miércoles, 30 de julio de 2014

Marcelo Ostria con una large trayectoria diplomática se refiere a Heraldo Muñoz, canciller chileno quién no deja pasar ocasión para distorsionar la historia y negar que Chile alguna vez hubiese pensado en avenirse a un arreglo con Bolivia, esto a propósito de la gestión legal y diplomática de nuestro Gobierno ante la Corte Internacional

Autoridades chilenas siguen repitiendo que, con Bolivia, su país no tiene ninguna cuestión territorial pendiente, pues el Tratado de 20 de octubre de 1904 fijó definitivamente los límites entre ambas naciones. Se agrega que Chile es respetuoso de los tratados, y que estos no son revisables.

El actual canciller chileno Heraldo Muñoz, cuando se desempeñaba como Subsecretario de Relaciones Exteriores, presidió la delegación de su país ante la Asamblea General de la OEA, reunida en 2001 en San José, Costa Rica, y en una eufórica intervención expresó que, si en veinte años le tocara nuevamente intervenir en un foro similar, seguiría, como siempre lo había hecho, negando la posibilidad de un acuerdo con Bolivia para solucionar la mediterraneidad con una cesión territorial.
Muñoz no tuvo que esperar dos décadas: persiste en sus forzadas negativas cuando aborda el problema marítimo de Bolivia. A la agresividad, añade la distorsión histórica: insiste en que esa política fue constante en Chile desde que se suscribió el mencionado tratado de 1904, y se propone que siga incólume.  que esto no es verdad; Chile aceptó en varias oportunidades la posibilidad de una cesión territorial negociada. Documentos históricos desmienten el embuste de que La Moneda tuvo una política invariable sobre la mediterraneidad de Bolivia.
Precisamente en estos antecedentes se  la demanda de Bolivia presentada en la Corte  de  de La Haya. Se exige que Chile se avenga a negociar, de buena fe, la solución de la mediterraneidad de Bolivia, haciendo honor a ofrecimientos pasados. Esto se apoya en la teoría –hay jurisprudencia de su aplicación– de los actos propios o unilaterales, o sea en la  jurídica llamada Estoppel. Esto nada tiene que con la pretensión del  de Michelle Bachelet de que la Corte de La Haya se declare incompetente para conocer el caso planteado por Bolivia, que no ha demandado la nulidad ni la modificación de ese “santo” tratado.
De lo que se trata es que, en aplicación de la teoría de los actos unilaterales, Chile se avenga a negociar con Bolivia una cesión de un territorio que, con continuidad, la vincule con el Pacífico. Habrá que recordar que los últimos ofrecimientos chilenos en 1950 y 1975, estaban en un territorio ajeno a lo dispuesto por el tratado de 1904. Por ello, habría que consultar con el Perú, pues ese territorio le perteneció hasta 1879.
Las argucias de Muñoz para no honrar la palabra empeñada, no tienen límites.

martes, 15 de julio de 2014

Chile presentó las objeciones legales para impugnar a Bolivia ante la Corte Internacional en su demanda por la Reivindicación Marítima. 5 meses para responderle al usurpador.

Chile presentó hoy ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) objeciones con las que impugnará la competencia del máximo órgano judicial de la ONU a la demanda con la que Bolivia reclama una salida al mar.

