miércoles, 25 de agosto de 2010

Chile muy por encima del Estado Pluri...moderno, capitalista y occidental pone todo a favor de sus ciudadanos. aquí no podemos apagar incendios

Cuando los hechos deciden hablar por sí mismos, no existe discurso “plurinacionalista”, “pachamamista” o “evista” que valga.
Muchas son las afirmaciones demagógicas que, a tono con otros gobiernos representantes del tercermundismo, como el de Venezuela, ha hecho y hace el gobierno boliviano respecto de la República de Chile.

Referencias a un supuesto sometimiento al imperialismo y al “satánico” modelo neoliberal, desprecio hacia su dinámica económica capitalista y de mercados libres, son algunos de los elementos que se incorporan en el discurso oficial cuando de hablar de Chile se trata.

Sin embargo, todo ello es refutado y queda sin efecto cuando la realidad demuestra que todo el camino recorrido por la República de Chile hasta hoy, la ha puesto en un sitial que está muy por delante del lugar en el que se encuentra el Estado Plurinacional de Bolivia. Los hechos son los que terminan por desbaratar e invalidar cualquier tipo de desdén con el que se quiera mirar a un país que día a día demuestra su excelencia, como es Chile.

Mientras que Bolivia carece de las capacidades mínimas para proteger sus reservas forestales y biológicas del fuego, presenciando cómo alrededor de 25.000 focos de calor extinguen más de millón y medio de hectáreas de biodiversidad sin poder hacer nada, y mientras que clama por ayuda a Brasil y Argentina para sofocar los incendios, la República de Chile continúa viento en popa el rescate de 33 mineros atrapados en un yacimiento de oro y cobre, por sus propios medios, mostrando autonomía para resolver responsablemente cualquier desastre que se le ponga en frente.

Mientras que el presidente Sebastián Piñera anuncia que se ha establecido comunicación con ellos, y que se encuentran en buenas condiciones dentro de un refugio preparado para emergencias entre tanto se prepara una nueva sonda para mejorar la comunicación, y poder proveerles de agua y alimentos especiales hasta su rescate, la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, admite su total incapacidad para controlar el desastre ambiental boliviano, anunciando que sólo las lluvias podrán apagar los incendios.

La República de Chile, moderna, capitalista y occidental, pone la tecnología al servicio del hombre, y utiliza los avances de la ciencia para completar los pasos: comunicación, alimentación y rescate.

El Estado Plurinacional de Bolivia, anticolonial, antiimperialista y comunitario, no cuenta con recursos tecnológicos ni científicos para salvar su biodiversidad y, aparentemente, tampoco cuenta con dioses incas, originarios e indígenas que, a través de ritos sagrados, k’oas y sahumerios con coca, callahuayas y amautas mediante, logren hacer llover sobre los incendios para salvar la honra de la “madre tierra”.

En los últimos años, Evo Morales se ha presentado ante la comunidad internacional pretendiendo que su moral, valores y principios serían superiores a todo lo logrado por occidente. Ha pasado por instituciones y foros internacionales con un aire de superioridad, menospreciando a todo país que no esté alineado con su delirante ideología pero, sin embargo, no es capaz de salvar a la pachamama de ser quemada.

El gobierno chileno, en cambio, se dedica a asumir sus propias responsabilidades sin fijarse demasiado en lo que otros hacen o dejan de hacer, y sin tratar de dar lecciones de moral o gobierno a los demás países. Los hechos han hablado.

El autor es analista político. | lizandrocolmos@gmail.com

lunes, 16 de agosto de 2010

Demasiado suave y generoso el cuestionario de La Razón al Canciller. no profundiza la agenda 13 que "no admite soberanía" vamos a ir gradualmente...


