con Bolivia. veamos cuáles y en qué momento


 OFERTA DE ENCLAVE 

Gonzalo Molina


Llegado un historiador chino a París fue requerida su opinión sobre los efectos sociales de la Revolución Francesa, su respuesta fue: “son acontecimientos recientes, deberá pasar un tiempo (dinastías) para calificar su influencia”.  Y esto sucede con los tratados de delimitaciones fronterizas entre países o estados. Muy finamente acabados y protegidos por Ley, resultan ser efímeros y debieran referirse siempre al penúltimo tratado, el siguiente será igual.
La oferta del Presidente Piñera de un enclave costero con plataforma marina  al norte de Arica en caso de que la Corte Internacional de La Haya declare favorable el juicio a favor de Chile, es  curiosamente  muy parecido a otro  procedimiento suscrito el 18 de Mayo 1895 entre el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Luis Barros Borgoño y el Embajador de Bolivia en Chile Heriberto Gutierrez ofertando Tacna y Arica a Bolivia en caso que resultare favorable a Chile el plebiscito entonces pendiente sobre la soberanía de Tacna y Arica que llegando a un acuerdo, tampoco tuvo efecto. El artículo primero disponía textualmente:
“Si a consecuencia del plebiscito que haya de tener lugar, en conformidad al Tratado de Ancón (con Perú), o en virtud de arreglos directos, adquiriese la Republica de Chile dominio y soberanía permanente sobre los territorios de Tacna y Arica, se obliga a transferirlos a la República de Bolivia, en la misma forma y con la misma extensión que las adquiera sin prejuicio de lo establecido en el artículo II”.  El artículo II estipula que si se verificaba esta cesión, “Chile avanzaría su frontera norte de Camarones a la quebrada de Victor, desde el mar hasta tocar con el límite que actualmente separa esa región” de Bolivia.
El artículo cuarto del Tratado se ponía en caso que el plebiscito en Tacna y Arica le fuera desfavorable y no pudiera cumplir su compromiso de cesión de ambos territorios a Bolivia. En esa eventualidad Chile “se compromete ceder a Bolivia la caleta de Vitor hasta la quebrada de Camarones, u otra análoga y además la suma de cinco millones de pesos de plata, de 2.5 gramos de peso y 9 décimos de fino”.  

El historiador Alberto Crespo Gutierrez escribió “…….. el resultado final tenía que ser la cesión de Arica, de Vitor o, en último caso, de una caleta análoga pero no el enclaustramiento”
El ex Canciller Guillermo Bedregal, refiriéndose a este acuerdo lamentó que por problemas de política interna, dicho Tratado, no fue ratificado.
En la actual coyuntura, el ofrecimiento del Presidente Piñera, Febrero 2013, de un enclave al norte de Arica, sin mayores especificaciones, está también condicionado al fallo de la Corte Internacional de La Haya y no se haría efectivo en caso de que el fallo, no fuera favorable a Chile. No tenemos conocimiento de que el ofrecimiento fuera hecho de manera oficial por  conductos diplomáticos. Sin embargo  destacamos algo que está en el ambiente chileno y fue discretamente mencionado. La Corte Internacional de Justicia de La Haya puede comprometer la posibilidad de una salida soberana al mar a Bolivia.
Pudiera o no ser, lo importante es no perder la brújula, dejemos  de golpear al mismo clavo con el mismo martillo, con nuevos y creativos argumentos ciertamente  encontraremos mejores respuestas y que quede claro, esos novedosos argumentos  están en pleno proceso de maduración.
Cochabamba Febrero 2013.
 Gonzalo Molina Osio
Ex Senador de la República.

jueves, 14 de febrero de 2013

jamás olvidar. 14 de febrero de 1879 la invasión de Chile. un acto salvaje, atropellador, basado en la fuerza de las armas. sin motivo justificador del abuso