Según informó la cancillería a La Tercera, el agente chileno Felipe Bulnes junto al coagente Claudio Grossman llegaron a las 10:30 horas de Holanda (5:30 de la mañana en Chile) al Palacio de La Paz, en La Haya, para presentar el documento de objeciones preliminares frente a caso.
En tanto, se espera que a las 10:45 hora chilena, el canciller Heraldo Muñoz se refiera a la impugnación de la competencia de la corte solicitada por Chile.
Bolivia entregó el pasado 15 de abril la memoria en la que detalla las razones de su demanda, donde pide que el tribunal obligue a Chile a negociar "de buena fe" una salida con "soberanía" al océano Pacífico.
Según establece el reglamento de la Corte, el país demandado puede solicitar la incompetencia de la corte, ya sea mediante excepciones preliminares o bien mediante la contramemoria, cuyo plazo vencía el 18 de febrero de 2015. Chile optó por la primera alternativa, lo que fue anunciado por la Presidenta Michelle Bachelet el lunes pasado.
Si bien no se conoce el escrito que presentará el equipo chileno, uno de los argumentos que contendría es que la demanda boliviana apunta a modificar los límites existentes entre ambos países, tema que fue zanjado en el tratado de 1904, que es previo a la jurisdicción de la corte, que comienza desde 1948. Adicionalmente, Chile asegura que se ha dado "pleno" cumplimiento al tratado entre ambos países, garantizando un acceso preferencial a los puertos chilenos.
Para efectos de comunicar el cumplimiento del tratado, el Ministerio de RR.EE dio a conocer en las semanas previas un documento sobre los "mitos" y "realidades" de la demanda boliviana, la que ha sido calificada como "comunicacional".
Con la presentación del escrito de excepciones preliminares, el juicio con Bolivia se paraliza para iniciar un nuevo proceso en particular sobre la competencia de la corte.
Según expertos consultados por La Tercera los escenarios que se abren para Chile son variados, y dependen de cuántas objeciones se presenten y cuál será la postura que tome Bolivia, además de las opciones que tiene el tribunal internacional, entre las que se cuentan el que acepte o niegue la solicitud de incompetencia, o que la admita parcialmente, caso en que seguiría adelante el juicio por el tema de fondo planteado por el país altiplánico.

miércoles, 9 de julio de 2014

Michelle Bachelet "defeccionó" en lugar de enfrentar a la CIJ, le quita el cuerpo al bulto. sale por bambalinas, quiere desaparecer del entramado. según LT la reacción era de esperar. Evo replicó y confía en La Haya.

La decisión de Chile de objetar la competencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para procesar la demanda boliviana en su contra era previsible, procedente, pero conservadora. Procedente, porque por principios jurídicos universales, en un juicio las partes tienen el derecho de objetar competencias, como explicó en Puntos de Vista un reconocido abogado. Pero, conservadora porque al asumir esta postura, Chile pierde una nueva oportunidad de saldar diferencias con un país vecino con el que, si no hubiera el obstáculo del enclaustramiento, podría mantener excelentes relaciones porque, incluso pese al importante diferendo, tiene complementariedades importantes.
Es más notoria esta defección cuando muchas personalidades lúcidas del vecino país más bien sugirieron inaugurar una  nueva etapa con Bolivia proponiendo, por un lado, no asumir las posturas triunfalistas que caracteriza a muchos sectores chilenos en este tema, y, por el otro, aprovechar la oportunidad, como se ha señalado, para transitar el camino que conduzca a acuerdos de amplio alcance con Bolivia.
Tan es así que pese a la retórica del estamento gobernante de que en el campo de la política exterior prima una visión de Estado en Chile, incluso un periódico como El Mercurio, que tradicionalmente expresa a las posiciones más conservadoras y retrógradas de la Cancillería chilena, sostiene  que prevaleció “la decisión de la Presidenta de la República sobre la opinión de quienes sugirieron que la alegación de la falta de competencia se debía incluir en la contramemoria, reforzando el contexto de esa presentación y los alegatos posteriores. Se argumentaba también que la postergación evitaba el riesgo de un rechazo que le concedería una victoria procesal a Bolivia”.
Pero, también hay que anotar que El Mercurio lanza una velada amenaza: “Estos argumentos nos parecieron siempre discutibles porque nadie puede garantizar un fallo favorable o desfavorable en uno u otro caso, y más vale saber desde los inicios si la Corte se arrogará o no una competencia que no le pertenece y que Chile desconoce”.
La respuesta del Presidente de Bolivia ha sido contundente. Ratifica la legitimidad de la demanda presentada, destaca las contradicciones de Chile en relación a nuestro enclaustramiento y asegura que el país “mantiene su confianza en la Corte y sus jueces, los únicos competentes para resolver este incidente también en el concepto de que la Corte resuelve pacíficamente las controversias reparando las injusticias a través del derecho internacional”.
En cuanto al proceso, una vez que Chile presente las “objeciones preliminares”, se suspende el juicio de fondo y se abre un “mini juicio”, con participación de las partes. El proceso puede durar hasta un año y medio, cuando la CIJ emita una resolución. Si acepta la objeción, termina el proceso; si la rechaza, éste continúa.
En todo caso, no está demás lamentar la defección política y social de la mandataria chilena en un tema en el que podría emerger como una líder continental. Más bien, decide sucumbir ante lo más tradicional de su país, como demuestran, por lo demás, las reacciones de sus líderes políticos ante la declaración del presidente Evo Morales.