El Canciller David Choquehuanca atendió en su despacho a La Razón. Por casi una hora habló sobre la nueva política diplomática que encara el Gobierno con los países. Se refirió específicamente a Chile, Estados Unidos y Perú. Destacó los logros que consiguió el país en materia diplomática pues varias de sus propuestas fueron consideradas y aprobadas en distintos organismos internacionales, como la resolución de las Naciones Unidas que declaró el agua como un derecho humano. Cuelga el teléfono y anuncia que debe reemplazar al presidente Evo Morales en un acto. Se sienta y con una amable sonrisa, el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, comienza el diálogo con La Razón, en el que revela que la estrategia boliviana para solucionar el conflicto marítimo con Chile es avanzar gradualmente en la recuperación de un territorio soberano de salida al océano Pacífico.

La posición fue mencionada en medio de declaraciones de autoridades chilenas que aseguraron que la solución al conflicto centenario está cerca, aunque con la imposibilidad de otorgar soberanía por prohibiciones constitucionales de su país. El Canciller también habla de las relaciones con Estados Unidos y Perú, además de evaluar los más de cuatro años de su gestión al frente del ministerio.

- ¿Cómo evalúa la relación con Chile, cree que en su gestión se logró algún avance en la temática marítima? - Ya han pasado más de 100 años y durante este tiempo no hemos discutido oficialmente el tema marítimo con Chile. Apenas llegamos nosotros al Gobierno hemos logrado incorporar de manera oficial... Hemos decidido construir la confianza mutua porque creemos que tenemos que generar un espacio, un momento propicio para abordar con confianza este tema que es tan sensible para Chile como para nosotros y hemos decidido no politizar este tema, sino encarar con responsabilidad, no generar falsas expectativas sino trabajar responsablemente y estamos avanzando positivamente. En la última reunión, ya en la gestión del presidente (Sebastián) Piñera, se ratifica esta agenda donde está incorporado el tema marítimo... Estamos trabajando, no queremos generar expectativas, queremos ser responsables en este tema; sin embargo, hacemos conocer las actas de estos encuentros binacionales, de esta comisión mixta Bolivia Chile que está a la cabeza de los vicecancilleres y en la última reunión en la ciudad de La Paz, en el tema marítimo dice que ya estamos en tiempos de trabajar propuestas concretas, factibles y útiles. El presidente Piñera ha anunciado que hay una posible visita a Bolivia en noviembre de este año, ojalá podamos avanzar y se pueda anunciar resultados de estos avances, pero estamos encaminando positivamente. -¿Hay ya algunas propuestas de Bolivia y Chile para solucionar este conflicto? - En el tema marítimo con Chile hemos dicho que no vamos a trabajar a través de los medios de comunicación. Debo mencionar que ha habido avances con Chile y cuando consideremos oportuno los daremos a conocer a nuestros pueblos. - ¿Cómo califica la postura del presidente Sebastián Piñera frente a la que tenía cuando era candidato? - Nosotros no trabajamos con personas, trabajamos con representantes de Estado y el hecho de que haya ratificado la agenda de los 13 puntos la nueva administración encabezada por el presidente Piñera es muestra de eso, de que estamos trabajando seriamente este tema y el hecho de que el presidente Piñera haya ratificado (la agenda) es porque está recogiendo el sentimiento de nuestros pueblos. En Chile, si nosotros analizamos qué pensaban las Fuerzas Armadas hace cinco años atrás y cuál es la opinión de las Fuerzas Armadas para resolver este tema ahora, vamos a encontrarnos con respuestas bien positivas para Bolivia. Empresarios, académicos, estudiantes, pueblo, organizaciones hoy hablan de mar para Bolivia; hemos avanzado harto y los gobiernos simplemente reflejan este sentimiento de los gobiernos. - ¿Considera que usar el término soberanía complica la negociación con