 El presidente Evo Morales, quien lideró el acto cívico militar de repudio por los 134 años de la invasión de Chile al Puerto de Antofagasta, pidió unidad a todos los sectores sociales y políticos del país, en el marco del respeto a las diferencias ideológicas, culturales, políticas y programáticas, unidad para retornar al mar con soberanía.
Desde plaza Murillo, centro del poder político, el mandatario, asumió este jueves el compromiso de que Bolivia nunca retrocederá en su derecho de tener una salida soberana al Océano Pacífico, al señalar que las heridas de una invasión tal como sucedió el 14 de febrero de 1879, los pueblos nunca olvidan, pues quedan heridas para siempre si en este caso no se resuelve la demanda boliviana de volver al mar con soberanía.
“En este día mi repudio a esa invasión, mi pedido con mucho respeto a todo el pueblo boliviano, en tema del mar respetando nuestra diversidad, respetando diferencia de carácter ideológico, cultural, político, programático; unidad, unidad, porque el tema del mar es un derecho del pueblo boliviano para que retorne tarde, o, temprano”, dijo ante la masiva presencia de militares, autoridades de Estado, legisladores y la ciudadana.
“Los tratados o convenios internacionales no puedo estar por encima de los derechos de los pueblos, tratados o convenios internacionales no pueden ignorar esta clase de asaltos de invasiones de un país vecino a otro país. Y por eso los tratados no son intocables, no son inviolables, no son intangibles, los tratados siempre habían sido revisados y por eso tenemos la verdad los bolivianos que mediante el diálogo volver al mar”, manifestó.
Morales señaló, también, que el presidente Piñera ingresó en enormes contradicciones que favorecen al derecho boliviano marítimo, pues en eventos internacionales calificó como bilateral la demanda boliviana, no obstante en declaraciones al periódico La Tercera de Chile en días pasados, dijo que había ofrecido una enclave marítimo con autonomía en el norte de Arica, a Bolivia, pero el cual se frustraría con un fallo de la Corte de La Haya a favor del Perú, reconociendo que la multilateralidad de este asunto.
//JLZ//

sábado, 9 de febrero de 2013

Demetrio Reynolds nos recuerda la respuesta de Melgarejo cuando quizo atacar Francia y alguno le preguntó "ya, pero por dónde? y la respuesta Por el Desecho, por el Desecho...a propósito de Chile y el Mar

Enfrentar una batalla, aun con el resultado adverso,  suele ser honorífico; los Colorados de Bolivia se vistieron de gloria. Pero el no saber cómo hacerlo o blandir el palo de ciego, es otra cosa. Es “luchar contra nadie en la batalla”, como canta  Ángela Carrasco. ¡Más de un siglo sin una política definida! Algo nos pasa. Cada gobierno hace más larga la distancia. Hoy estamos “Tan lejos del mar”.

Alguna vez estuvimos cerca. Mariano Baptista, el Gran Tribuno, logró que el usurpador aceptara  -como base de negociación-  que el Litoral  sea ocupado solo por diez años como compensación por gastos de guerra, al cabo de los cuales el territorio cautivo  volvería a su primitiva  soberanía. Pero Bolivia, en lugar de aferrarse  a esa propuesta aceptada por la delegación chilena, la rechazó. (“Tiempo contado”, Alberto Crespo R.)

Aquello sucedió apenas finalizada la guerra, en lo calientito, como se diría (1880). La posición chilena ha ido evolucionando desde una actitud comprensiva y flexible al principio, hasta la dureza despótica de hoy.  Por su lado, Bolivia no pudo concretar una política firme y coherente con su derecho de acceso soberano al mar. Según Roberto Prudencio, “no era Chile que estuviera mareado con su victoria, sino Bolivia con su derrota”. En 2013 la élite política de dentro y fuera del gobierno sigue mareada.

A falta de una línea maestra a seguir, trazamos un periplo errático increíble. En la negociación de Charaña (1975),  Lima respondió  a la consulta con la frialdad de un país ajeno al problema; es que Bolivia ignoró al Perú, al que tiene la llave del candado que puso Chile. Allí se evidenció que el empeño unilateral de Bolivia es inconducente. La solución integral y definitiva pasa por la devolución de Arica a su legítimo dueño, y ese puerto natural de Bolivia vendrá algún día de manos del Perú.

Al asociar mar con gas tocamos los extremos. De “ni una molécula a Chile”,  a  la invitación de “compartir el tema del gas” de ahora último.  Mezclamos con la ideología política para hablar de “confianza mutua”, y con las fronteras para especular sobre  un  error militar. En una época la reivindicación marítima suena en los foros internacionales y en otra es sólo un asunto bilateral. Se ha dejado la “diplomacia de los pueblos” para recurrir  a la Corte Internacional de La Haya. Y el  problema, entre tanto, permanece incólume: ¿qué hacer para que Chile sienta la reparación de esa injusticia como una necesidad propia? ¿Cuál es su talón de Aquiles? La baladronada retórica y agresiva no es el camino.