Chile? - Nosotros tenemos un mandato, no podemos ir contra la Constitución Política del Estado, pero vamos a ir avanzando gradualmente, gradualmente en todos los temas. Ya conocerá el pueblo boliviano cuando presentemos (la propuesta de acuerdo) cómo vamos a avanzar gradualmente para tener acceso a las costas del océano Pacífico. - En el caso del Silala, ¿ya hay una respuesta?, ¿se va a firmar el acuerdo? - Hemos logrado concluir un acuerdo inicial que lo hemos puesto en consideración del pueblo boliviano. El departamento de Potosí, las organizaciones de Santa Cruz, de todas partes, nos han solicitado que podamos nosotros incorporar el problema de la deuda histórica... Vamos a trabajar, se va a establecer un grupo de trabajo, para sentarnos nuevamente para ver el tema del Silala, estamos en ese momento. - Hubo versiones de prensa en sentido de que Chile había descartado el preacuerdo del Silala. ¿Conoce algo del tema? - No hay que creer en versiones de prensa (sonríe), nosotros tenemos comunicación oficial, eso es lo que vale. Ambos gobiernos hemos concluido ese acuerdo inicial y ambos gobiernos teníamos que, de manera soberana, ver cómo llevamos adelante la socialización. Ellos han manifestado que estaban conformes y nosotros hemos propuesto el tema de la deuda histórica y nos hemos puesto de acuerdo para sentarnos (nuevamente) en una mesa de diálogo. - En este momento, ¿se puede hablar de vender gas a Chile? - Yo no soy el ministro del área, en la agenda de los 13 puntos no está el tema gas, pero no significa que no podemos hablar nosotros de ese tema en algún momento. EEUU. El Canciller se refirió también a la relación con Estados Unidos, aseguró que se avanzó en más del 90 por ciento de acuerdo de relacionamiento. - ¿Cómo evalúa la relación con Estados Unidos? - Con Estados Unidos hemos decidido tener una relación de respeto mutuo. En el pasado hemos tenido lamentablemente una relación de sometimiento hacia los Estados Unidos; si miramos un poco atrás vemos cómo desde la Embajada se definían quiénes van a ser los ministros en las diversas áreas, no había un control sobre la cooperación y, viendo estos antecedentes, hemos decidido que la cooperación tiene que ser definida de Estado a Estado... Gracias a la decisión de los gobiernos de Estados Unidos y de Bolivia estamos trabajando un nuevo acuerdo marco, y el título de este nuevo acuerdo es Acuerdo Marco entre Bolivia y Estados Unidos de Respeto Mutuo. - ¿Qué se establece en ese acuerdo marco? Se establecen principios, luego se define que la cooperación debe ser de Estado a Estado; las áreas geográficas las identificamos de Estado a Estado, los ejecutores definimos de Estado a Estado, además es en el marco de las legislaciones nacionales; en el pasado teníamos un acuerdo marco que no contempla estos elementos, queremos tener relaciones con todo el mundo y con Estados Unidos queremos mejorar las relaciones, pero queremos relaciones no de sometimiento, no de intromisión, queremos relaciones de respeto a las leyes nacionales, de respeto a la soberanía, queremos que la cooperación ayude a alcanzar los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo y además que sea definida de Estado a Estado. Estamos trabajando, ellos están analizando en sus respectivas oficinas y seguramente en estos días nos van a hacer llegar las últimas propuestas. Una vez que terminemos este acuerdo vamos a poner en consideración del Gobierno boliviano y ellos pondrán en consideración de su Gobierno. - ¿Cuándo se firmará el mencionado acuerdo? - Depende, estamos esperando la respuesta de los Estados Unidos, una última versión. Hay avance de más del 90 por ciento, ya sólo faltan pequeños detalles de forma que tenemos que resolver en el acuerdo final. - Inmediatamente se firme el acuerdo, ¿se repondrá a los embajadores? - No queremos adelantar, queremos primero firmar el acuerdo marco, desde luego que una vez firmado el acuerdo marco, teniendo reglas claras en nuestra relación, tienen que volver los embajadores. - En