Melgarejo se propuso cierta vez llegar con sus tropas hasta Francia, y cuando  le preguntaron por dónde se iría, el Capitán del Siglo, con su habitual aplomo y arrogancia inconsciente, respondió: “por el desecho, pues, por el desecho”.

El autor es pedagogo y escritor.

viernes, 8 de febrero de 2013

"todos los bolivianos somos majaderos" cuando se trata de insistir testarudos en el tema de la vuelta al MAR. Winston explaya sus conocimientos múltiples en sabrosa redacción


La vocera del Gobierno chileno llamó majadero al Presidente boliviano, por insistir en el tema del mar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Santiago. Le aclaro que no sólo afrentó con tal apelativo a Evo Morales, que no es santo de mi devoción: todos los bolivianos somos majaderos en cuanto al reclamo marítimo se refiere.
Cómo no, si tal majadería marina se origina en una dependencia odiosa desde el robo de 1879.
No tanto por el guano de nuestras costas, que fertilizó cansadas tierras y el salitre que abonó campos y detonó pólvoras en matanzas europeas, llenando cajas fuertes inglesas y santiaguinas. Ni por el cobre de Chuquicamata, vecina a la querida Calama de nuestro gran héroe civil y la mayor mina a tajo abierto del vecindario (hasta que avance San Cristóbal y desarrollen el Mutún y Mallku Khota), donde la tajada pinochetista impulsa la máquina de guerra chilena. Quédense con el litio del Salar de Atacama, que nuestro país tiene el Salar de Uyuni, y de yapa, el de Coipasa. Y tiene agua dulce, no sólo la del río Lauca desviado y la “afanada”  de manantiales del Silala.
Cómo no vamos a ser majaderos los bolivianos, si la dependencia odiosa es la mediterraneidad de un país que nació con costa en el océano Pacífico, arrebatada por Chile en una premeditada guerra de conquista. El encierro cuesta a Bolivia un lastre de 4 mil millones de dólares cada década, cálculo de Jeffrey Sachs, economista harvardiano que no es ningún ignorante y llorón de mar. Según la Corporación Andina de Fomento (CAF), el enclaustramiento marítimo merma dos o tres puntos anuales en el Producto Interno Bruto (PIB) del país, por la falta de competitividad para vender nuestros productos con accesos propios al transporte más barato del planeta.
Vaya un majadero tapón de boca a la vocera de un gobierno de golpes de pecho decimonónicos, en renacer de la postura de Balmaceda, rematada por Koenig en la víspera del Tratado de 1904 con puñal al coto, basada en el anacronismo de que la victoria da derechos. Habrá que esperar a la posición opuesta de Santa María, rematada por Allende, que aconsejaba no crearse un pleito sempiterno al no ceder costa a la asfixiada Bolivia. Hoy se trata de 10 kilómetros, de los miles que tiene Chile.