el acuerdo ¿se trabajó para recuperar el ATPDA? - Con Estados Unidos tenemos que trabajar un acuerdo comercial de largo aliento, necesitamos tener nosotros el mercado norteamericano porque es importante y en el acuerdo se establece que tenemos que trabajar un acuerdo comercial de largo aliento. Perú. Otro de los temas que abordó el Ministro de Relaciones Exteriores fue la relación con Perú. Aseguró que pese a las diferencias políticas se encontró la ruta para que los gobiernos de Evo Morales y de Alán García caminen juntos. - ¿Se ha superado las diferencias con el Perú? - Es bueno que existan diferencias, si a la ciencia no se la contradice, la ciencia no avanza y siempre hay diferencias con todos los países; ni las dos gotas de agua son iguales, no podemos pensar igual, pensamos diferente, tenemos diferentes niveles de desarrollo, tenemos diferentes visiones económicas, tenemos diferente filosofía, ellos están con los tratados de libre comercio, nosotros estamos con la propuesta de comercio complementario, justo, entonces siempre hay diferencias. El asunto es reconocer estas diferencias, respetar estas diferencias y a pesar de tener diferencias poder caminar juntos. Es importante para nosotros consolidar las relaciones con los países vecinos, queremos mejorar todos los días la relación. - ¿Se llegó a algunos acuerdos con ese país? - Con Perú hemos establecido una agenda de varios puntos, tenemos varios temas que abordar y encontramos una apertura, una actitud muy positiva del actual Embajador (Manuel Rodriguez Cuadros) que ayuda a que nuestras relaciones puedan mejorar, podamos abordar en el marco del diálogo todos los problemas. gestión. Tras cuatro años y siete meses de estar a la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores, Choquehuanca reveló los problemas que tuvo que enfrentar, pero también sus logros y las tareas que debe encarar. - ¿Cómo califica los cuatro años de su gestión? - Primero han sido cuatro años de aprendizaje, de nuevas experiencias, de conocimiento de la realidad nacional e internacional, de manejo de temas relacionados con la política exterior... Ahora nuestros embajadores no solamente están en las cenas diplomáticas, sino tienen una relación activa con grupos de la sociedad civil... Hemos tenido varios logros... entre ellos podemos mencionar que Naciones Unidas haya reconocido al planeta como la Madre Tierra... Se ha logrado una resolución de que el agua y el saneamiento básico son derechos humanos. - ¿Cuáles son los principales obstáculos que ha enfrentado en esta cartera? - Ha habido varios problemas como que de pronto nos encontramos con falta de políticas (de Estado)...Todavía no estamos organizados, no tenemos profesionales que tengan capacidad de seguimiento, que quieran a Bolivia y, por la falta de capacidad de seguimiento, muchas veces perdemos oportunidades. En la Cancillería no encuentro abogados internacionalistas, tenemos que contratar muchas veces bufetes internacionales para encarar estos arbitrajes internacionales o para analizar algunas demandas que nosotros podemos hacer, es decir, carecemos, no hemos formado equipos cualificados en diferentes áreas, no sólo estoy hablando de Derecho Internacional, es decir, no tenemos especialistas, expertos que puedan ver Latinoamérica; por ejemplo, no tenemos un experto que esté viendo todos los días, que conozca muy bien (la temática de) Chile, tenemos dificultades, necesitamos cualificar a nuestro personal. En la Cancillería se supone que todo el mundo, ya que son egresados de la academia diplomática, deben hablar inglés, francés, alemán, idiomas, pero de pronto nos encontramos que no dominamos estos idiomas. ¿Cuáles son sus retos? - La Constitución Política del Estado nos da tareas, tenemos que readecuar todos los tratados internacionales a la Constitución, tenemos que adecuar los tratados de inversión, tenemos que ver cómo se implementan las autonomías en torno a las relaciones exteriores, hacer conocer la diplomacia de los pueblos.

domingo, 15 de agosto de 2010

Salazar Paredes parece vislumbrar un acuerdo con Chile que pase por el trueque y la carencia de "soberanía" (ver a la derecha nuestra opinión)

vuelve a la carga Fernando Salazar. que se debe aceptar el canje. insistimos que no. que sería claudicar. ver nuestra opinión a la derecha

Tradicionalmente, se pretende una salida libre y soberana al Pacífico. Una solución que no sea soberana es considerada inaceptable. Chile alega que está impedido a ceder soberanía de cualquier parte de su territorio y, por tanto, ello imposibilita que nuestra pretensión sea atendible. Según esta limitación, nadie puede arrogarse la facultad de disminuir el territorio chileno. Ello se reflejó cuando Pinochet, que tenía la suma del poder durante la negociación de Charaña, tuviera que recurrir al resorte del canje territorial para viabilizarla.
Si Chile accediera a ceder una franja territorial al sur de la línea de la concordia, esta solución tropezaría con la posición peruana apoyada en el Protocolo entre Perú y Chile de 1929 que hace expresa referencia a los territorios bajo sus “soberanías”. La experiencia nos demuestra que Perú ha buscado este argumento para empantanar no sólo las soluciones, sino también las menciones a posibles soluciones, como es el caso de las reservas o declaraciones que efectuó después de apoyar las resoluciones sobre el tema en la OEA.
Así, el obstáculo que impide avanzar en la solución del problema marítimo es el concepto de soberanía territorial que cada uno de los tres tiene y cómo lo maneja. Bolivia aspira —y lo considera un derecho— contar con salida soberana. En más de cien años no ha podido conseguir que Chile acceda, como reparación histórica, la salida soberana. Cuando se avanzó en este aspecto, la consulta al Perú impidió el avance hacia la solución. En la negociación de Charaña, Chile estuvo llano a encontrar una solución, aunque tuvo condicionantes que Bolivia no quería, ni podía, en ese momento aceptar: canje territorial.
Si Bolivia pudiera poner a un lado, aunque sea momentáneamente, el tradicional concepto de soberanía, la solución podría estar más cerca de lo imaginable. Si Chile no tuviera en su derecho interno el obstáculo que le impide la enajenación de soberanía en territorio a ser cedido a Bolivia, la solución sería practicable. Si Perú hubiera dado su consentimiento en Charaña, hace más de un cuarto de siglo que el problema tal vez hubiera estado resuelto.
Chile añadió la exigencia de canje territorial como una forma de superar la limitación jurídica interna y viabilizar, desde su perspectiva, la solución. La aquiescencia del Perú talvez hubiera sido insuficiente por la exigencia chilena del canje territorial.
En las relaciones internacionales priman los intereses. El interés del Perú es obvio y legítimo, quiere recuperar lo que fue suyo antes de que ese territorio sea cedido a un tercero, aunque éste haya sido su aliado en la contienda bélica que dio lugar a nuestro enclaustramiento geográfico.
Más allá de la utopía integracionista, la historia nos enseña que la solución posible al problema marítimo boliviano no pasa por un asentimiento peruano que, por razones internas y —por qué no decirlo— patrióticas, está imposibilitado de darlo.
Sólo quedaría por examinar una posible solución bilateral entre Chile y Bolivia en la que cada uno, por su parte, debe tratar de vencer el escollo emergente del tradicional concepto de soberanía territorial, aspecto medular que aleja la posibilidad de una solución equitativa al problema. Ésta sería la premisa para llegar, efectivamente, a lo que el Ministro de Defensa de Chile califica como el gran momento para resolver el tema marítimo con Bolivia en base a “soluciones factibles y realistas que puedan satisfacer las aspiraciones bolivianas, pero a la vez cautelar los intereses chilenos”.
fesapabol@gmail.com
Internacionalista
Fernando Salazar Paredes

sábado, 14 de agosto de 2010

desde Los Tiempos Gonzalo Mendieta Romero se refiere a las RRII con Chile y la visita de Piñera en octubre venidero

Los guiños de personajes chilenos, así como la futura visita del Presidente Piñera, revelan que con Chile estamos en punto caramelo. En este asunto, el gobierno ha tenido respeto por la experiencia histórica --una excepción--, antes que por sus obsesiones.

Contra la más fiera tradición nacionalista, con cuyos motivos suele alinearse, Evo optó por una vocación “practicista”, en la jerga que dividía hace un siglo a pragmáticos e integristas. Lo muestra, por ejemplo, la orfebrería del Artículo 267 de la Constitución.

En él, se cuidó de demandar sólo el territorio que dé acceso al mar, sin señalar cuál. Así, a tiempo de conservar un pie en la historia, puso otro en las posibilidades. Es difícil, empero, mantener esa comodidad. Sólo una posición pública resuelta puede liderar una solución.