Si majaderos somos los bolivianos en porfiar en lamentos marinos, la necedad viene de hacerlo con palabras y no con hechos. ¿Para qué desafiar un viaje presidencial conjunto en el tren de Arica a La Paz, ahora que han completado la renovación del tramo chileno y Bolivia no ha invertido un peso en la parte suya? Cuidado con que afiebradas sugerencias de bravucones, como aquel que amenaza cortar el agua desviada de los manantiales de Silala, terminen como aquellos diez centavos que dieran pié a Chile para desembarcar en Antofagasta, hace 134 años este 14 de febrero de 2013. ¿Se ha construido una doble vía al puerto de Ilo, e instalaciones portuarias en Boliviamar, para menguar la dependencia de Arica? No; más bien pisan callos chovinistas en milicos peruanos, con ideas de meter navales bolivianos en su territorio.
Hay mayores majaderías. Ojalá fuera tan efectivo el Gobierno como cuando anuló opositores con maquiavélicos operadores de matanzas en Pando y represiones de indígenas del Tipnis en Chaparina, en vez de socapar la colusión delictiva de republiquetas contrabandistas en el altiplano boliviano con puertos matuteros como Iquique. Si así fuera, no estarían en chirona humildes soldados bolivianos que persiguen “chuteros”  altiplánicos dentro de territorio chileno, mientras sus patrullas entran a Bolivia como Pedro por su casa. Las sucesivas amnistías tributarias que benefician a los matuteros de carros usados, ¿no complican al Estado Plurinacional con vulgares maleantes, que quizá pagan con cocaína sus compras en Iquique?
Así mi nieto delire con la uva sin pepas de Azapa regada con agua del río Lauca —injerto de vid con melón, me dicen— ¿por qué no reprimen el matuteo de fruta chilena en mercados bolivianos, que perjudican a los productores de uva nacional en el sur? En estos tiempos de regodearse de soberanos y dignos, ¿por qué no vetan detergentes, dentífricos, jabones y champú santiaguinos, si igual que los bonaerenses y paulistas son producidos por las mismas transnacionales gringas?
Un Estado Plurinacional con canciller que lo haría mejor de yatiri pachamamista, que asemeja los compartimientos estancos donde la mano derecha no conoce lo que hace la izquierda, ¡y qué pueden saber sus asesores venezolanos y cubanos!, se permite la majadería de dar vía libre a transporte chileno por corredores de integración bioceánicos a Brasil, y viceversa, por territorio boliviano. ¿No se dan cuenta que saturarán dársenas chilenas con exportaciones brasileñas, si no tenemos un puerto propio?
Majadería es el megalómano que atropella la posición boliviana, si es que existiese, al ofrecer gas por mar. No sólo por los muertos de algaradas de “ni una molécula de gas por Chile”, que tumbaran a un Presidente Constitucional. Es útil, además, a designios del puerto LNG en Perú, que ahora, ríanse, ofrece aumentar gas boliviano como vagón de cola a su caudal exportable. Con el bajón de gas natural de la fuga de inversiones con la nacionalización de hidrocarburos, quizá ya ni haya suficientes reservas. Falta nomás que Paraguay, que descubrió hierro en el Chaco, lo industrialice antes que el Mutún. Ya tienen su acería, hoy alimentada con cascote ferroso boliviano, por supuesto.
El autor es antropólogo
win1943@gmail.com

miércoles, 6 de febrero de 2013

Chile está lejos de aceptar "gas por mar" que le ofreció SEEM en la cumbre de Santiago. el resultado es, según Manfredo Kempff que Bolivia va quedando a la zaga de los corredores bioceánicos, viéndose preferencias en Argentina y Perú olvidando para siempre la geografía boliviana


Con el fin de no tener inconvenientes con Bolivia, Chile ha decidido transitar por el camino más largo; por el más costoso, menos integrador, pero que lo zafe de los permanentes encontrones con su vecino. Está claro que La Moneda ha desechado los beneficios que le significaría comprar el gas boliviano, como parte de un remoto arreglo de nuestra demanda marítima. Ha optado por adquirir el gas natural licuado (GNL) aunque sea de los confines más lejanos de la tierra, antes de someterse, ni remotamente, a una dependencia energética de sus vecinos -Bolivia y Argentina- que la ve como muy riesgosa.
Después de la llamada “guerra del gas” que acabó derrocando a Sánchez de Lozada y del posterior topetazo entre Carlos Mesa y Ricardo Lagos, a lo que siguió la zonza diplomacia de la “molécula”, Chile continuó firme con su proyecto de abastecerse de GNL, aunque le costara mucho dinero licuar el gas natural enfriándolo a menos de 160º C, transportarlo en barco, y volverlo a regasificar. Argentina ya le había fallado por esos días en el suministro, así que no había mucho qué escoger. Más de 1000 millones de dólares le costó a Chile la planta de Quintero. Caro pero seguro, habrán pensado los chilenos.
Parece que estas cosas o se toman a la ligera o simplemente no se le advierten a S.E. Porque si él hubiera conocido la historia del GNL, tal vez habría evitado los desplantes del presidente Piñera. S.E. no hubiera necesitado provocar sonrisas socarronas entre sus colegas, sacando cuentas, inocentemente, de los ahorros que obtendrían las familias chilenas comprándonos gas barato y sobre los 900 millones de dólares que economizaría Chile, que sólo les importa a ellos. Los transandinos han elegido el camino más largo, pero el más confiable y seguro, así que si algún día nos compran gas será para abastecer sus regiones deprimidas del norte, pero ni pensar en una operación en gran escala como la que hicimos con Argentina y Brasil.
El gobierno del Estado Plurinacional se ha molestado mucho con las críticas que se le hicieron a S.E. luego de su visita a Santiago. Poco ha faltado para que se acusara de traidores a quienes reprobaron el planteamiento presidencial y lo manifestaron públicamente. Pero la verdad es que nadie supo que S.E. o que el Canciller hicieran alguna consulta, algún sondeo diplomático, algún lobby, para evitar el sopapo. Si se hubiera preparado algo tal vez, estando presentes en la reunión de la CELAC las naciones del ALBA, se habrían obtenido algunos aplausos, algún gesto de aprobación a lo dicho por S.E. y no solamente muecas burlescas.
Leyendo El Mercurio de Santiago nos hemos encontrado con otro asunto que se debe manejar con sumo cuidado y que ojalá no irrite a los zalameros de siempre. Se trata del corredor bioceánico que cruzará nuestro territorio uniendo los dos océanos. Esta es una obra monumental, que ha demorado décadas en construirse; que será inaugurada con wiphalas, coca, chicha, charanga, y malos discursos, seguramente; que va a beneficiar tanto a Brasil como a Bolivia y a los vecinos del Pacífico, a Chile en especial. Pues bien, hay que andarse con cuidado, porque en este tema vital, Chile puede optar también por el camino más largo.
No sabemos cuál será la fórmula, pero si los tramos bolivianos del corredor se manejan como el resto, el asunto no va a funcionar; pocos días de gloria tendrá la ruta bioceánica para nuestro país. Si los cocaleros bloquean un día en Yapacaní y otro en Chapare, si los “sin tierra” obstruyen el paso en Pailón o San Julián, si los movimientos sociales construyen barricadas de piedras Challapata, se va a paralizar el tráfico millonario de los “trailers” brasileños que irán hacia el Pacífico cargados de soya o de los chilenos colmados de salmón o fruta que correrán raudos hacia el Atlántico. ¿Podríamos imaginar tres mil camiones brasileños repletos de granos esperando que a cuatro gatos se les obedezca para que cultiven más coca o se les permita ocupar tierras ajenas? ¿O que el salmón chileno empiece a heder porque violaron a una jovencita?
Según El Mercurio, algunos periodistas chilenos ya han observado que no se les vende combustible a vehículos con patente extrajera, si falta la “factura internacional”. Suponemos que Bolivia, con razón, no quiere vender a foráneos su gasolina a precio subvencionado, pero alguna solución se le debe dar al problema. Luego hay que ver eso del cobro atrabiliario en las trancas fantasmas. También el trato descomedido y torpe de las brigadas antinarcóticos que revisan hasta debajo de los asientos y que demoran al viajero.
Para muestra hacemos notar líneas de un editorial de El Mercurio que dice: “Si Bolivia no activa su interés por participar en esos corredores bioceánicos, corre el riesgo de que estos, cuando se establezcan, se desplieguen por vías más largas pero más expeditas, sin su participación…”. Se debe tener en cuenta que Argentina tiene interés de que la ruta bioceánica pase por Mendoza y que existe otro corredor que pasa por Perú, rozando el norte de Bolivia.

lunes, 4 de febrero de 2013

Oswaldo Pareja nos recuerda la tesis sustentada por Ricardo Anaya en el tema marítimo que nunca fue debatida a fondo y es la de "Arica Trinacional" Bolivia, Chile y Perú desechando enclaves y corredores y creando un ente compartido, representado por los tres que harían un gobierno igualitario