El Embajador Gutiérrez, relatando las negociaciones de 1975, quizá con el ojo en compota, decía de los chilenos: “… personas muy cordiales, muy simpáticas, dispuestas a todo en medio de los eufemismos que permite el lenguaje; en el fondo, y como conjunto nacional, duros y escurridizos, buscando soslayar lo que no sea absoluta y excluyentemente conveniente a Chile”.

Chile no es de las Hermanas de la Caridad, lo que no es traba para negociar, sabiéndolo. La demanda peruana en La Haya es la gran picazón de la cancillería chilena, a la que convienen sus últimos acuerdos con Ecuador y la adhesión boliviana --una vez abierto su apetito-- a la disputa por la delimitación marítima. Si se nos ofreciera una franja al norte de Arica, la postura peruana en La Haya nos afectaría: lo ha dicho antes Chile en voz alta, con razón.

No hay que ser águila para ver la táctica chilena de aislamiento del Perú. Y, sin embargo, Bolivia debe pensar en sí misma. Perú lo ha hecho siempre, tan fría y calculadamente como Chile. Claro que nuestros deseos no tienen que ser usados sólo como instrumento (Perú tiene la palabra si la salida pasara por territorio antes suyo).

Al tratar con Chile sucumbieron varios, pero las más duras negociaciones fueron de los gobiernos bolivianos con Bolivia. Chile, por eso, quiere un interlocutor boliviano con sustento y presume que lo tiene.

Banzer y Pinochet --mal que nos pese por sus credenciales-- llegaron al punto más cercano a un acuerdo. Si se reabre el debate del canje territorial, los potosinos podrían abundar en reacciones como las de estos días o las que el preacuerdo del Silala --ese globo de ensayo de la diplomacia-- provocó. La oposición agitaría las banderas del patriotismo para anotarle una derrota al gobierno. Quizás apócrifamente, se le atribuía a Walter Guevara afirmar que si Banzer llegaba a un acuerdo con Chile, “se quedaría treinta años”, razón suficiente para evitarlo. Los temores que ha desatado el gobierno pueden jugar, entonces, en su contra.

Para negociar internamente, además de lo que la rutina burocrática ordena (seminarios, medios, sondeos, etc.), el gobierno debería compartir, si aún puede, las mieles de una probable negociación triunfante, para atenuar sus riesgos. Es poco atractivo de aliado un régimen que, en menos de cinco años, ya se habitúa a apretar las clavijas a sus detractores; menos si su horizonte se amplía por el mar. Y aun así, ¿quién puede negar que el país precisa aliviar su trauma, archivando el arrobo de la frustración?

El mar fue siempre usado para acusar al régimen de turno. Los liberales lanzaron la arenga fácil contra Baptista por el Tratado de 1895, que era mejor que lo que aquéllos obtuvieron en 1904 y lo que Chile ofreció después. En 1920, los republicanos --rama disidente y plebeya del liberalismo-- acusaron al “practicismo” liberal, para concluir en una ineficaz petición a la Sociedad de Naciones. No ha sido fructífero abstraerse de la sicología nacional ni negar la constatación histórica.

La salida realista es necesaria, cuidando las palabras y los símbolos. Quizá esta máxima pueda ayudar a todos: “No hay límite a lo que el hombre puede hacer, en tanto le importe un comino quién se acredite el triunfo”.

El autor es abogado

domingo, 8 de agosto de 2010

Fernando Salazar aboga por Charaña como acuerdo básico para seguir negociando salida al mar (Ver nuestro comentario a la derecha)

El general Juan Emilio Cheyre, comandante del Ejército de Chile entre 2002 y 2006, ha declarado a La Tercera de Santiago: “Sin duda, el tema de Charaña es una solución que en su momento fracasó, pero que es viable, tiene lógica, hace sentido, supone beneficios para todas las partes… es viable porque satisface una aspiración boliviana. Debería estar basada en una compensación territorial y generar una complementariedad donde Perú también ganaría si abandona su tradicional lógica de que los intereses bolivianos no podrían ser satisfechos con territorios que en el siglo XIX pertenecieron a Perú. Tiene lógica porque no atenta contra los conceptos de soberanía. No se ceden gratuitamente, sino que en función de objetivos complementarios”.
Cheyre pone en mesa una alternativa que amerita ser analizada dentro de parámetros realistas, tomando como partida la negociación de Charaña de 1975 a 1978. Complementa sus declaraciones con una precisión certera: “Aspiraría a que Perú y su diplomacia no se constituyeran en un obstáculo para las soluciones y el mejoramiento de las relaciones entre Bolivia y Chile; que Bolivia aproveche las facilidades que de manera concreta le ha ofrecido nuestro país y que han fracasado porque hay un tercero (Perú) que se interpone con soluciones paralelas que terminan, por una parte, abortando la medida que se estaba tomando y, por otra, dándoles algo que tampoco es conveniente para ellos”.
Charaña, a pesar de sus actores y del momento político que se vivía en los tres países involucrados, fue una negociación boliviana que contó con una estrategia seria y decidida. Para el político acostumbrado a sacar réditos y no arriesgar nada en función del interés nacional o para el ciudadano común para quien la perspectiva histórica es aplastada por sus necesidades cotidianas, seguramente Charaña es una frustración más en nuestro anhelo de retornar al Pacífico. Para el profesional de las relaciones internacionales, Charaña tiene mucho de rescatable y sobre lo que se puede construir a futuro. También contiene errores muy grandes que deben ser tomados en cuenta en negociaciones venideras. Lo bueno y lo malo de Charaña es un componente valioso que no puede dese-charse.
Sea cual sea en el presente o en el futuro la estrategia marítima boliviana, es preciso tomar en cuenta las lecciones que dejó Charaña y mirar hacia el futuro con realismo y optimismo, con unidad de criterio y seguridad en los planteamientos. Ya son más de cien años desde que Chile nos sometió a un enclaustramiento geográfico y, a pesar de este largo tiempo, perdura el ideal colectivo de retornar al Pacífico. Charaña se inscribe dentro de ese ideal; no alcanzó la meta de resolver el enclaustramiento, pero se convirtió en un hito de esa búsqueda de mar. Charaña es un eslabón en esa cadena que busca romper el encierro; su mayor aporte es, tal vez, el haber concienciado mejor al país y a la comunidad internacional sobre el grave impedimento que atenta contra el desarrollo de Bolivia y contra la consolidación de la paz en la región. Fue un empeñoso proceso que resalta lo óptimo de una negociación pero también, y lo más importante, señala errores y criterios equivocados que nuestra diplomacia no debe repetir. En resumen, toda acción de política exterior boliviana en pos de su reintegración marítima no podrá, en el presente y en el futuro, ignorar lo que Charaña buscó, fue y no fue.

jueves, 5 de agosto de 2010

hace ya 11 meses habíamos publicado el siguiente artículo que tuvo repercusión relacionado con el tratado secreto entre Bolivia, Perú y Chile que JPF.

Mauricio Aira

Se ha puesto en el tapete “los tratados secretos” que surgen como resultado de la Guerra del Pacífico y que se tramitan y suscriben entre Chile y Perú para cerrarle el paso a Bolivia cuando llegado el caso demande una salida soberana al MAR. Veamos la opinión de los entendidos. Primero de Juan Pereyra Fiorilo que escribió sendos estudios sobre nuestra reivindicación marítima y que cita documentos de indudable factura para afirmar: en 1929, Chile firmó un pacto secreto con Perú (el veto de 1929) por el cual se repartió Arica para Chile y Tacna para Perú . Se señala que ni Chile ni Perú podrán, sin previo acuerdo, ceder a una tercera potencia (Bolivia) los territorios señalados. Carlos Mesa en ejercicio de la Presidencia de la República pronunció similar afirmación.