La política internacional de Bolivia de exigir a Chile y a los organismos internacionales se respete el derecho que Bolivia tiene de una salida soberana al mar, ya sea por la devolución de todo o parte del territorio perdido en la Guerra del Pacífico o a través de un corredor que permita nuestro acceso al mar es inviable porque generaría la ruptura de la continuidad del territorio que tiene actualmente Chile. Por eso, consideramos que una propuesta adecuada para la recuperación de nuestra salida al mar debe estar basada en un enfoque filosófico político capaz de generar procesos de integración, paz y desarrollo, no sólo de Bolivia, Chile y Perú, sino de todos los países del continente sur americano.
Los planteamientos para demandar la recuperación de nuestra salida al mar deben estar basados en la propuesta de “Arica Trinacional”, formulada por el Dr. Ricardo Anaya en base al concepto de integración, paz y desarrollo entre los países involucrados en la Guerra del Pacífico, a través de la internacionalización de Arica, donde se crearía un polo de desarrollo compartido por Chile, Bolivia y Perú.
Hay que aclarar que “internacionalización” es una figura jurídica en virtud de la cual ninguno de los países que la admiten ejerce soberanía absoluta en el territorio internacionalizado, sino, por el contrario, dicha soberanía es compartida por los países que pacten esta co-soberanía, a través de un Código Constitutivo de derechos y deberes y organización de un aparato administrativo. Según el Dr. Anaya, el Código Constitutivo debería calificar el área trinacional (Arica) como área de paz, integración, y desarrollo, y debe estar precedida por un estudio económico, social, político y cultural del Área Trinacional, comprendida entre los grados 17 y 19 de latitud sud, con una extensión de costa marítima de 227 kilómetros, y una superficie de 15.450 kilómetros cuadrados.
Las ventajas geopolíticas de la ubicación de Bolivia en el continente sudamericano hacen que sea una tierra de contactos y no de antagonismos. Por eso Bolivia debe utilizar sus características y ventajas geopolíticas para una activa participación en el desarrollo solidario y mancomunado del polo de desarrollo de Arica Trinacional. En efecto, Bolivia es un país de gravitaciones múltiples sobre cuencas hidrográficas, y también de sistemas de comunicación, pues es un nexo obligado de contacto entre los océanos Pacífico y Atlántico.
La tesis de las gravitaciones múltiples formulada por el Dr. Ricardo Anaya es un serio y razonado planteamiento geopolítico, que debe ser la base de la diplomacia boliviana en sustitución de las tesis restitutivas de nuestro derecho al mar, o las propuestas de enclaves o corredores.
La propuesta del Dr. Anaya supone que Bolivia y Perú, dejando atrás resentimientos justificados pero infecundos, y Chile sus arrogancias innobles, conjuguen esfuerzos para generar un proceso de desarrollo en el área trinacional que contribuyan al desarrollo económico complementario de los países pactantes: Bolivia, Chile y Perú. Definitivamente las soluciones para conflictos intracontinentales deben estar basadas en una perspectiva americanista como la tesis de Arica Trinacional, que haga de ésta área un polo de integración, paz y desarrollo.
El autor es ingeniero

domingo, 3 de febrero de 2013

Carlos Valverde se refiera al CELAC y a Evo en una actuación desorientada porque las cosas no se hacen con seriedad en el tema del retorno al MAR


Nuestro presidente se quejó porque Chile no cumple el Tratado de 1904 y exigió que lo haga. Pero, ¿sabe el presidente Morales que el documento contiene el siguiente texto?: “Por el presente Tratado, quedan reconocidos del dominio absoluto y perpetuo de Chile los territorios ocupados por este en virtud del artículo 2.º del Pacto de Tregua del 4 de abril de 1884”. Pareciera que no lo conocía, porque de conocerlo antes de la reunión de la Celac, difícilmente se hubiera permitido el lujo de detenerse tanto tiempo reclamando a Chile, dado que exigir el cumplimiento del tratado implica reconocer la cesión definitiva de los territorios ocupados tras de la Guerra del Pacífico por parte de nuestro vecino trasandino. Salvo que la intención de la queja haya sido el argumento para denunciar, en el futuro, el tratado y renunciar al mismo, planteando a Chile llegar al arbitraje en La Haya.
El Gobierno perdió demasiado tiempo en el tema porque comenzó su gestión confiando en el carisma de Evo y la diplomacia del fútbol, por encima de la política reivindicacionista y de la multilateralidad, la que no debimos abandonar nunca, porque tenía tiempo y además incomodaba a Chile.
Chile no se mueve de su lugar: debate ‘el’ Tratado de 1904 y no da lugar a nada por fuera. Por su parte, los que escuchan a Bolivia protestar, a lo más que llegan es a sugerir que el mismo se cumpla y a que se “llegue a un acuerdo”. Claro, Chile sabe que discutir el tratado es reconocer su vigencia y asume que “sus derechos de dominio perpetuo” están absolutamente vigentes.
He sido y soy crítico de la diplomacia de la pelota y del amiguismo porque esto no se arregla por afectos o desafectos, sino por la vía de políticas sostenidas y coherentes. Esa diplomacia nos llevó a un ‘diálogo’ de 13 puntos en el que el tema marítimo era el último de la agenda y así nos sigue yendo.
Evo sigue perdiendo el tiempo, aunque en el último partido jugado en Chile haya “empatado” y “no perdido como la única vez”. Por eso estamos como estamos: mientras Chile hace las cosas con seriedad, nosotros tenemos a un presidente que anda en otra