Por si alguno pone en duda que el tal acuerdo secreto existe nombramos a historiadores destacados, incluyendo algunos chilenos que lo testimonian: Roberto Querejazu Calvo que escribiera el libro más documentado y voluminoso Chile enemigo de Bolivia antes y después de la Guerra del Pacífico, Joaquín Aguirre Lavayén, Miguel Angel Di Cio, Horacio Andaluz, Ignacio López Merino, José Gamarra Zorrillo, además de Pereyra Fiorilo y Carlos Mesa mencionados arriba. No se puede poner en duda la existencia del acuerdo que como lo calificara acertadamente Walter Guevara Arce, “es la llave con que el Perú cerró las puertas de salida al mar (del candado) que nos puso Chile”.

Cuando los cívicos potosinos organizan la defensa de las aguas del rio Silala situado en la cordillera de Los Andes antes del “divortio aquarum” que divide los territorios y por tanto en pleno suelo boliviano, se advierte el traspié de la administración Morales que despliega a su canciller Choquehuanca con un discurso conciliador ante la tribuna patriótica de los potosinos. “No hay ningún acuerdo definitivo. Tenemos cuatro años para negociar. Lo preliminar siempre se puede mejorar” y otras explicaciones parecidas que han logrado el efecto contrario a tranquilizar, han alborotado más aún el profundo sentimiento anti-chileno de las masas, quéchuas y aymaras que viven a lo largo de la extensa frontera con Chile. La duda persiste, pese a las reuniones con delegados del gobierno y cuando se ha declarado una huelga de hambre para conseguir hablar con el Presidente éste anunció que los recibiría. Un ingrediente extra contiene la declaración del Presidente García “es posible que exista ya un acuerdo entre Chile y Bolivia” puesto que no se explica la beligerancia de Morales en contra de Perú y la docilidad y sumisión frente a Chile.

Naturalmente que García no menciona, ni tampoco el Canciller chileno la existencia del pacto secreto, aunque se extraña el primero de no tener noticia oficial alguna. “no hay nada acordado, son especulaciones” ha dicho Fernández al anotar que Chile nunca ha firmado pactos bajo la mesa “con cultura de otros países, no es cultura chilena” lo que constituye una gran mentira porque el secreto de 1929 existe y no es cuento y ello había sido nomás parte de la cultura chilena. Preocupado el Canciller Fernández no tanto por consideración a sus vecinos, sino por la oposición interna, la proximidad de las elecciones y las peticiones de informe que no tardarán en aparecer.

Lo que diga el Gobierno en el ámbito nacional no tiene, es de lamentar, la importancia esperada. Porque la Administración ha dicho tantas mentiras, ha pronunciado tantas declaraciones y juramentos que más tarde se han mostrado como medias verdades o como burdas maniobras para engañar al soberano, cansado de no poder confiar en su propio gobierno.

Es posible que Chile, como lo hiciera muchas veces a lo largo de la post guerra se haya comprometido y ofrecido territorios al norte de Arica, previa compensación con tierras de Potosí ricas en minerales y agua dulce. El célebre Abrazo de Charaña entre Bánzer y Pinochet fue otra burla sangrienta con la faja territorial ofrecida, no obstante que Perú había dado su plácet inicial sugiriendo soberanía compartida fue rechazada por Chile que hizo abortar la negociación . (1975) ¿cómo podemos seguir creyéndole si repite el cuento del tío sin pausa? Choquehuanca que ha confesado su ningún apego a la lectura debería hacer un esfuerzo y referirse al Libro Azul de Mesa Quisbert que contiene la problemática. La recomendación vale para Evo Morales, quién ha confesado que ni siquiera lee periódicos “salvo cuando me lo sugieren concretamente” es decir los titulares.

La reacción de García Belaúnde no tardó: “No dramatizar. Es evidente que Morales ha tenido expresiones poco hirientes contra Perú. Ello no es nuevo, ha venido sucediendo desde el inicio, lo sensible es que ha ideologizado su política exterior” En Chile y Perú existe el convencimiento del uso político de su enfrentamiento cuando tramitaba su Constitución, el Referéndum y ahora las Elecciones de diciembre. En todo caso algo se viene cocinando a espaldas del pueblo boliviano.